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Vecinos y vecinas de los barrios de la periferia platense conviven con basurales y en condiciones que pueden perjudicar su salud, mientras se enfrentan al silencio y la negligencia del municipio y sus acuerdos con la empresa que presta el servicio.

Los basurales a cielo abierto que se multiplican desde hace años en los barrios de la periferia platense no se pueden ocultar detrás de un disfraz verde que intenta imponer el gobierno local en manos de Julio Garro. Los vecinos y vecinas son testigos, todos los días, de las fallas en los servicios de recolección de los residuos, la falta de contenedores cercanos a sus casas o barrios y las condiciones en las que se encuentran las calles, que impiden el ingreso de los camiones que se llevan la basura. 

La iniciativa del gobierno neoliberal de Juntos por el Cambio en La Plata para construir una “ciudad verde, sustentable y resiliente” contrasta enormemente con los intereses y negocios que tiene el municipio con la empresa ESUR S.A., la cual recibe casi el 25% del presupuesto local por ofrecer un servicio no funciona como corresponde. 

Residuos sin rumbo

Los servicios no llegan a los barrios de la periferia de la ciudad, o lo hacen de forma irregular e insuficiente, provocando la creación de basurales a cielo abierto o microbasurales en las esquinas, en terrenos baldíos, o incluso sobre calles que terminan bloqueadas para la circulación. Muchos de ellos generados por los mismos vecinos que no encuentran otra solución para la ubicación de sus residuos, pero también aquellos provocados por el mismo Estado municipal.

Mapa de basurales en La Plata en 2017

No se conocen los recorridos, días y horarios en los que el camión pasa a recolectar la basura; en la gran mayoría de los barrios el recolector directamente no pasa o lo hace con irregularidad; no hay contenedores para depositar la basura y los vecinos deben caminar cuadras y cuadras para encontrar uno; a lo que también se suma las condiciones en las que se encuentran las calles: los camiones argumentan que el estado deficiente de los caminos les impide acceder a los barrios para retirar la basura. Y como si ello fuera poco, lejos de promover una ciudad verde y sustentable, el mismo municipio genera basurales a cielo abierto en las afueras del casco urbano en lugar de generar políticas para la gestión de los residuos.

La página web de la Municipalidad presenta los mapas de recorrido de los camiones de recolección de basura pero no son respetados. En Sicardi, Garibaldi y Arana solo hay recorrido para los camiones que retiran basura en la bolsa negra (no reciclables, residuos húmedos). Al igual que en algunas zonas de Altos de San Lorenzo y Villa Elvira.

¿Quién se hace cargo?

El problema de los basurales no emergió de repente en los últimos años en los barrios de la periferia. Es un problema estructural. De hecho, la empresa ESUR S.A. tiene las llaves del servicio desde hace más de 20 años. Pero la situación se profundizó durante la gestión del intendente Julio Garro, quien no dudó en renovar la licitación en 2018 por ocho años más, a pesar de los reclamos de los vecinos. A lo largo de 2022, según el presupuesto aprobado por el Concejo Deliberante, está previsto que esta empresa reciba una cuarta parte de los recursos totales con los que cuenta el municipio: casi 6.500 millones de pesos de un total de más de 27 millones para la recolección de residuos y la instalación de contenedores. 

Fuente: Municipalidad de La Plata

Además, el pliego de condiciones generales aprobado hace cuatro años establece que la fiscalización y control de los servicios debe estar a cargo de la Municipalidad. Pero la misma se resiste a dar información y no realiza un seguimiento real de las condiciones del servicio. 

“No hay multas hechas por la falta de recolección de la empresa, ni tampoco sabemos qué discusiones tuvo la gestión respecto a las denuncias que vienen haciendo repetidamente los vecinos de prácticamente todos los barrios de la ciudad”, señaló a este medio Cintia Masilla, concejala por el Frente de Todos en La Plata al ser consultada por esta problemática. Y agregó: “Lo que se invierte representa el presupuesto más caro en recolección de residuos en la provincia de Buenos Aires. Un presupuesto enorme puesto en un servicio que no funciona”. 

No es un problema de recursos económicos. El presupuesto en alza destinado a este servicio deficitario da cuenta de negociados oscuros que están ocultos a los ojos de los vecinos y vecinas de toda la ciudad. Lo que sí pueden ver con claridad quienes habitan las periferias del casco urbano son los basurales a cielo abierto y microbasurales que se multiplican. 

