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El Día de la Pachamama vuelve a congregar este lunes al pueblo con festejos populares a lo largo y ancho del país.

A partir de agosto en el mundo andino-amazónico y en ámbitos urbanos, se celebra el tiempo de la Pachamama o el tradicional ritual en honor a la Madre Tierra. Esta ceremonia traspasó fronteras durante siglos para extender el legado de los pueblos originarios de Nuestra América. Durante este mes en todo el país, diferentes comunidades se suman con sus tradiciones a la celebración en defensa de los recursos naturales y el cuidado del planeta.

Para conocer sobre el sentido de esta costumbre, Revista Trinchera dialogó con Claudia Gotta, educadora de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), historiadora, militante de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en Argentina y secretaria Nacional de Pueblos Originarios, quien relató: “La ceremonia de la Pachamama se remonta a tiempos ancestrales, era un espacio sagrado que propiciaban los diversos hermanos y hermanas de diferentes comunidades y naciones que conformaban específicamente el espacio conocido como andino en los tiempos de la América prehispánica”.

“Es una ceremonia en la que estas comunidades reproducían el orden de su vida material, mediante las prácticas agrícolas, tomaban en este tiempo en el agosto profundo que hoy a través de los almanaques identificamos con este mes, un tiempo de agradecer y a la vez volver a peticionar, ya sea las cosechas o la vida que seguía siendo posible y a la vez solicitar a la Pacha Madre que este acompañamiento pudiese seguir gestándose”, sostuvo Gotta.

Por su parte, Angel Strapazzon, miembro de la plataforma IALAs, docente de la Universidad Campesina Rururbana Indoamericana y referente del Mocase, le comentó a Revista Trinchera que “la ceremonia es milenaria y de diferentes pueblos originarios, que recurren a las memorias históricas. Además, es recurrir a los hechos y acontecimientos que marcaron la lucha de los pueblos por su dignidad, para una mayor justicia, una vida del buen vivir. Recordarnos, volver a pasar por el corazón, la mente y el cuerpo que hay un pasado, un presente y un futuro que puede ser mejor. Significa hacer memoria de los acontecimientos que nos constituyen como pueblo dentro de una gran nación”.

Además, ofrendar a la Madre Tierra viene de una sabiduría ancestral que tiene que ver con el calendario agrícola, que está basado en los recorridos del sol, como también por todas las características que tiene la tierra y el clima. Uno de los primeros rituales, de sahumar los hogares, se suele hacer en las primeras horas del 1 de agosto, oportunidad en que las familias depositan en una ollita con carboncitos, elementos como sahumerios, mirra, incienso o simplemente coa. También hay personas que utilizan únicamente insumos como café y yerba. Según la costumbre, este ritual sirve para armonizar la casa y alejar los malos espíritus.

Con respecto a “dar de comer” a la Pachamama, Claudia Gotta destacó: “Esta frase no es la más feliz, pero es una expresión que se utiliza, en concreto es para agradecer y devolver un poco de todo lo que la Madre Tierra nos brinda. En esa boca que está frente a la pacheta y todos los agostos abrimos y volvemos a abrir, devolvemos le devolvemos gran parte de los dones que ella nos da, pero sabemos que estamos lejos de ser recíprocos de toda esta simetría que merecería esta devolución”. Además, al abrir ese pozo en la tierra, se lo adorna con serpentina y papel picado. Se eligen los mejores alimentos cosechados para convidar a la principal invitada, la Madre Tierra, y también se le brinda bebida y comida preparada por las integrantes del hogar o la comuna.

Con respecto a los momentos y días en que se realiza la celebración, Strapazzon señaló: “El primero de agosto es un día simbólico, pero depende, hay pueblos que lo celebran todo el mes y hay pueblos que lo celebran solo el primero del mes y otros que lo celebran el último día de agosto. Porque la ceremonia del primer día de la Pachamama, que es el del origen, no es lo mismo que la ceremonia del último día, ya que el 31 habla más del final de la creación, del sentido positivo”. Mientras que Gatto agregó: “Lo que no corresponde es hacerla fuera de este mes, porque es en este mes en consonancia es cuando se efectuaba esta ceremonia de agradecimiento y petición para propiciar la renovación del ciclo de la vida”.

Cabe destacar que la ceremonia nunca se dejó de realizar pese a la pandemia de Covid-19, ya que se celebraba solo con la familia o grupos de familias y de manera cuidadosa. Sin embargo, este año el ritual volverá a ser multitudinario y celebrado por el pueblo en cada rincón del país.

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