La OCDE prevé que este año el crecimiento del Producto Bruto Interno de la Argentina será de un 1,1% más que lo estimado y se posicionará segundo en América Latina, sólo superado por el 6,1% estimado para Colombia.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) modificó al alza la proyección de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) argentino a 3,6% para este 2022. Esto representa 1,1 punto porcentual más que la estimación anterior realizada en diciembre pasado. El organismo resaltó que el crecimiento para la Argentina en este año es el segundo más alto de América Latina, solamente superado por el 6,1% estimado para Colombia y mayor al 3,2% de Costa Rica, 1,9% de México, 1,4% de Chile y 0,6% de Brasil.
Para 2023, la OCDE proyectó que el crecimiento argentino será del 1,9% (5,56% para la bienal 2022/23), por debajo del 2,6% de Costa Rica y 2,1% de Colombia y México, pero superior al 1,2% previsto para Brasil y el 0,1% estimado para Chile. La organización multilateral también redujo de 4,5% a 3% su proyección de crecimiento mundial como consecuencia del conflicto en Ucrania, en tanto sería de 2,8% para en 2023.
Según la OCDE, las proyecciones tienen un alto margen de incertidumbre al desconocerse la evolución del conflicto en el este europeo, lo cual pronostica números a la baja en gran parte de las principales economías. Además, estima que la Eurozona crecerá 2,6% (1,7% menos que en la proyección anterior) con Alemania expandiéndose 1,9% (-2,2) y Francia 2,4% (-1,8). En tanto, Estados Unidos crecería 2,5% (-1,2 pp), Reino Unido 3,6% (-1,1) y China 4,4% (-0,7).
El organismo destacó que “el reciente acuerdo con los acreedores externos disminuirá la incertidumbre y ayudará a reducir gradualmente los desequilibrios macroeconómicos de larga data“. Ademas, señaló que “el cumplimiento de las metas fiscales depende de la reducción del 2,3% del PBI gastado en subsidios a la energía en el Gran Buenos Aires, donde los precios minoristas regulados que pagan muchos hogares y pequeñas empresas cubren menos de la mitad de los costos“.
En cuanto a los factores de riesgo del país, la OCDE señaló a “los controles de cambio, las bajas reservas y el margen fiscal limitado“, que “pesarán en la inversión en 2022 y 2023“. También destacó la recuperación total del empleo respecto de la pandemia, aunque los salarios reales siguen por debajo de los niveles de 2019.
Con respecto a la tasa de política monetaria recordó que “se elevó cinco veces a principios de 2022” y sostuvo que “se espera que aumente aún más para garantizar tasas de interés reales positivas, ya que los mercados financieros nacionales desempeñarán un papel cada vez más importante en la financiación del déficit fiscal“. En este sentido se indicó: “A corto plazo, garantizar una renovación continua de la deuda en moneda nacional requerirá el mantenimiento de estrictos controles cambiarios“, al tiempo que advirtió que esa política “implica un daño colateral para el crecimiento“.
El organismo elevó sus proyecciones anuales de inflación del 44,4% al 58% y remarcó que se debe mayormente por factores domésticos y a expectativas inflacionarias desancladas, ya que los “precios domésticos claves, como los de la energía, están desacoplados de los desarrollos globales“. Sin embargo, explicó que la reducción del déficit y los límites en el financiamiento monetario junto a mayores tasas de interés locales reducirán las presiones inflacionarias y expandirán el financiamiento local, además de reducir la brecha cambiaria.
Respecto al consumo privado, señalaron que en 2022 será bajo y luego “acelerará en 2023 a medida que crece la confianza en el programa macroeconómico“; las exportaciones “seguirán sólidas, con los altos precios de commodities“. A su vez, señalaron que las “mejoras en la eficiencia del gasto público“, dado que “aliviaría las tensiones y los desequilibrios macroeconómicos y reduciría los riesgos“. Por el contrario, se subrayó que los gastos sociales bien focalizados, en particular las transferencias de efectivo a los hogares pobres y vulnerables, deben salvaguardarse y expandirse.
En el ámbito impositivo, el informe reclama: “La ampliación de las bases imponibles, incluidos los impuestos sobre la renta de las personas físicas“, así como “la revisión de los regímenes especiales de impuestos y pensiones” que “podrían mejorar los resultados fiscales y aumentar la equidad“.