El Estado municipal no solo debería haber evitado la generación de los basurales, sino que, una vez que ya existen, tiene la obligación de brindar una solución: según las leyes nacionales N° 25.675 y N°11.723, las Autoridades Municipales quedan obligadas a clausurar los basurales.

Más que solo basura

La situación perjudica cada vez más las vidas de los vecinos de los barrios. Incluso hace que algunas calles dejen de ser transitables. “Tenemos un basural en la esquina hace 3 años, pero desde antes ya teníamos basurales en 25 y 85, donde es una calle que no está abierta, quedó como campo tapada por la basura. Otro basural en 26 y 86 donde antes había contenedores que desaparecieron, otro en 27 y 86 también, y muchos más”, nos comentó “Negu”, vecina de Altos de San Lorenzo y responsable del comedor 25 de Abril de la CTD Aníbal Verón, ubicado en calles 25 bis y 87. 

Basural de las calles 25 bis y 87 – Imagen propia

“Te dicen que pasan lunes, miércoles y viernes, y después te aparecen un jueves. Depende de uno como vecino saber qué días pasa el recolector, poder quemar la basura que se pueda quemar, y hacer entender a los vecinos que tirar la basura en cualquier lado es como tirarla en la puerta de tu casa”, explicó “Negu”. 

A esto se suma que los basurales generan condiciones peligrosas para la salud de quienes transitan las cercanías de esos espacios. La falta de resolución de este problema por parte del municipio genera problemas sanitarios graves que ponen en riesgo a los platenses. Así también, afecta al ambiente por la modificación de las funciones ecosistémicas de cada territorio. En este caso genera la mala absorción de las aguas -produciendo inundaciones-, la contaminación de las napas subterráneas y los arroyos cercanos, la modificación de la tierra en términos de fertilidad para las zonas productivas, entre otros.

La mentira de la ciudad verde

Fuente: Municipalidad de La Plata

El pasado 28 de junio, Argentina entró en “default ambiental”: todos los recursos que teníamos para consumir en un año, de acuerdo a la cantidad que generamos en ese mismo período, ya fueron consumidos. Ante esto, el intendente de la ciudad, Julio Garro, hizo un llamado de atención en Twitter y resumió en un hilo las políticas ambientales que implementó durante su gestión.

Mencionó los “puntos de ecocanje” y los “puntos verdes”, charlas sobre compostaje y cuidado ambiental y la entrega de reconocimientos a empresas que cuentan con producción sustentable. Si bien son políticas correctas, no se terminan de implementar y se contradicen con otras acciones del municipio: el no tratamiento de los basurales a cielo abierto ya mencionado, la recolección incorrecta de residuos en donde se juntan todas las bolsas -las verdes y las negras- sin respetar la separación en origen, entre otras.

Un municipio en silencio

Las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante de la ciudad encuentran frecuentemente un tema en agenda: los pedidos de informes de la bancada opositora del Frente de Todos para que el Ejecutivo explique cómo es la auditoría y el control sobre la empresa ESUR. Sin embargo, las respuestas nunca llegan. No hay fiscalización ni control del servicio, tampoco multas o penalizaciones que sancionen a la empresa a partir de los reclamos y demandas de los vecinos y vecinas.

La falta de información sobre este negociado y la negación de la problemática por parte del municipio obstaculiza la presentación de propuestas y alternativas al servicio. La necesidad de recibir una respuesta es urgente. Los basurales siguen creciendo y ponen en peligro la salud y el bienestar de los barrios de la periferia, mientras el gobierno local celebra políticas ficticias para la planificación urbana y la promoción del cuidado del ambiente. No hay cortina verde que pueda tapar el olor que desprende la negligencia, y los basurales. 


Delfina Venece
Delfina Venece

Nací en el interior de Buenos Aires: los porteños nos confunden con Parque Chacabuco. De crianza gorila, devenida en pseudo-troska por contraste, hoy peronista por convicción. Mi canción favorita a los 10 años era Los Salieris de Charly, de León Gieco.

Agustina Flores
Agustina Flores

Hija de los vientos patagónicos. Compañera (in)esperada de la militancia para la liberación. Entusiasta del puño y la letra. Lo personal es político, el periodismo también.

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