La Asamblea General de las Naciones Unidas pidió muchas veces desde 1980 a Gran Bretaña que cediera el control de las Islas Chagos a la nación africana insular del Índico llamada Mauricio (Mauritius).
El gobierno británico está en serios problemas con respecto a su situación de influencia en África. Es por eso que todavía quiere mantener su última colonia en aquel continente. Las organizaciones de la ONU hace tiempo que están en el proceso de revisar el material cartográfico y presentar las Islas Chagos como parte de Mauricio. Con eso, Mauricio podría disponer de los derechos de pesca y de sobrevuelo, lo que supondría una ruptura dramática para Gran Bretaña.

Londres permitió la independencia de Mauricio en 1968. Las Islas Chagos, en tanto, fueron divididas y siguieron bajo control del imperialismo británico. Entre 1968 y 1973, los británicos obligaron a casi 2 mil habitantes del archipiélago a trasladarse a Mauricio, las Seychelles y Gran Bretaña para establecer una base militar en la isla principal, llamada Diego García. Londres alquiló la base a Estados Unidos hasta el año 2036. Desde allí despegaron aviones de combate, en dirección hacia Afganistán e Irak. Todo un clímax.
La historia viene de arrastre colonial. Con el cipayismo de la mayoría de las autoridades de Mauricio –designadas por el Reino Unido antes de la independencia–, se creó una nueva colonia, denominada British Indian Ocean Territory (Biot). Impidió luego el regreso de los chagosianos, para luego arrendar la colonia a Estados Unidos en 1966 con el objetivo de tener una punta de lanza desde el Océano índico en la Guerra Fría. Existiría además en el lugar una cárcel con presos detenidos ilegalmente, como en Guantánamo, Cuba.
La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó en 1965 la resolución número 2.066, por la que advierte al Reino Unido de Gran Bretaña, Irlanda del Norte y Gales sobre la prohibición de desmembrar el archipiélago de Chagos del resto de las islas Mauricio durante el proceso de independencia de estas últimas. Esta resolución es la siguiente de la conocida número 2.065, que reconoce el conflicto de soberanía en las Islas Malvinas, de Argentina. También genera impacto en el reclamo de España a Londres por Gibraltar (ocupada por británicos desde el siglo XVIII).

Pero Chagos se parece algo a Malvinas. Malvinas es un territorio usurpado a otro Estado (Argentina); porque en Malvinas se desalojó a la población originaria en 1833; porque en Malvinas hay una población implantada (isleños con ciudadanía británica) que no constituye un pueblo con derecho a la independencia. A los chagosianos se los expulsó y se instaló una población burocrática de británicos y estadounidenses. Así de corta.
Y se judicializó la cuestión. Argentina destacó la importancia de que sea la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la que asuma competencia para entender en estos casos. Porque aun cuando la CIJ no estaba obligada a dar una opinión en la cuestión de Chagos, por tratarse de un caso consultivo, lo hizo y señaló el ilícito del Reino Unido.
Y, como señalamos al principio, desde 1980, Mauricio denuncia formalmente que Londres violó el derecho internacional de descolonización cuando condicionó conceder la independencia al nuevo Estado solo si renunciaba a Chagos. Argentina se sumó a ese reclamo, sobre todo desde los tiempos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2019) en la ONU.

Argentina y Mauricio pusieron el claro las atrocidades británicas. Para intensificar la colonización británica, se llevaron a cabo distintos procedimientos, y el más importante dejar a Chagos sin alternativas de subsistencia. Es decir, el archipiélago completo quedó totalmente evacuado de chagosianos en 1973. Por las dudas, Londres prohibió toda visita sin autorización desde 1971, cuando equipos estadounidenses demolieron todas las viviendas para levantar instalaciones militares, y aunque la medida fue revisada por tribunales británicos en 2000, fue restablecida en 2004. En 2019 expiraba la respuesta de Londres para la ONU y no pasó nada. Sigue Chagos bajo dominio británico.
Mauricio sigue reclamando. Argentina también por Malvinas, tal como lo expresara en la última semana de septiembre de este año en el 76 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la ONU el actual presidente argentino Alberto Fernández. El socialdemócrata Prithvirajsing Roopun, presidente de Mauricio, también puso la voz en alto sobre Chagos. Pero no hubo llamados entre Alberto y Roopun, y eso es una mala señal si se quiere combatir al colonialismo británico en unidad.