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La línea de campaña de Unión por la Patria se posa sobre el recuerdo de lo trabajado del 2003 al 2015 y la presentación de los proyectos del presente como una continuación: tanto el gasoducto como el simulador de entrenamiento fueron posibles mediante la industria nacional.

A 15 años de la reestatización de Aerolíneas Argentinas, la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner (CFK), y el ministro de Economía y pre candidato a presidente, Sergio Massa, presentaron el simulador de entrenamiento de pilotos de aviones “Boeing 737-Max”. El mismo permitirá ahorros de divisas en viáticos, hoteles, transportes y pago de simuladores en el exterior. El acto se desarrolló en el mismo sentido que la presentación del gasoducto, y casi en la continuidad de una estrategia de campaña –léase “la coronación de YPF”-.

Las similitudes entre ambas presentaciones son muchas, pero una es trascendental: la búsqueda de visibilizar el pasado y el presente en la gestión, y como, tras la interrupción con el gobierno de Cambiemos, los proyectos iniciados durante el kirchnerismo continuaron. En el caso del gasoducto, se lo relató como un proyecto llevado a cabo gracias a una herramienta fundamental como lo es la recuperación de YPF en 2012 y la continuidad del proyecto. En este caso, Aerolíneas Argentinas fue recuperada en 2008, razón por la cual hoy fue posible inaugurar un simulador que ahorrará aproximadamente 7 millones de dólares anuales. Otra similitud flagrante entre ambos hechos, es que trata de dos empresas nacionales vendidas durante la década neoliberal del menemismo.

“Ellos (la oposición) habían vaciado la empresa, cuando escucho a alguno decir que van a privatizar, ya lo hicieron y fue horrible”, remarcó la vicepresidenta durante la presentación y explicó: “Hay que sacarse las anteojeras ideológicas y dogmáticas, sobre todo cuando uno está en la gestión del Estado, hay que siempre poner como horizonte la defensa de los intereses nacionales“. CFK hace énfasis en este eje hace por lo menos un año: es su análisis de la política nacional actual y le da el caudal a Sergio Massa para que encare ese camino que “cualquiera sea, debe priorizar los intereses nacionales”.

Acto a acto, presentación a presentación, la vicepresidenta se muestra más que satisfecha con las capacidades de la gestión del actual ministro de Economía, más allá de la escalada inflación. De todas formas, la ex presidenta remarca más que nadie que este índice hoy es parte de la propia Argentina, mientras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional siga en su actual parámetro. Por eso mismo el pie está puesto en el acelerador de ahorro de divisas, y tanto el gasoducto como este simulador, por más o menos que sea, son industrias que ahorran el gasto en importaciones. En este caso el Banco Central de la República Argentina (BCRA) ahorrará 7 millones de dólares anuales para la instrucción de pilotos que manejen los vuelos de las y los argentinos, en un contexto en el que Aerolíneas Argentinas viene bajando su déficit. Este es tal vez el argumento más repetido por opositores tanto del proyecto oficialista como así también de las industrias nacionales, y el eje central en el cual se posicionan para ejemplificar que –nada de lo nacional- sirve.

El hecho es que, una empresa nacional de vuelos aéreos no solo abarata los viajes de las y los argentinos, sino que además es una herramienta fundamental para el transporte de importaciones, como lo fue con la búsqueda de vacunas para el COVID-19 durante la pandemia, insustituibles para poder reanudar la industria lo más antes posible. Por otro lado, es importante preguntarse qué sucedió con Aerolíneas Argentinas durante los últimos años, y si quienes utilizan este argumento como bandera se lo preguntan, o si es mejor hacer omisión a los hechos para poder seguir adelante con dicha teoría.

La empresa Aerolíneas Argentinas fue vendida en 1994, cuando el gobierno de Carlos Saúl Menem entregó a su par español, a través de la Sociedad Española de Participaciones Industriales, la “acción de oro” de Aerolíneas, que permitía fiscalizar decisiones estratégicas y la venta de activos. En aquel momento, la empresa contaba con 28 aviones y tres simuladores. Estos últimos fueron vendidos inmediatamente, y a raíz de ello los aspirantes a piloto comenzaron a ser enviados a Estados Unidos para realizar sus prácticas (gasto en divisas). Más adelante fueron vendidos los 28 aviones que poseía la empresa junto a las oficinas en Argentina, Roma, Nueva York, Bogotá, entre otras. Llegado el momento de la recuperación de la empresa, solo contaba con dos aviones propios y 30 alquilados, una deuda de 2500 millones de pesos, una cantidad de pasajeros anuales de 5.3 millones y 2300 vuelos mensuales. A día de hoy, las flotas se duplicaron a 80, los pasajeros anuales se elevaron a 13.5 millones, y se registran una cantidad de 7500 vuelos mensuales. 

En consonancia con estos números, y en base a la inquietante preocupación de los opositores, estas mejoras se ven reflejadas en la reducción del déficit: en 2022 registró el mejor resultado desde 2008 (246 millones de dólares), con una reducción con respecto a 2021 del 43%, y se estima que para finales de 2023 se reducirá más del 50% (102 millones), según lo aprobado por la Auditoría General de la Nación, a su vez supervisados por la consultora internacional KPMG, que aprobó el último balance sin salvedades, hecho que no ocurría desde 2004. Además, con este saldo de 2022 aportó 6 mil millones dólares al Producto Bruto Interno (PBI) del país, número que supera ampliamente su margen de déficit o gasto estatal, además de generar 106.000 puestos de trabajo directos e indirectos. 

Todos estos números son expuestos sin ánimos de marear, pero sí con el sentido de ejemplificar cómo una empresa nacional puede ser una herramienta necesaria para el desarrollo de un país, y puede ser sostenido sin déficit mediante una gestión correcta. Cuando se recuperó la empresa en 2008, no sólo estaba en deuda, si no que además ya estaba sostenida por el Estado Nacional que se hacía cargo del combustible de los aviones y el salario de los empleados. De igual manera, la voluntad de la oposición es confundir con comparaciones insólitas: “los argentinos pagan con el IVA de la leche el pasaje de otros a Roma”, declaró el pre candidato a presidente de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta. Sergio Massa lo desestimó rápidamente: “Lo que pido al proceso electoral es que por lo menos seamos serios y rigurosos con los números. Yo quiero contarles a todos los argentinos que Aerolíneas, con el vuelo a Roma, ganó US$12 millones”.

“Si queremos un país federal tenemos que defender Aerolíneas. Si queremos desarrollo con inclusión en distintas regiones de Argentina tenemos que defender nuestra aerolínea de bandera”, remató el ministro.


Joaquín Bellingeri

Militando desde la información y la palabra contra el amarillismo oportunista y por una sociedad en la que predomine la equidad social.

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