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Las especulaciones del sector privado no se hicieron esperar y ante la declaración de “Guerra contra la Inflación” subieron los precios sólo por si las dudas. Analicemos algunos datos.

El martes pasado el presidente Alberto Fernández, declaró que en tres días comenzaría en el país una “guerra contra la inflación”. La analogía utilizada quizás no haya sido la mejor, más aún cuando vemos que al gobierno le está costando llenar de sentido, o de medidas concretas, esta expresión. La declaración del presidente, lejos de generar optimismo, se volvió una catarata de memes, y los especuladores y formadores de precios aprovecharon el margen de maniobra para remarcar un poco más el valor de algunos productos.

Hagamos un breve repaso cronológico de la última semana. El martes al mediodía Alberto anuncia el comienzo de la guerra contra la inflación para el día viernes. Ese día publicó un mensaje grabado desde sus redes sociales, de unos 18 minutos, en dónde explica los vaivenes que ha tenido el fenómeno inflacionario en nuestro país en el último tiempo, cómo influyen en los precios de los alimentos el conflicto entre Rusia y Ucrania, la necesidad de acumular reservas, de mejorar el acceso al crédito público, y de desacoplar los precios del mercado interno del mercado internacional. Mencionó también la importancia del acuerdo con el FMI para que el país pueda tener acceso al crédito y de esta manera depender en menor medida de la emisión monetaria y así, con todas estas premisas por delante, poder “darle batalla a la inflación”. Mucho ruido y pocas nueces; el Presidente anunció que próximamente habrá más anuncios, y si anunció una medida concreta: la creación a través del Decreto 132/2022 del Fondo de estabilización del trigo. Este organismo tendrá a cargo la regulación del precio de este cereal, que es el que compran los molinos argentinos e intervienen directamente en la formación del precio del pan, fideos, galletitas y harina.

Ayer lunes, Matías Kulfas ministro de Desarrollo Productivo, realizó una conferencia de prensa en donde anunció el subsidio por 8 mil millones de pesos para la industria molinera para que puedan acelerar la compra de trigo que es uno de los productos que más ha aumentado en el último mes. A través del aumento del 31 al 33% a las retenciones de harina y aceite de soja se buscará recaudar ese dinero que debería servir para que los molinos puedan retrotraer el precio de la harina de trigo a los precios de febrero de este año.

También el Ministro Kulfas participó de una reunión con el Secretario de Comercio Roberto Feletti y la Asociación de Supermercados Unidos que agrupa a cadenas como Coto, La Anónima, Disco, Wal Mart, Jumbo y Toledo entre otras y la Copal (Coordinadora de las Industrias de Productos alimenticios, que agrupa a 36 cámaras asociadas que representan a más de 2.200 empresas del país. El motivo fue la detección de aumentos injustificados en los precios de algunos productos que van desde el 9 al 15%, el gobierno les dio 24 horas a los empresarios para que justifiquen los aumentos y mencionó que podría aplicar la ley de Abastecimiento que permite al Poder Ejecutivo inspeccionar empresas, multar a determinados comercios, fijar precios máximos e incautar productos en caso de considerarlo necesario.

Por otra parte, el Ministro de Economía Martín Guzmán se refirió a la posibilidad de que se cree una empresa nacional de alimentos algo con lo que el gobierno viene coqueteando hace tiempo, primero con Vicentín, luego con YPF agro, pero que hasta el momento no ha logrado materializarse en nada concreto.

¿El conflicto Rusia Ucrania?

Lo cierto es que la situación a nivel internacional no está ayudando. Al golpe que significó para las distintas economías mundiales la crisis por la pandemia, ahora se le suma una guerra. Una guerra que hizo que la cotización del barril de crudo a nivel mundial se mantenga volátil, pero alcanzando el mayor precio en los últimos 10 años, y que el precio del aceite de girasol, y del trigo aumenten, dado a que son precisamente estos dos países quienes reúnen alrededor del 30% de la producción mundial de trigo. Este aumento se pudo ver reflejado ya hace unas semanas en la cotización en el mercado de Chicago, en donde el precio del trigo aumentó de 300 a 400 U$S la tonelada. En una economía tan atada a los precios internacionales, esto hizo que ese aumento se traslade al mercado interno de nuestro país pasando de valer en febrero de este año 26.000 pesos la tonelada de trigo a valer 35.000 en la última semana, y es aquí precisamente en donde el gobierno pretende tomar medidas.

Para el día de mañana se espera que Roberto Feletti anuncie el congelamiento de alrededor de 70 productos de la canasta básica, en un nuevo esquema de lo que fue precios cuidados y con anuncios que llegarían a los denominados comercios de cercanía para garantizar precios máximos en determinados productos no solo en los grandes supermercados.

Si bien Alberto Fernández el día viernes habló de una “batería de medidas”, los anuncios hasta el momento parecen pocos, y sectorizados, sin una estrategia global que permita atacar al fenómeno inflacionario desde varias aristas. Lo cierto es que con una inflación que en enero fue del 3,9%, en febrero del 4,7% y de un estimado de 5,5% para marzo, haría que el gobierno llegue a abril con una inflación trimestral del 14,1%.

Las paritarias están atrasadas y otra vez los salarios corren detrás de la inflación, lo que hace que las personas trabajadoras en el país cada vez tengan menor poder adquisitivo. En esta línea el INDEC reveló que el salario mínimo debería ser hoy de $136.104, este monto es 4 veces mayor al salario mínimo vigente ($33.000) que a fin de mes pasaría a ser de $47.850. Estamos hablando de una caída del salario mínimo con relación a la Canasta Básica de un 35 % desde 2017.

Mientras tanto Martín Guzmán viaja a Francia para re negociar vencimientos con el Club de París, y desde el gobierno esperan que el FMI ratifique el acuerdo sancionado por el Senado el jueves pasado para que hacia fines de mes llegue el primer desembolso del Fondo, destinado a pagar la primera cuota del nuevo acuerdo y para acumular reservas que sirvan para sostener el tipo de cambio.

En los próximos días desde el gobierno también se insistirá con la creación de una mesa de acuerdo que permita equiparar los precios con los salarios, para esto Alberto Fernández mencionó la intención de reunirse con los dirigentes Héctor Daer de la CGT, Hugo Yasqui de la CTA de los trabajadores, y Daniel Funes de Rioja de la UIA.

El escenario es complejo, ya que estamos hablando de otro año en el que la inflación podría llegar al 50%, y una virtual estabilización de los precios está lejos de ocurrir. En estos primeros días la inflación tomó la iniciativa, y la guerra por ahora, queda solo en declaraciones y no en anuncios ni medidas reales y concretas. Se espera mucho más, y por lo visto, por ahora, habrá que seguir esperando.

Nacho Albanesi
Nacho Albanesi

Colaborador de Revista Trinchera y columnista de la sección Economía en el programa 526 al Fondo.
Instagram: @nacho.albanesi | Twitter: @nch_albanesi

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