Era domingo 9 de agosto por la noche, la semana todavía no había arrancado, pero las malas noticias ya habían arruinado los días por venir. Se sentía el gusto amargo en la provincia jujeña por la confirmación de que se estaba en el peor pico de contagios durante este tiempo de lucha contra el virus invisible. Con la escultura de una pequeña virgen a su derecha y el micrófono a su izquierda, el Gobernador jujeño anunciaba el colapso del sistema de salud que tanto descuidó, y dejó entrever entre sus palabras flojas de información el desinterés de levantar a la provincia y más importante, a sus habitantes.
Esta fue la gota que colmó el vaso de meses llenos de abandono e irresponsabilidad del Estado.
El fallido ejemplo a seguir
La provincia de Jujuy presentó un progreso estable y controlado durante los primeros meses de lucha contra el COVID-19, manteniendo el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio en todo el territorio. Sin embargo, como todo señor radical de camiseta amarilla, no le falló a sus ideales y/o a los que pregonan sus compañeros de partido tanto a nivel nacional como regional.
Cuando la paz insostenible de consenso entre gobiernos, medios comunicacionales y la sociedad llegó a su fin al cumplirse 100 días de cuarentena, Jujuy tomó una de las peores decisiones y vivió las consecuencias.
La curva que indica el aumento de casos y fallecides no paró de subir cuando se pasó de fases hasta llegar a la apertura de negocios, shoppings, locales de comida y hasta la promoción del turismo interno. El gobernador apareció en todos los canales de televisión nacionales siendo alabado por periodistas poco contentos con el ASPO. Se lo reconoció como el ejemplo del país, pero vimos las graves consecuencias semanas después: el pueblo jujeño está en total crisis y descontrol.

A principios de mes se anunció que el 93% de las camas de terapia intensiva estaban ocupadas. El aumento de casos se dio en tan pocas semanas que el sistema hospitalario, abandonado por años, no pudo con el pico. Directivos y personal médico de hospitales hacen colectas porque no les llegan los materiales mínimos de protección que el gobierno debe garantizar. Además de que el cuerpo médico no da abasto con la cantidad de casos en cada institución.
La provincia le pidió a Nación millones de pesos hace días, lo cual se cumplió, pero nadie es testigo de ello, o por lo menos no el pueblo.
Las consecuencias se presentaron en las ciudades casi de inmediato. Las personas contagiadas se quedaron sin lugar donde ser atendidas por lo que vuelven a sus casas sin ninguna solución y esperando estar lo mejor que se pueda en esas condiciones. Fallecen en sus casas y les mismes vecines intentan comunicarse con familiares y/o allegades para que los cuerpos no queden abandonados allí. En esto se traduce el abandono del Estado.
A igual que los hospitales, los cementerios están colapsados. No hay lugar y no hay personal para enterrar a les fallecides, las familias tienen que cavar las tumbas con sus propias manos. Este fue el caso de José Domingo Ramírez, quien tuvo que enterrar a su madre. La funeraria le dijo que debía “ir al cementerio y hablar con el encargado”, pero lamentablemente él iba a tener que cavar la fosa y enterrarla porque “la empresa no se hace cargo de eso”, explicó en diálogo con C5N, y además agregó: “Nunca me hicieron un test porque no tenían”, por más que se supiera que estuvo en contacto con su difunta madre.
Otro caso lamentable que se dio en la provincia fue el del fallecimiento de un hombre por ingerir dióxido de cloro. El químico fue recomendado por diferentes comunicadores, entre elles la famosa Viviana Canosa, y generó un cuadro de desinformación muy peligrosa. La irresponsabilidad de difundir “remedios” no aceptados por los organismos competentes pueden resultar fatales como fue el caso del hombre mencionado.
Luego de estos desgraciados eventos, el gobernador Morales apareció en el escenario. El 10 de agosto, en el anuncio de la ocupación casi total de las camas de terapia intensiva, Morales instó, como solución al problema, a “que se metan el antibiótico para ir peleándola de entrada”.
