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Mucho se habla de la teoría del derrame y se la pondera como una de las ideas-fuerza que impulsa al capitalismo. Una especie de meritocracia estructural. En dos líneas: si los empresarios aumentan sus ganancias, si los exportadores alcanzan cifras muy altas, en algún momento se desbordarán sus ganancias a toda la población como si de una copa de vino se tratase.

Eso sí: hay que liberarlos de cargas, de impuestos y de toda obligación que luego sus dividendos y su éxito se vean reflejados en la sociedad. Pero la realidad demuestra que donde depositan sus ganancias los dueños de los medios de producción, más que una copa de vino se parece más a un saco sin fondo. Los contrastes de los dos Uruguay rompe los ojos y hace sospechar que el derrame no sea más que una fábula mentirosa.

El tan anhelado y anunciado derrame parece que nunca sucedió. Es un gran mito que puede anexarse a la categoría de ciencia ficción y engrosar la lista de grandes historias como el Monstruo del Lago Ness, el Yeti, el Chupacabra o La Llorona. Esta teoría se suele vincular al presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, quien implementó una política de reducción de impuestos.

Según el think tank derechista Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) se prevé un crecimiento de Uruguay para el 2023 de un 3%. Un fuerte impulso lo dará la construcción de la papelera finlandesa UPM. Las expectativas de Uruguay a corto plazo lucen auspiciosas, con un Producto Interno Bruto (PBI) que se estima crecerá 4,9% en 2022 y 3,3% en 2023, según la firma Exante.

La encuesta de expectativas empresariales de este año que realiza Exante, está marcando la mejor percepción del clima de negocios en más de 10 años. El 89% de los ejecutivos afirma que el clima es “bueno” o “muy bueno”, mientras que en 2019 la mayoría lo evaluaba como “regular”. La aprobación de la gestión del gobierno también aparece extendida entre los empresarios, al alcanzar el 88%.

El campo se moviliza en Uruguay y exige a Tabaré un cambio de rumbo – Agritotal

Es interesante cómo el sector empresarial demuestra su doble rasero. Al igual que la Asociación Rural del Uruguay, se caracterizan siempre por quejarse de la situación del país y declarar en tono de disconformidad con su situación económica. Parece que nunca alcanza. En los consejos de salarios se ha laudado a favor de los empresarios, la inflación le ha ganado a los salarios y jubilaciones… mientras los empresarios acusan estar en una situación compleja. aunque los números dicen otra cosa.

Uruguay en materia de oleaginosos (soja), trigo, carne bovina, leche en polvo, alcanzó valores récord. En lo que va de 2022 se llevan industrializadas 829.861 reses, 13,7% más que el año pasado. Abril completará 12 meses con faena de más de 200.000 vacunos. Algo “inédito” según Montevideo Portal.

El canto de guerra de la derecha siendo oposición era que los logros de los gobiernos progresistas se debían pura y exclusivamente al precio de las commodities, al famoso “viento de cola”. Como dijo el presidente del centroizquierdista Frente Amplio, Fernando Pereira, ahora no hay viento de cola “hay un temporal de cola” y “el derrame no se ve en los barrios.”

Todo hambre es político: Uruguay entre ollas populares y ollas de la fortuna – Data Política y Económica

El último relevamiento de la Coordinadora Popular y Solidaria (CPS) da cuenta de un aumento en la cantidad de porciones de alimento que entregan semanalmente las ollas y merenderos populares de Montevideo que nuclea la organización, en comparación con el anterior recuento, que fue en noviembre del año pasado.

Según los datos, a los que accedió el periódico la diaria, mientras que en noviembre se entregaban unas 150.000 porciones, al 4 de abril se entregaban unas 186.090 porciones de alimento por semana en 189 ollas y merenderos; 102.120 corresponden a ollas y las restantes 83.970, a merenderos. Es donde una gran cantidad de uruguayos logran comer algo y no pasar hambre

Tierra arrasada

No votar el fideicomiso para el préstamo del BID a la Intendencia de Montevideo que promovía obras de saneamiento para barrios de la periferia de la capital, descabezar a la cúpula de la policía que venía trabajando desde hace 25 años con gobiernos de distintos signo y desoír casi un 50% de votantes que están en contra de su proyecto insignia como la Ley de Urgente Consideración (LUC),  son pequeñas muestras de los grandes errores del Partido Nacional (PN) al gobernar y dejan al descubierto varias cuestiones.

La primera es la contradicción de su discurso con sus hechos. Plantean no fomentar la grieta, “no zurcir una mitad por la otra” como dijera el presidente Luis Lacalle en su discurso de asunción. El gobierno se jacta de tender puentes, pero lejos está de realizarlo, incluso dentro de la propia coalición.

El general Guido Manini Rios, lider del ultraderechista Cabildo Abierto (CA), planteó en una entrevista con el periodista Gabriel Pereyra, que las iniciativas siempre parten desde el PN y luego se discuten en la coalición derechista de gobierno, pero que no existe un ámbito donde puedan surgir propuestas en conjunto.

