El subsuelo de la patria sublevado: la lealtad y el amor

El subsuelo de la patria sublevado: la lealtad y el amor

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“El sol caía a plomo sobre la Plaza de Mayo cuando inesperadamente, enormes columnas de obreros comenzaron a llegar. Venían con sus trajes de fajina porque acudían directamente desde sus fábricas y talleres.  […] Frente a mis ojos desfilaban rostros atezados, brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas al aire y las vestiduras escasas cubiertas de pringues, de restos de brea, de grasas y de aceites. Llegaban cantando y vociferando unidos en una sola fe. […] Era el subsuelo de la patria sublevado”. 

Raúl Scalabrini Ortiz

Tres días antes de la histórica jornada del 17 de octubre de 1945, el coronel Juan Domingo Perón le escribía a Evita, su “adorable tesoro”, una carta desde la cárcel de la isla Martín García, en un tono escéptico y resignado. Entre palabras de amor, le prometía un futuro alejado del conflictivo mundo de la política.

Perón no lo sabía, pero sin siquiera ser presidente ya se había ganado el respeto del pueblo trabajador y el odio de la oligarquía y las clases conservadoras. 

El 16 de octubre de 1945, en la sesión del Comité Central Confederal de la CGT, un dirigente del sindicato de carne rosarino aseguró que si el cuerpo no resolvía la huelga general, ésta se efectuaría igual por el estado emotivo de los trabajadores. En otras palabras, si los dirigentes cegetistas avalaban el corrimiento de Perón, quedarían desacreditados frente al pueblo trabajador, que en masa iría a huelga general de cualquier manera.

La CGT mantuvo la movilización para el 18 de octubre, como se había establecido previamente. Sin embargo, en los hechos, la huelga se realizó un día antes. En la mañana del 17, la agitación comenzó en los ambientes fabriles del conurbano bonaerense y en algunas ciudades del interior. Berisso, que aglutinaba a miles de trabajadores del gremio de la carne, fue un baluarte de aquella jornada. Le seguían Tucumán y sus trabajadores de los ingenios azucareros, y los petroleros y astilleros de Ensenada.

Por la mañana, la calle 60 se convirtió en la principal testigo del comienzo de la larga peregrinación que tenía como fin Plaza de Mayo. Pero antes, los trabajadores de Berisso pisaron las calles de la capital provincial, asilo de los sectores reaccionarios anti populares. En La Plata, ardían el Jockey Club y el diario El Día, y la Universidad -hasta entonces reservadas para las élites- perdía sus vidrios: el subsuelo de la patria devolvía la gentileza de una historia de opresión.

Cerca de las 18, luego de caminar, recibir los rayos de sol en la nuca y colgarse en camiones multitudinarios, los trabajadores de Berisso llegan a Buenos Aires, en patas y descamisados. La convicción de que otra Argentina comenzaba a gestarse, la larga marcha para pedir por Perón, el amor por la justicia social; eso era la lealtad. Y eso siempre será la lealtad: la prueba fehaciente de que el amor del pueblo siempre vence al odio de las minorías conservadoras, oligárquicas, odiantes. 

“Yo vi una turba histérica, incivil, que a la Casa Rosada se acercaba”, escribió la poeta de una familia aristocrática, Silvina Ocampo. Su amigo, Jorge Luis Borges, analizó el 17 de octubre en “La fiesta del monstruo”: Perón era el monstruo y los trabajadores, bestias homicidas. 

Más de un millón de personas coparon la plaza de la Casa de Gobierno ese día, dispuestas a esperar lo que fuera necesario para que liberen a Perón. Cerca de las 23 horas, ante la inminente estadía de les manifestantes, Perón es liberado y aparece en el balcón de la Casa Rosada: “Muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores. Siempre he sentido una enorme satisfacción, pero desde hoy sentiré un verdadero orgullo de argentino porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Patria”. 

El Gobierno militar se vio obligado a convocar a elecciones generales, en las que Perón sacaría el 52% de los votos. Los primeros dos gobiernos peronistas jamás serían olvidados, ni por los trabajadores, ni por las clases odiantes que festejarían la muerte de Evita y harían lobby para que la Fusiladora se haga con el Gobierno. 

Les cabecitas negras empoderades eran un peligro: para las elites, aquello significaba la pérdida de poder político y económico. Por eso el odio frente a cualquier conquista del pueblo, ayer y hoy.

