Adolfo Barja: “Se va la riqueza de nuestra patria y se la llevan las multinacionales y las transnacionales”

Adolfo Barja: “Se va la riqueza de nuestra patria y se la llevan las multinacionales y las transnacionales”

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

¿Qué es la Hidrovía del Paraná?  ¿Qué es lo que se esconde detrás de la discusión? Y ¿Qué es lo que tenemos que discutir?

Hidrovía es algo que está mal llamado. La verdad es que es el Río Paraná lo que habría que decir. La discusión es transitar por el Río Paraná. Este río, históricamente, desde la “(Batalla de) Vuelta de Obligado” ha sido un lugar importante para nuestra nación. Ahí es la entrada y salida de casi todas nuestras riquezas.

Mal llamado hidrovía, poniendo una ruta, una autopista, por donde se van todos los granos y la mercadería de nuestra patria. Quiere decir que es un lugar privado, manejado por los privados. Lo primero que hicieron es ponerle hidrovía para sacarnos del contexto de lo que es el Río Paraná. Por ahí se dice Río Paraná y la gente sabe de lo que se habla. Decís “hidrovía” y decís ¿Qué es? Nada más y nada menos que el lugar de entrada y salida de las riquezas de nuestra patria.

Esta discusión es una gran pelea que viene de nuestra historia: la vuelta de obligado, la pelea que tuvieron Unitarios y Federales nada menos que por la discusión de la aduana. Si uno agarran algunos libros se va a dar cuenta que en esa época los Unitarios querían que se navegue por nuestros ríos sin control, porque la aduana era desde donde se hacía el contrabando de cuero, de carnes; un lugar muy importante que los ingleses conocían demaciado bien. De ahí viene la discusión de lo que es el Río Paraná. Una discusión profunda porque quien maneja los ríos y los puertos son casi los que manejan la economía de nuestra patria. Por ahí viene la situación.

Como para contextualizar, al Río Paraná en 2021 llegaron más de 2 millones de camiones (en términos de lo que entran y lo que salen) y 250 mil bagones, y son 30 puertos pluviales lo que hay sobre el Paraná; es la principal arteria de entrada y salida de recursos de nuestro país. Hace al alrededor del 75% del comercio exterior y hace a una discusión importantísima que hace tiempo se viene dando: ¿Qué pasa con ese comercio exterior? ¿Quién pesa? ¿Quién verifica? Y la realidad de un Estado que está cada vez más escaso de manos para llegar a esos sectores ¿No?

Vos recién hablaste de camiones. Fijate que recién se está poniendo en agenda este tema. Cuando lo privatizó Menem, los puertos y de esta mal llamada hidrovía, o el Río Paraná, vos te darás cuenta que están denunciando casi permanentemente -en las aduanas- que pasan camiones llenos de granos y se va descubriendo por donde pasan. Imaginate vos ¿Sabés cuántas barcazas entran en un camión? Muchísimas y ahí no se controla el tema de las barcazas.

La pregunta sería: por lo de los camiones que el gobierno ha agarrado de contrabando ¿hay alguno preso? No estoy diciendo que tiene que ir preso el camionero eh, ni el chacarero que no tiene nada que ver en esto. Esas multinacionales, que son las dueñas de esos granos ¿Ustedes vieron alguno preso? No. Entonces tendríamos que preguntarle a la justicia ¿Por qué no hay ninguno preso? ¿Será que la justicia también está en el negocio? ¿Será que las multinacionales y transnacionales, la justicia o parte de la justicia, tiene mucho que ver? Yo pienso que sí.

Hace poco Cristina hablaba del problema de la justicia, el otro día las mujeres le reclamaban a una justicia que mira para otro lado, ahora se está incendiando Chubut y tampoco hay responsables, y vos estás hablando también de la justicia. Parece que el problema del poder judicial es un problema que atraviesa a todos los problemas que tiene nuestra patria.

Este poder judicial que hoy está vigente en nuestra patria, si no hay un cambio de este poder, no va a haber gobierno que pueda gobernar. Ustedes fijense en internet y miren por donde sale la droga, fijense por donde salen los granos. Se van a dar cuenta que los granos y la droga pasan por los puertos y por nuestros ríos ¿Quién controla eso? ¿Hay control? No hay control. Desde que Menem entregó los puertos a las multinacionales se dejaron los controles.

Acá no hay que hacerse los boludos en estas cosas: a las multinacionales les importan tres pepinos nuestras banderas. Si ustedes miran el Río Paraná ¿cuántos barcos con bandera argentina hay? No hay ninguno. ¿Cuántos puertos con bandera argentina? No hay. El único que había era Vicentín. Y se dieron cuenta que Vicentín le estaba robando a la patria ¿ahora se dieron cuenta? Hace muchísimos años que está robando a la patria. Y cuando el gobierno dijo vamos a avanzar sobre Vicentín, fuego amigo lo hizo marchar para atrás. Cuando digo “fuego amigo” me refiero a la provincia de Santa Fe. El gobernador le dijo a Alberto que no se podía estatizar. Si nosotros no tenemos una empresa testigo como para manejar los granos no va a pasar lo que tiene que pasar. A los compañeros del gobierno y a estos gobernadores que se la dan de peronistas yo les planteo claramente: ¡Lean a Perón, lean a perón y déjense de joder! Ahí está el tema, Perón planteaba claramente que si no podía manejar el comercio exterior, si no podía trasladar los granos y los fletes, no podía manejar nuestra patria.

