El organismo multilateral de crédito dio a conocer que el tipo de cambio real multilateral promedio de 2021 es “consistente”. Sin embargo, varios analistas destacan que hay una brecha de 18,5% entre ese nivel y el actual.
El país debe juntar, para fines de junio, alrededor de u$s4.100 millones de los u$s5.800 previstos para todo el 2022, de acuerdo a la meta de acumulación de reservas para el segundo trimestre fijada con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En este sentido, tanto el Fondo como el gobierno nacional tienen claro que la estrategia cambiaria se transforma en un aspecto fundamental que permite u obstaculiza conseguir el objetivo.
Cabe destacar que hay conversaciones entre el organismo y las autoridades nacionales sobre la efectividad del actual diseño cambiario y si bien no dan por acordado una variación inmediata en la metodología de evolución del tipo de cambio, sí apuntan algunos aspectos que están en la mesa de análisis y que podrán ser insumo para realizar modificaciones en el futuro.
En el reporte del Staff publicado por el organismo en marzo en relación al tipo de cambio, los números son “aceptables”. También los técnicos dejaron asentado que la acumulación de reservas pautada para el año es “consistente” con un Tipo de Cambio Real Multilateral (TdCRM) equivalente al promedio de 2021. El texto de los analistas del Fondo destaca: “El tipo de cambio real efectivo promedio en 2021 fue generalmente consistente con el promedio histórico a largo plazo y la brecha estimada por el personal cerca de cero”.
Por otro lado, las estimaciones de la Fundación Capital remarcaron que la brecha entre el nivel actual de TdCRM y el que tuvo en promedio durante el año pasado llegó al 18,5%. De esta manera algunos analistas no descartan que el Fondo exija algún ajuste de entre 10% y 15% del tipo de cambio, aunque esto traiga aparejados riesgos para la inflación debido al alto pass through de la economía Argentina.
En lo que va de las negociaciones, el equipo liderado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, se resistió a aplicar un salto cambiario. Asimismo el funcionario repitió en distintos medios de comunicación que no iba a producirse un “salto devaluatorio”. Pero la burocracia que maneja el FMI quería acordar un sendero de actualización del tipo de cambio, para que el dólar no se atrase y provoque otros problemas en la balanza cambiaria. La solución fue acelerar el ritmo de crawling peg, para que el dólar acompañe de alguna manera la evolución general de los precios.
En este sentido el ritmo devaluatorio subió a lo largo del año, especialmente desde marzo, hasta un ritmo de depreciación del peso de 3,54% en abril. El mal dato de inflación del tercer mes del año parece haber alentado al Central a moderar las subas. Asimismo las miradas de los agentes económicos están puestas en la cantidad de dólares que tiene en este momento el Banco Central. Los datos oficiales sobre las reservas internacionales ascienden a u$s41.342 millones. Sin embargo, el dato seguido por analistas son las reservas “netas” que, según Javier Casabal, estratega de renta fija de Adcap, rondaron los u$s2.556 millones, con solo u$s 331 millones acumuladas desde diciembre de 2021.
De esta manera, el analista entiende que la estrategia cambiaria tiene algunos riesgos, especialmente por el tipo de incentivos a los agentes económicos. A su vez, según Casabal, si todos asumen que el dólar mañana va a estar más caro que hoy, eso provoca dos efectos: “Por un lado, desalienta exportaciones, porque el tipo de cambio de un día es peor que el de los subsiguientes; y por otro, estimula el adelanto de importaciones”. Esto aprieta sobre la acumulación de reservas, un objetivo fundamental para construir la fortaleza de la economía doméstica y una de las metas “cuantitativas” del acuerdo con el Fondo.