La solicitud del fiscal Rosende es por “abuso sexual agravado” y por “lesiones leves” a un testigo.
El fiscal Eduardo Rosende solicitó que los seis imputados y detenidos por la violación grupal a una joven de 21 años, ocurrida en febrero pasado en el barrio porteño de Palermo, vayan a juicio oral por “abuso sexual agravado” y por las “lesiones” ocasionadas al testigo Luis Riveros Espíndola (de la panadería), que intentó defender a la víctima. Además, por actuar con “un plan previo, con acuerdo de voluntades y roles“, propuso que todos tienen la misma responsabilidad en el hecho.
El requerimiento fue elevado por el fiscal ante el juez Marcos Fernández, del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 21. Los seis imputados son Ángel Pascual Ramos (23), Lautaro Dante Ciongo Pasotti (24), Steven Alexis Cuzzoni (20), Franco Jesús Lykan (23), Thomas Fabián Domínguez (21) e Ignacio Retondo (23). Para el fiscal, todos son “coautores” del abuso sexual.
Según la imputación, los jóvenes se enfrentan ante el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por la intervención de dos o más personas” (que prevé una pena de ocho a 20 años de cárcel), y “lesiones leves” (de un mes a un año de prisión). Ambos delitos son en concurso real y en calidad de “coautores” ya que actuaron “en aras de satisfacer sus deseos libidinosos” con una víctima que no estaba en condiciones de dar consentimiento.
Rosende hizo una cronología del hecho y sostuvo: “Ese era el plan común, mantener relaciones sexuales con ella todos al mismo tiempo, en la medida de lo posible, a cuyo fin debían turnarse para hacerlo algunos primero y el resto después, pero siempre varios al mismo tiempo, aprovechándose de la vulnerabilidad de la víctima a nivel volitivo“.
El dictamen de 66 páginas que presentó el fiscal resalta que “el relato de la víctima, sin cortapisas, zanja la cuestión sobre la clara inexistencia de un consentimiento“. Además, tras detallar lo sucedido manifestó que “todos juntos alrededor de la damnificada, actuaron entrelazados para terminar de arrasar su integridad sexual“.
En este sentido, el documento aclara que la víctima del hecho recuerda que dos acusados quedaron comprometidos por los análisis de ADN que demostraron que sus perfiles genéticos estaban en el líquido seminal que se encontró en el lugar y la víctima. “Quienes se encontraban en el exterior del vehículo por ausencia de espacio en el interior, parecían a la espera de su espeluznante momento para acceder al automóvil“, añadió.
Con respecto a la agresión que sufrió el testigo Luis Riveros Espínola, antes de que todo el grupo sea detenido por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, y cuando creyeron que estaba filmando con su celular, Rosende sostuvo que por más de que los golpes fueron aplicados por Domínguez y Retondo, el resto se sumó más tarde para “asegurarse de que el ataque sexual se perpetuara tal cual se cometió y no fuera advertido por vecinos o transeúnte alguno“.