La segunda cuestión es la discontinuación de políticas que a esta altura se podrían calificar como de Estado. El tema en la policía es medular. Descabezaron una cúpula que venía trabajando hace más de dos décadas con vínculos internacionales, que revestían confianza a distintos organismos, con la simple excusa de calificar a esta dirigencia como frenteamplistas. Un argumento que no solo es falso sino infantil.

A las pruebas está que la DEA, la oficina antinarcóticos de Estados Unidos, le entregó información a las nuevas autoridades sobre un cargamento de droga que provenía desde una avioneta y se les escapó a los policías en sus propias narices. Incluso el video está en internet y parece más un recorte de la película “Locademia de policías” que de los encargados del combate al narcotráfico de un país serio.

Dos Lacalle presidentes por el Partido Nacional

La tercera cuestión demuestra una vez la incapacidad del PN, cabeza de la coalición, de gobernar. En el siglo XX gobernó solo dos veces y nunca repitió mandato. Es que cada vez que gobierna el Partido Nacional hace estragos en el país y sobre todo a la clase trabajadora. No por esto significa que los gobiernos del Partido Colorado hayan sido maravillosos, pero dado que el PN gobierna cada 30 años y deja un derrotero terrible, es más que llamativo.

En 1958 el PN llamó al Fondo Monetario Internacional por primera vez a Uruguay firmando una carta de intención. Durante la década de 1960 la economía uruguaya comenzó a tener síntomas de estancamiento y el nivel de vida de los hogares experimentó niveles de deterioro significativos; los salarios reales bajaron y aumentó el desempleo.

Por otra parte, el modelo económico adoptado por el gobierno militar (1973-1985) condujo a reducir los salarios, de manera que los productos de exportación pudieran ser competitivos en el comercio exterior. Esta disminución de los salarios reales motivó que muchos trabajadores especializados también emigraran.

En 1990 volvió a gobernar el PN y congeló los consejos de salarios, reprimió  manifestaciones con saldo de dos muertos en la Masacre del Filtro, se profundizó la infantilización de la pobreza, entre otras cuestiones.

La década del 90 mostró que a pesar de que hubo crecimiento, los salarios no aumentaron. El PBI aumentó un 3.34% y los salarios apenas un 0.46%. Luego de la debacle de esa década nefasta, llegó la hecatombe de la crisis del 2002, cuando la pobreza alcanzó niveles históricos.

Uruguay: conozca a los candidatos – BBC News Mundo

Desde el 2004 y por 15 años se sucedieron tres gobiernos frenteamplistas que limaron las aristas de un sistema desigual y concentrador, pero que no logró cambios estructurales y donde no pudo penetrar en bolsones de pobreza dura.

En 2019 asumió la presidencia Luis Lacalle, en conjunción con liberales ortodoxos, tecnócratas, empresarios y la ultraderecha. Contó con el apoyo de la Asociación Rural, las cámaras empresariales, el diario El País, vocero de la dictadura y ahora del Partido Nacional. Contó con el beneplácito de la derecha continental: el brasileño Jair Bolsonaro, el chileno Sebastián Piñera, el paraguayo Mario Abdo y el argentino Mauricio Macri.

Los muros económicos

Hoy el índice de pobreza alcanza el 10,6% de la población, 1.6% más desde que asumió este gobierno. El 19% de los pobres son menores de 18 años, por lo que las bajas expectativas de contratación de personal y la alta inflación del país afectarán especialmente a ese sector. Cabe agregar que unas 200.000 personas viven en asentamientos de emergencia y este año se duplicó la cantidad de niños durmiendo en refugios del Ministerio de Desarrollo Social.

Los motivos de Manini Ríos para reunirse con la secretariado de la central unitaria de trabajadores PIT-CNT antes del primero de mayo, forma parte de una estrategia de acumulación propia hacia las elecciones de 2024, y que requiere marcar un perfil distinto al de sus socios de la coalición multicolor de gobierno, emitiendo señales hacia sectores con bajos ingresos, pequeños y microempresarios, y productores rurales ajenos al gran agronegocio.

Ante la reciente escalada inflacionaria, CA se desmarcó del enfoque liberal que predomina del gabinete presidencial, acercándose a lo que reclaman las organizaciones sociales y la oposición frenteamplista. Obviamente, a la central sindical le viene bien que haya discrepancias y forcejeos dentro del oficialismo y a él también darse un corto baño de pueblo.

Entonces, la conclusión que resta es que los muros que se construyen en los barrios privados (que cada vez son más) no son solo de ladrillos y cemento sino que son económicos. Son diques a que contienen el derrame de su crecimiento y lo contienen en sus fronteras. Por otra parte, hay generaciones enteras de uruguayos que no saben de derrame, de vientos de cola, de brisas de primavera ni de “booms”, “alzas” o “shocks de crecimiento”.

La teoría del derrame, no es más que un enunciado absurdo de una sociedad que solo derrama desigualdad.

Artículo publicado originalmente en Periferia

Nicolás Centurión
Nicolás Centurión

Como dice un rapero: «por amor y por vicio… se convirtió en mi oficio.» La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

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