Pensar en una administración nacional de puertos, pensar en una flota mercante propia y de esa forma pensar en un control concreto a través del Estado del comercio ¿Es pensar algo verde o es condición necesaria de existencia para estas alturas para la Argentina?

Es una necesidad. Si querés hablar de la Provincia de Buenos Aires yo te diría: en el gobierno pasado nosotros teníamos tres puertos manejados por la provincia: San Nicolás, Dock Sud y Coronel Rosales. Tres puertos, el más importante el de Dock Sud. El gobierno antes de irse hizo tres consorcios como Bahía Blanca, como Quequén, como Mar del Plata. Consorcios. ¿Cuánta plata le dejaron al Estado los consorcios? Te diría cero. Acá se habla mucho de Bahía Blanca como uno de los mejores puertos y es cierto que es uno de los mejores puertos. Yo les pido a ustedes que miren cuánta plata dejó al Estado de la Provincia de Buenos Aires. Te puedo decir que hace un año atrás el puerto de Dock Sud recaudaba 300 millones de pesos por mes. 300 millones de pesos cuando el año pasado el dólar estaba muchísimo más abajo. Ahora esa plata era del erario público, era de la provincia. Cuando la provincia tenía problema, agarraba la caja, manoteaba del puerto y ahí medio salía. Esa plata que hoy tienen los privados o los consorcios ¿Quién se la lleva o quién la agarra? La agarran las multinacionales o algunos empresarios que dicen que son nacionales y que esa plata se la llevan para ellos, no para el Estado, no para vos o para mí, ni para hacer obras.

Nosotros le hemos entregado la mayoría de los puertos, por no decir todos los puertos, de la provincia de Buenos Aires a los consorcios. El puerto es del Estado, las instalaciones son del Estado, las maquinarias en algún momento eran del Estado y hoy ya no tenemos más nada. Realmente tendríamos que rediscutir esto.

Cuando Kicillof vino a la provincia lo primero que quiso fue pedir plata a estas empresas, a estos consorcios. Ni un solo peso le mandaron y seguimos manteniendo estos puertos que no tienen control. No hay control en nuestros puertos y ese es un problema grave que tiene la provincia y nuestra nación. Se va la riqueza de nuestra patria y se la llevan las multinacionales y las transnacionales. Ese es el problema que tenemos nosotros.

Estamos en un momento jodido, económicamente, y del único lado que podemos sacar plata es de los puertos. Astilleros Río Santiago ¿Cuánto hace que no hace un barco? Creo que tiene un barco de Venezuela que hace años que no lo pueden terminar. Eso es decisión política, cuando hay decisión política se hace, sino no.

Perón, cuando comenzó a trasladar su mercadería no compró los barcos, primero los alquiló. Primero lo que hizo fue alquilar la flota y después crear los astilleros e hizo una de las flotas más importantes de latinoamérica y a veces del mundo también. Esa flota no la tenemos más, esos fletes no los tenemos más, no hay un solo barco para trasladar mercadería con bandera argentina. Y eso es un problema y me parece que hay que plantearlo y discutirlo. Me parece que es hora de decir las cosas como uno las sierte. Lo pero que le podemos hacer a este gobierno es decirle que está todo bien cuando no está todo bien.

Escuchar la entrevista completa que hicimos en el programa Columna Vertebral en el siguiente enlace:

https://go.ivoox.com/rf/67123979

Columna Vertebral
Columna Vertebral

Programa radial que se emite por Radio Estación Sur FM 91.7 de la ciudad de La Plata.
Nuestro programa se plantea como objetivo ser un aporte comunicacional para la unidad del Movimiento Obrero Organizado.

Que no nos vendan gato por liebre

Que no nos vendan gato por liebre

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

En nuestro país, los Derechos Humanos, por diferentes motivos, pero principalmente por la lucha de Madres, Abuelas e Hijes, tienen un lugar especial en la memoria colectiva de amplios sectores de nuestro pueblo.

En nuestra historia, las luchas contra la dictadura, exigiendo justicia por les desaparecides, moviendo cielo y tierra para encontrar a hijes y nietes de las víctimas del genocidio, marcaron a fuego la piel de un pueblo que año tras año fue haciendo suya esa lucha hasta volverla de todes.

Este fenómeno se dio de distintas formas a lo largo y ancho de toda nuestra casa común, que es el planeta tierra. Las organizaciones de Derechos Humanos surgieron en cientos de países, siempre luchando por memoria colectiva, por verdad para que ningún responsable quede impune, y por justicia para las víctimas y sus seres querides.

Para los pueblos del mundo la memoria siempre ha sido un escudo protector, una poderosísima herramienta para que las atrocidades del poder y sus súbditos no queden en el olvido, para que no haya impunidad, para que les responsables paguen.

