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El gobierno nacional decidió cerrar los registros para nuevas exportaciones de aceite y harina de soja “hasta nuevo aviso”. El poroto de soja paga una retención de 33% y los subproductos industriales 31%. La medida busca unificar la alícuota en 33%.

El gobierno nacional anunció el cierre de los registros para nuevas exportaciones de aceite y harina de soja “hasta nuevo aviso’‘. La decisión fue tomada a raíz del aumento que registró la cotización internacional de este cultivo en las últimas semanas. Desde el sector afirmaron que es el paso previo a la implementación de una suba de los derechos de exportación para el complejo industrial de oleaginosas.

El comunicado oficial, firmado por el subsecretario Javier Preciado Patiño, sostiene que “habiendo recibido las correspondientes instrucciones del señor ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, está Subsecretaría de Mercados Agropecuarios pone en conocimiento del sector exportador de los productos agrícolas comprendidos en el régimen creado por la ley 21.453 que a partir de la fecha de la presente y hasta nuevo aviso el Registro de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior que involucre la exportación de las siguientes posiciones arancelarias quedará suspendido a todos sus efectos”.

La medida reseña las posiciones arancelarias de la harina de soja, el aceite de soja y otros subproductos. Esto busca subir las retenciones ya que en la actualidad existe un diferencial de derechos de exportación entre el poroto de soja, que paga 33%, y sus subproductos, como la harina y el aceite, que pagan 31%. 

Al respecto de diferencia se argumentó que la intención es alentar la exportación de productos con mayor valor agregado. Sin embargo, en la industria venían especulando con la posibilidad de que el gobierno elimine esa brecha.

De concretarse, el gobierno podrá acrecentar la recaudación en unos 400 millones de dólares adicionales elevando la cifra total por retenciones de esos productos a unos U$S 6.800 millones de dólares anuales. El poroto de soja, en cambio, seguirá pagando un 33%.

El impacto que genera la suba del precio de la soja en los precios internos es mucho menor a diferencia del trigo y el maíz, ya que esta oleaginosa casi no se consume en el mercado local, aunque se la suele utilizar para la alimentación animal.

Según especialistas esta suba puntual no tiene como objetivo desacoplar los precios internacionales de los locales sino incrementar la recaudación aprovechando el incremento que registró la cotización internacional del cultivo en las últimas semanas por el conflicto en Ucrania. La tonelada de soja se disparó por encima de los U$S600 dólares alcanzando su mayor valor desde 2012.

Por su parte la Cámara de la Industria Aceitera Argentina (CIARA), a través de su cuenta de Twitter, expresó su rechazo y aseguró que “es totalmente contrario al interés exportador de la Argentina. Además de ser ilegal, va a afectar el ingreso de divisas y el empleo en el cordón agroindustrial”. Además, CIARA adelantó que la medida “pone fin a los fideicomisos de maíz, trigo y aceite, puesto que cambia las condiciones de comercio exterior”.

La decisión de cerrar el registro es prácticamente una confirmación de que las retenciones de esos productos subirán y tiene como objetivo evitar que los exportadores se apuren y registren antes sus ventas al exterior para congelar de ese modo el derecho de exportación vigente.

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