A raíz de esto el gobernador fue denunciado penalmente por el Colegio de Farmacéuticos y el Colegio Médico de Jujuy, quienes aclararon que los medicamentos sólo se dispensan bajo prescripción médica y pidieron un uso racional de ellos para evitar un faltante para quienes los necesitan. También desde el Ministerio de Salud de la Nación, siempre se sostuvo la recomendación de evitar la automedicación ante los primeros síntomas.
Ingenio Ledesma como foco de contagio
El ingenio jujeño Ledesma y sus herederos, los Blaquier, son históricamente recordados como fieles seguidores de las órdenes dictatoriales de hace unas décadas por la Noche del Apagón. Hoy en día, su mala fama no ha cambiado demasiado: les trabajadores de sus plantas industriales no trabajan en las condiciones adecuadas por lo que, a través de los años, el ingenio se ha visto rodeado de polémicas y luchas por parte del gremio, el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma.
En este contexto pandémico, el complejo del ingenio se convirtió en un descontrolado foco de contagio y propagación del COVID-19 por la falta del cumplimiento de los protocolos de seguridad e higiene y las condiciones precarias de trabajo que se denuncian hace tiempo. Luego del fallecimiento de cuatro obreros y tres de sus familiares, el gremio estableció un paro de 24 horas en forma de protesta. Les contagiades son alrededor de 250 trabajadores.
A través de un comunicado llamado “Los dueños de la muerte”, el sindicato reclamó “la realización masiva de testeos a las y los trabajadores, cambios en el departamento de medicina laboral, la ralentización del movimiento de personas, el respeto de los tiempos de recuperación, el seguimiento y evolución de los trabajadores, la eliminación de sanciones ilegales, el control estricto de los protocolos, el licenciamiento de mayores de 60 años y el respeto del salario de todas y todos”.
Sin embargo, sin importarles si les trabajadores sufren enfermedades previas o si tienen familiares que no pueden exponer, les pasan a buscar en camiones apretados y sin protocolos; se trabaja igual. Como no son los grandes dueños los que se enfrentan al virus por un plato de comida de un sueldo que ni siquiera es el adecuado, no les interesa.
En consecuencia, la organización Abogados y Abogadas del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales (Andhes) realizó presentaciones ante las carteras laborales de Nación y Jujuy por vulneraciones a los derechos humanos en la empresa.
En su intervención manifestaron algunos aspectos en los que se incumplen las normas de prevención: los elementos de protección son de fabricación casera y a la hora de trabajar se les imposibilita respetar la distancia mínima de seguridad. Además, se comentó que los grupos más vulnerables de la sociedad son los obreros vinculados a las tareas agrarias por recibir menos ingresos salariales y, por lo tanto, tener menos posibilidades de acceder a las medidas sanitarias necesarias para enfrentar el virus.

La provincia terminó la semana con la sorpresiva noticia de que su gobernador dio positivo de COVID-19, el mandatario lo confirmó el viernes 14 a través de sus redes sociales. “Quiero comentarles que recién me confirmaron el diagnóstico de COVID-19 positivo. Me encuentro asintomático, cumpliendo con el aislamiento y todas las recomendaciones médicas”, afirmó. Los casos de contagios hasta ese día eran 4.238, con la recuperación de 3.116. La cantidad de fallecides superan un centenar.
Las consecuencias no son invisibles como el virus, por más que se intente ocultar en las grandes pantallas. La gestión del jefe jujeño de Cambiemos demostró cómo la política neoliberal condena al pueblo, y queda más claro en situaciones de extrema gravedad y de necesidad de un Estado presente.
Referencias:
https://rnma.org.ar/2020/08/06/denuncia-contra-exar-s-a-y-ledesma-s-a-a-i/
https://www.tiempoar.com.ar/nota/jujuy-con-el-sistema-de-salud-casi-colapsado-morales-llama-a-automedicarse