Pero la historia nos demuestra que la utilización del concepto Derechos Humanos en boca de los voceros del imperio, en los engranajes del poder, ha servido para cometer las atrocidades más grandes que se hayan cometido.

Bajo la supuesta defensa de los Derechos Humanos, el mundo vio en vivo y en directo cómo una coalición liderada por EEUU bombardeaba Bagdad e invadía un país soberano, dejando a su paso más de un millón de muertes, miles de desplasades, desaparecides y la destrucción de ciudades enteras.

Bajo la supuesta defensa de los Derechos Humanos, nuevamente, EEUU se encargó de asesinar a Muammar Gaddafi, el líder libio que había convertido a ese país africano en el más próspero de la región y que era un ejemplo en muchos aspectos. Está claro, nadie se salva de la crítica y de cometer errores que sean reparables. Pero nada justifica la atrocidad que se cometió contra ese país, hoy fragmentado en mil pedazos, dividido y con facciones enfrentadas en una guerra civil fratricida.

Bajo la supuesta defensa de los Derechos Humanos, perdón por lo reiteratives, EEUU se lanzó en una guerra contra Siria, argumentando que su presidente, Bashar Al-Assad, había utilizado armamento químico contra su propio pueblo. Los desastres de la guerra, siguen ampliándose.

Bajo la supuesta defensa de los Derechos Humanos, EEUU intentó derrocar en varias oportunidades al comandante Hugo Chávez. Y actualmente busca tumbar al gobierno de Nicolás Maduro. Y según diversos funcionarios de la administración gringa “todas las posibilidades están sobre la mesa”.

Bajo ese mismo supuesto, antes quisieron derrocar a Fidel Castro, invadieron Afganistán y a tantes otres que se enfrentaron a los designios imperiales o que les interesaban por razones geoeconómicas o geopolíticas. Porque de lo que se trata no es defender los Derechos Humanos, sino destrozar a quienes enfrentan los designios de EEUU y sus lacayos. La realidad es que lo que está en juego es el destino de los pueblos que eligieron transitar otros caminos que no responden a los intereses del imperio.

Esa misma actitud es que tuvieron varios congresistas demócratas norteamericanos que enviaron una carta al Secretario de Estado de los EEUU, Antony Blinken, para quejarse respecto de violaciones a los Derechos Humanos en México.

Más allá de que casi ningún país se salva de posibles violaciones a los DDHH, ¿qué autoridad moral y/o ética tienen los norteamericanos para meterse en los asuntos de otra nación cuando se la han pasado invadiendo y destruyendo países? ¿Qué autoridad moral tiene EEUU cuando se han visto imágenes de niñes encerrades en jaulas diminutas en la frontera con México? ¿Qué autoridad moral puede tener EEUU cuando crea, financia y arma a organizaciones irregulares que se instalan en distintos lugares del planeta para justificar invasiones o “luchas contra el terrorismo y el narcotráfico”? Vaya, qué cinismo mayúsculo.

El pedido de los demócratas hace un llamado a presionar a AMLO para que efectúe políticas que resguarden la integridad de les mexicanes. Lo paradójico es que muchas de esas políticas que les congresistas norteamericanes pretenden imponer al gobierno de México, son políticas que el gobierno de las 4T’s ya viene llevando adelante. Por sólo citar un ejemplo, un informe del gobierno mexicano resalta que en 2020 se logró reducir la tasa de homicidios por primera vez en 5 años.

Es preciso señalar que durante muchas décadas México estuvo gobernado por políticas neoliberales, por el abandono total del estado en áreas sensibles como educación, desarrollo social, seguridad, justicia, entre otras, y que las consecuencias son muy complejas de revertir; por más buena voluntad y decisión política, las telarañas neoliberales aún sigue allí. No es un dato menor la gran influencia de las organizaciones criminales y del narcotráfico en las distintas estructuras del Estado. No por nada durante mucho tiempo distintes analistas calificaron al país azteca como un “narcoestado”.

El mecanismo de desprestigio y estigmatización de los EEUU es perverso por donde se lo mire, y no son sólo las diatribas de los voceros oficiales. También son responsables los medios de comunicación que reproducen esos intereses; diversos sectores de los poderes judiciales que entorpecen los caminos para revertir años de injusticia; las cientos de ONG’s que pululan a lo largo y ancho del planeta y que van por la vida desprestigiando a quienes les conviene. Quizás el ejemplo más emblemático sea el de Human Rights Watch, Anmistía Internacional o las varias “Sin Frontera”.

La palabra Derechos Humanos en boca de las organizaciones libres del pueblo siempre fue una herramienta para luchar contra la opresión y las injusticias cometidas por los poderosos. El mismo concepto en boca del imperio y los poderosos de siempre, sólo ha servido para generar muerte, dolor y sufrimiento a los pueblos que luchaban por su libertad.

Hay que tener ojos bien abiertos, oídos atentos y mucha conciencia histórica para que no nos vendan gato por liebre.

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

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