En comunicación con el programa Doblan las Campanas, Claudio Diez, nieto del militante desaparecido en dictadura “Nato” Andreucci, y militante de la Corriente Nuestra Patria en Ensenada, habló sobre la semana de la memoria y la marcha del próximo jueves 24 de marzo.
Luego de dos años de pandemia, este jueves se realizará la marcha por el día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. En ese sentido, Claudio Diez, nieto del militante desaparecido en dictadura “Nato” Andreucci, y militante de la Corriente Nuestra Patria en Ensenada, habló sobre la importancia de esta fecha y sostuvo: “En Argentina la historia siempre intenta ser borrada por los poderes que tienen la prensa y los medios de difusión. No se puede perder todo lo que estos compañeros hicieron como faro en el día a día”.
Como nieto de un militante sindical desaparecido, pero también desde su rol como militante social, Diez analizó el presente y afirmó: “Nosotros tratamos de que esa historia no se pierda, de ver todo el esfuerzo que hicieron los compañeros, rescatar esa solidaridad que tenían porque entregaron su vida en pos de un proyecto por una Argentina mejor, más justa, más digna”.
Sobre la desaparición forzada de su abuelo, recordó que “para bajarle el precio a la militancia sindical de Nato, se había corrido el rumor de que se lo habían llevado por error, que se lo llevaron porque no encontraron a mi viejo, que mantenía actividad política en Montoneros”. Sin embargo explicó que no fue así y que “la desaparición era una manera de empezar el adoctrinamiento a través del miedo y estos compañeros eran emblemáticos”.
En ese sentido, Diez hizo un paralelismo entre la militancia de los 70′ y la actual: “Es importante que hoy los pibes vean que hubo compañeros que sentían la militancia como la sienten ellos, y que lo hicieron con condiciones mucho más adversas; hoy podemos caminar de noche, nadie nos persigue; tenemos la resistencia de los poderes ocultos, pero vivimos con más libertad. No podemos estar a menor altura que eso”.
“Las desapariciones forzadas fueron un medio sistemático para eliminar a los compañeros que eran abridores de conciencia, que hacían que otro compañero tomara dimensión de lo que se tenía que hacer como obrero. Con Nato pasó eso, quisieron callarlo, pero no tuvieron en cuenta que solo lo desaparecieron físicamente, porque después creció en el acervo cultural”.
Claudio Diez
Sobre el rol de la militancia en esta causa, consideró que “la lucha por la verdad, la memoria y la justicia es uno de los pocos puntos que no tienen bandera partidaria: no importa en qué organización militaron los compañeros desaparecidos, son compañeros. Desde ahí tenemos que partir, desde la unificación de esos conceptos: la manera es todos juntos”.
Por último, Díaz resaltó: “No fue una dictadura militar, fue una dictadura cívico-eclesiástica-militar: los curas tuvieron que ver, los empresarios tuvieron que ver y los milicos tuvieron que ver. Esto era un plan sistemático organizado con fines bien concretos, con el Plan Cóndor y la Escuela de las Américas. A cada país que trató de levantar el pie, se encargaron de adoctrinarle a los milicos para que saltaran contra el pueblo”.