Desde el 55 en adelante hubo varios de estos modelos excluyentes, con un enorme ataque a la producción, al trabajo, a la educación, a la cultura. Al parecer, la derecha ha mantenido todo este tiempo un discurso bastante inalterado, autoritario, misógino y muy contrario a los sectores populares. Por eso, los días más felices fueron y serán peronistas. ¡Feliz día!

Hebe De Bonafini: “La política tiene que ser solidaridad, lealtad, acción y amor”

Hebe De Bonafini: “La política tiene que ser solidaridad, lealtad, acción y amor”

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Entrevista exclusiva con la referenta de DDHH y presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.

Un repaso por su infancia, sus comienzos en la militancia en defensa de la democracia y los Derechos Humanos y algunas reflexiones sobre la actualidad que vive nuestro país.

Entrevistaron a Hebe les compañeres integrantes de Revista Trinchera, Agustina Flores y Juan Martín Palermo.

El deporte sufre el conflicto en Nagorno Karabaj

El deporte sufre el conflicto en Nagorno Karabaj

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El recrudecimiento de la conflagración política y bélica entre Armenia y Azerbaiyán en Nagorno Karabaj tiene sus consecuencias en el deporte y más específicamente en el fútbol, y una vez más deja al descubierto aquello que muches niegan: que la política y el deporte van de la mano.

Para poder comprender lo que sucede entre estos dos países y la causa por la que el deporte se ve afectado es necesario un breve repaso histórico y contextual del conflicto. Tras el colapso de la Unión Soviética –URSS- en 1991, la región de Nagorno Karabaj, pese a estar en territorio azerí, se encontraba habitada principalmente por la etnia armenia y fue tomada por separatistas armenios apoyados por Ereván.

Aunque la lucha entre estos dos pueblos se remonta a más de 100 años, la guerra de los 90′ en Nagorno Karabaj dejó más 30.000 muertos y miles de desplazados. Tras dicho sucesos, después de tres años, se alcanzó un alto al fuego mediado por Rusia, Francia y Estados Unidos en 1994.

Esta mediación jamás se vio como un acuerdo de paz definitivo, porque nunca fue firmado por ambas naciones, y desde entonces, los combates se han reactivado con el transcurso de los años en varias ocasiones: el último estallido en la región comenzó a fines de agosto y principios de septiembre del corriente año, con acusaciones de ambas partes.

A eso le siguieron intensos ataques aéreos y ofensivas por tierra que, incluso, ya han provocado la muerte de civiles. Detrás de cada bando se ve un interés político y territorial: hay una potencia por lado, acompañando el conflicto -Turquía apoya a Azerbaiyán y Rusia a Armenia-.

 La estrecha relación del conflicto con el fútbol 

Si bien este histórico conflicto en el Cáucaso afecta al deporte en general, tiene su correlación más profunda con el balón-pie, con un episodio bastante conocido: al cruce entre la selección de Armenia y Azerbaiyán se lo conoce como “partido prohibido” por la UEFA. Esto significa que el juego entre estos equipos debe evitarse a toda costa, salvo en fases finales de eliminación directa en un Mundial o en Eurocopa. Pese a ello, ambos seleccionados tenían pautado un amistoso para el pasado 7 de octubre, pero por obvias razones se canceló.

Una de las cosas que se ha querido invisibilizar históricamente es la relación que tienen el deporte y la política, que se sostiene hasta la actualidad. Se suele decir que estos dos mundos no se mezclan, sin embargo, el caso del conflicto entre Azerbaiyán y Armenia deja entrever que este mito es absolutamente falso: muchos jugadores tuvieron que dejar de jugar para ir a la guerra.

La Asociación de Federaciones de Fútbol de Azerbaiyán (AFFA) ha expresado su apoyo en reiteradas ocasiones a los soldados azeríes y replicó mensajes de apoyo de clubes turcos mediante sus medios oficiales. Asimismo, el presidente de la Liga Profesional de Fútbol de Azerbaiyán, Ramin Musaev brindó una entrevista en la que se expresó de manera abierta y mostró su contento por el hecho de “que haya comenzado lo que habían estado esperando durante tantos años”.

Ante esas declaraciones y expresiones, la Federación de Fútbol de Armenia elevó una queja tanto a la UEFA como a la FIFA, considerando “politización del fútbol” y “manifestación de militarismo” de su contraparte azerí; aunque luego compartieron un mensaje de Henrikh Mkhitaryan -jugador armenio- quien escribió: “Nagorno Karabaj está peleando contra el terrorismo internacional. La nación armenia, la seguridad y la paz globales están bajo amenaza”.

