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Griselda Blanco fue hallada sin vida este sábado en su residencia. A partir de este suceso, las hipótesis de asesinato fueron fuertemente vinculadas a su vocación, ya que como comunicadora denunció distintos hechos de corrupción. Sin embargo, se descartan hechos premeditados.

La investigación del homicidio a la periodista Griselda Blanco, sucedido en Curuzú Cuaitá, Corrientes, tomó una fuerte inclinación en las definiciones criminológicas durante la jornada de este martes, ya que las pruebas obtenidas en las últimas horas indicarían un supuesto asesinato que no pudo estar premeditado debido a las acciones ocurridas.

Griselda Blanco fue hallada sin vida este sábado en su residencia. A partir de este suceso, las hipótesis de asesinato fueron fuertemente vinculadas a su vocación, ya que como comunicadora, Blanco llevaba adelante una coyuntura de denuncias al poder local, al mismo tiempo que compartía desde sus redes sociales información sobre casos de abuso sexual y de impunidad policial y judicial. En ese sentido, la abogada Silvia Casarrubia, quien compartía el vínculo de amistad con la comunicadora, explicó que Blanco recibía amenazas a diario: “En marzo Griselda expuso el caso de un policía denunciado por abuso sexual y luego recibió una carta documento de ese oficial”, aseguró, y redobló: “También difundió irregularidades que sucedieron en Curuzú Cuatiá, donde vivía, como la muerte de su amiga aparentemente por mala praxis”.

El primer vinculado como principal sospechoso al hecho homicida fue su pareja, Armando Jara, quien fue registrado por una cámara de seguridad ubicada en la vía pública al ingresar a la escena del crimen 20 minutos luego del acto. No obstante, si de por si esta prueba no es suficiente, desde el entorno de la comunicadora se descree en esta posibilidad, tanto por parte de sus hijos, que apuntan a “otro vínculo”, como por parte de Casarrubia, que remarcó la necesidad de investigarlo, pero que a su vez descartó que alguna vez su amiga mencionara alguna situación de violencia vinculada al masculino en cuestión. Además, la abogada insistió en que el foco debe ser puesto en sus vínculos laborales: “Hace unos días me dijo ‘me van a mandar a matar’, me lo dijo riéndose, yo creo que se reía de los nervios, y le pedí que se cuide porque vivía en un pueblo chiquito, donde más de alguno cree que es dueño de la vida y la libertad de las personas”.

Lo cierto es que, producto del resultado de los allanamientos al domicilio de la víctima y en relación a lo encontrado, los peritos encargados del caso conducen su hipótesis a un “asesinato por una pelea improvisada con alguien conocido”, ya que “ella misma abrió la puerta”, lo que descarta una preparación previa, sumado a la utilización de un cuchillo tramontina y un soga con la que se hizo el estrangulamiento. Además, en la escena se hallaron cabellos que no pertenecían a Blanco y que se suponen que pertenecen al homicida en cuestión, lo cual no solo devela una pelea previa al asesinato, sino que también asegura una prueba eficiente en materia de ADN.

La investigación está a cargo de la fiscal María José Carrero Sahagún, y cuenta con el apoyo de la División de Homicidios de la Policía Federal. En este caso, se descarta como carátula una venganza u homicidio premeditado ya que, normalmente el asesino en cuestión acudiría al acto con un arma de fuego o blanca, para asegurar el resultado. Sin embargo, tanto el cuchillo Tramontina como la soga fueron elementos encontrados “al paso”, por lo cual se trasluce que las decisiones coyunturales fueron tomadas en el momento.

Más allá de que el resultado al que se encaminen las hipótesis descarten una co-actuación, dadas las circunstancias no se pueden descartar los vínculos laborales y políticos que las denuncias de Blanco compartían con intereses de terceros. Incluso Casarrubia mencionó que el hijo de la víctima se comunicó de inmediato con ella, y le hizo saber que la propia Blanco le suministró el número para comunicarse con la abogada en caso de que algo sucediese. Casarrubia también recordó otras situaciones de la misma índole sucedidas en Corrientes no esclarecidas “como sucedió con el periodista González Moreno en 2009, quien denunció por corrupción al candidato del radicalismo correntino, Ricardo Colombi”. Restan para esta jornada de martes nuevos allanamientos además de los resultados de ADN, cosa que, según los entendidos en la materia, resolverá el caso en “cuestión de 24 o 48 horas” .

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