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Desde hace algunos años, muches analistas, han venido señalando el colapso del mundo tal y como lo conocemos. Autores como Jorge Beinstein proyectaban que el sistema parasitario en el que vivimos estaba entrando en una fase de descomposición tal que difícilmente pudiese sostenerse en pie. Lógicamente hablamos del sistema capitalista financierista-especulativo, donde las grandes corporaciones tienen más poder que estados nacionales.

El conflicto entre EEUU y la OTAN contra Rusia (y por añadidura China) en Ucrania parece estar siendo el punto cúlmine de la globalización tal y como la conocimos hasta ahora, fundamentalmente luego de las operaciones de guerra de prensa respecto de lo que sucedió en Bucha. Desglosemos esta afirmación.

El primer punto tiene que ver necesariamente con el juego de EEUU para con la Unión Europea. Es por demás sabido y analizado que detrás de las sanciones a la Federación Rusa, el interés es alejarla de los europeos, fundamentalmente para ser los norteamericanos quienes suministren el gas que necesitan. Hay que recordar que Europa actualmente depende casi en un 40% de la venta de gas ruso.

Ante el escenario de sanciones y el congelamiento de activos rusos, Putin ordenó que los países hostiles a Rusia deberían pagar en Rublos (moneda rusa) por el suministro de gas. Alemania se negó a hacerlo, motivo por el cual la compañía rusa Gazprom (la más grande del mundo en el sector) vendió su filial alemana y muy probablemente deje de suministrar gas a los germanos.

El problema para la potencia europea es que, pese a tener alrededor de cuatro millones de metros cúbicos de gas almacenado, difícilmente pueda reemplazar en el corto plazo esa pérdida, lo cual podría generarle grandes desafíos fundamentalmente para la industria automotriz.

Por su parte, la Francia de Macrón, si bien sostiene que no acatará la directiva de Putin, ya tomó medidas para que sus bancos conviertan esos euros a rublos y puedan efectivizar los pagos. Digo que hago esto, pero hago aquello. Nada nuevo bajo el sol.

El alejamiento de Europa de Rusia es una estrategia más vieja que la escarapela. Muchos de los estrategas norteamericanos saben que no pueden permitirse ese acercamiento porque sería el acabose del dominio de EEUU.

El segundo punto tiene que ver con los dichos de Larry Fink, el consejero delegado del banco megaespeculativo por excelencia BlackRock. El archimegamillonario aseguró en su carta anual a sus inversionistas que “la guerra de Ucrania marca el fin de la globalización”. La mencionada carta fue evaluada ampliamente por el analista mexicano Alfredo Jalife-Rahme.

¿Qué implican estas afirmaciones? Algo que Jalife ya viene remarcando desde hace bastante tiempo: que el mundo se encamina hacia regionalismos y hacia un mundo tripolar donde EEUU, Rusia y China tendrán sus zonas de influencia bien marcadas. Los norteamericanos están adoctrinando a Europa al tiempo que la subsumen y condicionan sus intereses.

En tercer lugar, algo que ya se ha mencionado en otras oportunidades: la ley no existe. En realidad, existe, pero sólo cuando EEUU o sus socios la quieren implementar. Tal como hicieron con los activos de Venezuela en su momento, ahora la Unión Europea pretende entregarle a Ucrania en supuesta “compensación”, los activos rusos “congelados”. Esto no es ni más ni menos que un robo descarado ante la mirada del mundo entero, sin que esto tenga -en teoría- mayores consecuencias. Al menos eso esperan.

Otro ejemplo, en tónica y área diferente: los laboratorios bacteriológicos norteamericanos en suelo ucraniano. Los rusos los descubrieron -y tomaron-, y poco después se conoció que éstos estaban vinculados con Hunter Biden (hijo del actual presidente norteamericano), George Soros y el Partido Demócrata. Ahora bien, no solo la prensa, sino la mismísima administración norteamericana tuvo que reconocer su existencia. Recordemos algo, las armas bacteriológicas están prohibidas.

Éstos y otros hechos, refuerzan lo antes afirmado: la ley se aplica sólo cuando les conviene. Incluso lo dijo Cristina Fernández de Kirchner en el homenaje que rindieran en el Senado argentino a los caídos y combatientes de Malvinas. En esa oportunidad en alusión a la no aplicación del TIAR (que después le quisieron aplicar a Venezuela).

Vivimos tiempos de guerras híbridas, de guerra a perpetuidad contra los pueblos del mundo. Y en esta guerra, para ellos, vale todo. No importa si los pueblos europeos se mueren de frío o de hambre producto del aumento desmedido del valor de los hidrocarburos o los alimentos, importa que ellos ganen la pulseada; cosa difícil de lograr como alega Boaventura de Sousa Santos.

El cuarto punto de esta lista es sin duda el de los medios de comunicación. Recomendamos aquí una exquisita reflexión de la presidenta de TeleSur, Patricia Villegas. Otra mirada muy interesante es la del analista y fundador del portal Red Voltaire, Thierry Meyssan quien sostiene que “el ejército ruso ha ganado la guerra contra los ‘banderistas’ en Ucrania. Mientras, ‎en Occidente, la OTAN gana la guerra cognitiva contra sus propios ciudadanos”. Otro interesante artículo para recomendarle es el del filósofo mexicano Fernando Buen Abad quien afirma que el cerebro de las personas es el campo de batalla de la OTAN.

Pero más allá de la batalla contrareloj que lleva adelante EEUU para intentar revertir su estrepitosa caída, la realidad nos viene indicando que el ruido será estruendoso. Para empezar, Rusia y la India crearon su propio sistema interbancario, el cual según afirman comenzará a funcionar este 11 de abril.

Pese a la modesta victoria diplomática para suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, las aspiraciones de EEUU de sacar a Rusia del G20 y del Consejo de Seguridad parecen cada vez más lejanas. Esto lo reconoció incluso la representante permanente de Estados Unidos ante ‎la ONU, Linda Thomas-Greenfield. Mientras 140 votaron en contra de la guerra en Ucrania en marzo, tan sólo 93 lo hicieron para desplazar al gigante euroasiático. Interesante análisis al respecto realizó el sociólogo y politólogo argentino, Atilio Borón.

Como si fuera poco, Biden no logró que ningún país del BRICS votara en contra de Rusia, lo cual da cuenta de la fortaleza del bloque ¡Ni siquiera el Brasil de Bolsonaro! Incluso la propuesta de Biden logró que China defendiese a un vecino con el que no se lleva tan bien como la India, ante las presiones del país norteamericano.

Así las cosas, el mundo occidental sigue en franca decadencia, el dólar comienza a perder peso internacional y el Yuan aparece como emergente. Jalife habla de la balcanización de divisas y bipolaridad del sistema financiero. Quieran reconocerlo o no, la cosa cambia y a pasos agigantados y como sostiene Alastain Crooke, estamos ante una oportunidad única en un siglo.

Como dice el refrán: “Lo nuevo no acaba de nacer y lo viejo no acaba de morir”. Mientras tanto seguimos bailando al ritmo del más feo.

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

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