La Comunidad Ferroviaria inauguró septiembre con la segunda edición de su Ciclo Fervor: una apuesta cultural que abre la Comunidad al público, ahora con una producción propia. Otra vez la invitada fue Sara Hebe, acompañada por Paz, Fluir beats y La Puta Ama DJ.
Ciclo Fervor es la segunda fecha propia de la Comunidad Ferroviaria, junto al Multiverso. No es una puesta como cualquier otra, su organización es fruto integral del trabajo cooperativo. Todos los días dentro de la Comunidad funcionan distintos polos productivos que hacen posible los eventos, sin ir muy lejos el escenario donde se dan los shows es el trabajo de la herrería y carpintería en conjunto, así como también la barra y el techo que salvó la fecha de la lluvia que amenazó con embarrar los borcegos del público.
En diálogo con Lucas, uno de sus organizadores, nos comentaba que “en los eventos a la Comunidad se la ve en todo lo estructural, es decir, desde el escenario hasta las telas, que hoy son los telones y son producto del área textil. Esta nota de Trinchera, también es parte de la comunidad. Lo cultural es el producto final”. Desde temprano quienes son parte del trabajo semanal, se encargaron de las compras para la cantina hasta de asegurar que el fuego de la cena esté encendido bien temprano, avivándose antes de recibir al público fervoroso.
El cielo gris y la lluvia cayendo sobre el barro tolosano no fueron motivo de amenaza de suspensión. Sin temor ni vergüenza, encapuchado va llegando el público a los galpones de la Comunidad Ferroviaria. El público se va dispersando entre el living de madera que invitaba al convivio previo al show. La gente aprovechaba a cenar y a pegar sus cuerpos al calor de los tachos con fuego y los “honguitos” calefactores.
Borcegos y cadenas; cuero y remerones pero también glitter, colores vivos y tapados animal print. El glamour verdadero es un terreno que se cultiva y se siembra con respeto, y el público del Fervor representa todo eso, les artistas generan una calidez y libertad para que todes sean.
La noche la abrió Paz cerca de las 22 horas. Fue un show impecable donde se presentó su nuevo álbum MDB: Marica de Barrio. Paz, junto a Coloco y Palisandro, realizaron una puesta interesante e inesperada. Donde la música de raíz y la danza tradicional argentina transversalizaron lo cuir. Sus polleras, botas caña alta y el baile con boleadoras que coronó su performance, fueron lo culmine del estilo. Lograron conjugar dos géneros signados por su binarismo: lo gaucho y el rap. Y un rap marica de barrio para la resistencia. El trío lo dio todo, no falto ni el agite, ni el baile, ni la perfo. Fue la previa perfecta para dejarle el escenario a Sara.
Sara volvió a darle revancha al primer Ciclo Fervor, siendo una presentación muy difícil de catalogar: la versatilidad de Sara y su banda es simplemente alucinante. La “polenta” de Sara en el escenario es innegable, pero es la síntesis de todo el fervor del ciclo. Decididamente Sara Hebe y su banda son el refute a aquellos que prefieren quedarse en su casa escuchando por youtube.
La esencia de la puesta en escena hace vibrar las paredes de ladrillo, y no solo porque lo hard pinte toda la discografía sino que el compromiso con el que Sara afronta los shows es genuino, no son solo las letras, es un todo que se complota para terminar cantando “Como a los nazis les va a pasar”, pidiendo a su público que vaya a votar, y no a la derecha. A los gritos pidió que le refresquen el nombre del compañero asesinado por la policía: Facundo Molares ¡Presente!, Santiago Maldonado ¡Presente! Hizo presentes a los ahora mártires. Mientras eso sucedía, el pequeño altar a la derecha del escenario observaba todo, la vela roja iluminaba la figura espectral del santo popular por excelencia.
Sara se arrojaba a su público, de manera poética la duración del espectáculo duró lo que la luz contorneaba al altar. Nos parece que ya es costumbre: el sábado pasado fue un príncipe, este fue una reina quien se arrojó al público. Sostenida por palmas desconocidas no deja de cantar. Ya es una marca registrada de la fiesta en la comunidad: artistas que se entregan a su gente. Acá la predilección popular rige cada actuar.
Llegaba el fin del evento, una base de Led Zeppelin sonó con una de sus canciones, seguida de “Hit the road Jack”, y los gritos de Sara “Viva el Atlanticazo, voten”.
En una poesía inmensa Marta Dillon aseguraba que “las mejores escenas eran las salvajes”, la escena punk no murió; resiste entre el trap, el perreo, el rap y el cachengue. Cabeceando y canalizando broncas en la pista. Una Paz comprometida; la Puentera que canaliza en sus rimas a la bronca colectiva; una Puta Ama que nos hace frenéticos. La tríada sureña que hicieron Paz, Sara y La Puta Ama dejó al público más que satisfecho,
“Siempre buscamos abrir el paraguas de la cultura que transita en el espacio… que les artistas se sientan comodes, felices y como el público, quieran volver…”, concluye entre risas uno de los organizadores del evento. Y como dándole la razón Sara Hebe dejó un saludo a su público: “Vuelvan a la Comunidad Ferroviaria”.
Un puño cerrado, un vaso cervecero bien arriba, la risa, el pogo, los pies satisfechos. La suma de una misma conclusión: la resistencia es festiva.