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En el artículo anterior hablábamos de las posibilidades que se abrían ante el escenario de incertidumbre que generó la inestabilidad y la polarización política dentro y fuera de los EEUU, alrededor de quién será el próximo presidente de esa potencia y si el bando perdedor asumiría la derrota. Nada de esto cambió hasta el momento, más allá de lo que digan los medios de comunicación concentrados de occidente.

Cada vez son más (aunque no se los vea en la gran prensa hegemónica) quienes advierten sobre una posible confrontación interna en los EEUU. Como si no bastara la judicialización de las elecciones por parte del actual presidente norteamericano y su equipo de campaña, Trump está haciendo una purga ni más ni menos que en el Pentágono y dejando varios regalitos a la administración Biden, en caso de ser quien asuma la presidencia en enero de 2021.

¿Diplomacia en problemas?

La administración Trump de todas formas sigue intentando demostrar que será la que continúe frente a la conducción del imperio del norte. Pese a ello, quizás el hecho más significativo y relevante de la pérdida de influencia internacional de esta administración EEUU es la actual gira del Secretario de Estado (Canciller), Mike Pompeo, por países de Europa y el Sudeste Asiático. Macron sólo lo escuchó lo justo y necesario, Erdogán lo dejó plantado, Rusia demostró cómo se hizo cargo del conflicto en Nagorno Karabaj, Georgia está envuelto en una situación similar a EEUU con acusaciones cruzadas de fraude electoral.

La gira prosiguió en Israel donde será la primera vez que un alto rango de la diplomacia norteamericana visite territorios ilegalmente ocupados en Cisjordania, para culminar en Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Arabia Saudí donde sin dudas el tema central de discusión será Irán.

Pero como se ha señalado en ocasiones anteriores, que el binomio Biden-Harris llegue a la presidencia de los EEUU no es garantía de cambios sustanciales. De hecho de llegar tendrá grandes desafíos interna y externamente.

Un partido Demócrata fragmentado que sólo se unió para sacar a Trump del medio, un Senado que muy posiblemente quede en manos de los Republicanos convirtiéndose en un obstáculo permanente para las políticas que “debería” llevar adelante la nueva administración, y un largo etcétera de problemas que aparecen.

Revés en Nuestra América

Algo está cambiando en Nuestra América. El golpe parlamentario a Martín Vizcarra, la sucesión de 3 presidentes en una semana producto del hartazgo popular; las elecciones municipales en Brasil que debilitaron de manera importante las aspiraciones reeleccionistas de Bolsonaro y que plasman una división cada vez más notoria de la derecha del gigante del sur; el pueblo en las calles de Chile no dan respiro a un Sebastián Piñera cada vez más desprestigiado; las próximas elecciones en Venezuela (parlamentarias) y Ecuador (presidenciales), que podrían potenciar al progresismo regional; y los presidentes de México y Argentina que siguen consolidando su lugar en la región.

A estos cambios individuales en los países de la región hay que sumar el ya desprestigiado papel de Luis Almagro frente a la OEA que sin ruborizarse confesó haber operado para que Evo Morales no sea reelegido en 2019, y el prácticamente moribundo “Cártel” de Lima.

China avanza a paso lento pero firme

Las disputas en el continente y las tensiones e incertidumbres sobre lo que sucederá en EEUU se vieron potenciadas esta semana por la firma del mayor acuerdo de libre comercio del mundo que no cuenta con el protagonismo de los norteamericanos. Hablamos del acuerdo de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), en el cual quince economías de Asia-Pacífico cerraron este histórico pacto luego de 8 años de negociaciones.

Este acuerdo comprende un territorio con una población de 2.200 millones de habitantes, un tercio de la población global; asimismo, un PIB en conjunto que supera los 25 billones de dólares, el 30 % de la economía del mundo[1].

En este contexto, la Argentina aprobó el ingreso del país al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, sumándose a los más de 82 países que hacen parte del organismo y ante una virtual parálisis de préstamos internacionales para el país, producto de el endeudamiento que dejó la gestión macrista.

El mundo está cambiando y todo parece indicar que avanzaremos hacia un globo marcado por procesos de desglobalización (al menos como los conocimios hasta ahora) con un gran peso gravitante de los regionalismos. Urge fortalecer la CELAC y la UNASUR para no pasar de la dependencia gringa a otra, cualquiera sea su nombre.


[1] https://misionverdad.com/china-lidera-el-mayor-tratado-de-libre-comercio-en-el-mundo

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

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