Al margen de la disputa de discursos, la guerra está teniendo consecuencias reales: la AFFA informó la muerte de Shahriyar Gurbanov, un niño de 13 años que jugaba en la liga de la ciudad de Naftalan, por lo que se pidió a las federaciones de la UEFA y FIFA que expresen su solidaridad, pero estas hicieron caso omiso.

Por su parte la Federación de Armenia, denuncio que los bombardeos de las fuerzas de Azerbaiyán han alcanzado varios campos de fútbol instalados por la misma para niños en la ciudad Mets Masrik, en la región de Vardenis. Cabe señalar también que la selección armenia no contará con su capitán para sus próximos encuentros porque el mismo fue llamado para combatir en dicha guerra.

A su vez, el conflicto se hizo eco en las rede luego de que Liparit Dashtoyán, un jugador armenio 22 años, perdiera la vida en los combates de Nagorno Karabaj. Dashtoyán militó la pasada temporada en el Alashkert-2 de la segunda división de su país y murió en el frente, escenario de cruentos combates entre fuerzas armenias y azerbaiyanas en el enclave separatista de Nagorno Karabaj.

Otro episodio recordado ocurrió en 2019, cuando el armenio Henrikh Mkhitaryan no pudo viajar con Arsenal -club de la Premier League- para la final de Europa League en Bakú, capital de Azerbaiyán. Tras varias deliberaciones, el club y el jugador decidieron descartar su presencia en ese partido por temores sobre su seguridad. A su vez otro jugador de Armenia, Varazdat Haroyan, abandonó el fútbol y rechazó una transferencia al AE Larissa de Grecia para enlistarse en el ejército y unirse a la primera línea de batalla en Nagorno Karabaj.

Pese a los conflictos y los sucesos con las federaciones y jugadores, varios son los encuentros que debieron disputar sus selecciones por compromisos con la UEFA: Armenia-Georgia (luego contra Estonia) y Azerbaiyán-Chipre fueron los partidos correspondientes a la Liga de Naciones. Ambos se disputaron en campo neutral por el conflicto en torno a Nagorno Karabaj, según ha confirmado la casa madre del fútbol europeo en un comunicado.

Si bien faltan 9 meses para la Euro 2020, las dudas ya están puestas en una de las sedes: el estadio Olímpico de Bakú. El mismo albergaría, en principio, cuatro partidos de ese torneo. En este sentido, Ryan Giggs, entrenador de Gales -que debe jugar dos partidos de fase de grupos allí-, aseguró que Asociación de Fútbol de Gales está monitoreando la situación y no descarta pedir un cambio de sede: “Creo que hay que ser flexible en esta época con la forma en que van las cosas”, explicó.

Aparentemente, el hecho de que Azerbaiyán sea sede de la Euro2020 es parte de la estrategia del Gobierno azerí para mostrar apertura internacional y dar vista de su bienestar al mundo, algo que ya se ha visto en múltiples ocasiones de la historia: se utiliza al deporte para tapar los sucesos ya sean políticos o bélicos que atraviesa la sociedad de un país. 

La disputa no es ajena al mundo del fútbol en nuestro país: hace un par de años la comunidad armenia mostró su rechazo a River Plate cuando comenzó a circular la posibilidad -hoy en día ya concreta- de que la aerolínea nacional turca Turkish-Airlines sea sponsor del club de Núñez.

Si bien el reclamo se hizo escuchar, no se frenó la alianza. Matías Patanian, quien fuera vicepresidente en el primer mandato de D’Onofrio y también CEO y vicepresidente de Aeropuertos Argentina 2000 -donde Turkish Airlines opera desde 2012-, aseguró que como armenio no le sonó “simpático, porque quien forma parte de la empresa es el estado turco, pero entiendo a la directiva, que debe pensar en River, más allá de una cuestión emocional que me involucre a mí o a la comunidad armenia”.

Sin dudas esta disputa que comenzó hace casi un siglo promete más capítulos. Esta es solo una muestra más de que el deporte no está ajeno a las pujas políticas, sociales y territoriales entre países.


Eduard Paz
Eduard Paz

Proveniente del sur, me instalé en la ciudad de las diagonales. Fiel pensante que la política y el deporte van de la mano. Siempre me vas a tener al servicio de la comunicación del pueblo y su deporte.

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