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El miércoles 22 de julio el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires anunció el programa Acompañar, que básicamente le otorga un incentivo económico mínimo a quien tiene síntomas leves o está en proceso de recuperación de la infección por el COVID-19.

Lo primero que se me vino a la cabeza cuando me enteré de la noticia, fue el ejercito de trolls que buscan generar impacto con un discurso odiante a partir de sostener que son planes, que la emisión genera inflación en fin; un discurso liberal que mira para otro lado ante el derrumbe del mundo como lo conocíamos o creíamos conocerlo.

El impacto fiscal de la medida hay que tomarlo con los números sobre la mesa.

Al día de la fecha, 22 de julio y con los datos de la cantidad de casos confirmados de COVID-19 para la Provincia de Buenos Aires al día 21 de julio, hay un total de 12,541 personas en situación de cuidados mínimos. Esta sería la población blanco de dicha medida, que representa el 16.32% del total de los casos (76,817 al 21/07/20).

La cantidad de personas en cuidados intermedios en PBA son 2,882, siendo esto el 3.75% del total de casos confirmados, y en cuidados intensivos hay 3,735 personas, que representan el 4.8%. Hay un total de 37,254 personas recuperadas y 1.229 fallecieron al 21 de julio del corriente.

Si tomamos a las 12,541 personas que atraviesan los cuidados mínimos, el costo de la medida anunciada, que le otorga $500 a quienes transitan esta etapa, es de $6,270,500, con un aumento diario del 4.5%, lo que permite una recuperación monitoreada.

En este caso se estaría destinando diariamente alrededor de $6,500,000 para reducir la mitigación del COVID, que tiene parada la economía mundial. Aproximadamente el 0.0000012% del PBG anual (Producto bruto geográfico de la PBA), o lo que es lo mismo, el 0,00046 % de PBG diario.

Si pagarle a las personas en cuidados mínimos opera en función de mitigar la propagación del virus y encima le brinda un apoyo económico a aquellas personas que sí o sí tienen que conseguir el mango día a día, se podrán retomar las actividades antes de que si no se hiciera nada, evitando que el sistema de salud colapse. La irreversibilidad del daño sobre la vida es incalculable y aún mayor que sobre la economía, que igual como funcionaba, sumergía a gran parte de la población a la miseria.

Es verdad que la provincia no está siendo prolija en un montón de aspectos: el no reconocimiento de la labor de les trabajadores de la economía popular que a diario paran las ollas, trabajadores esenciales que no son respetades en sus derechos, policías que desaparecen o fusilan gente y no hay justicia cuando la bala mata a une pobre. Eso no hay que dejar de verlo, ni denunciarlo.

Eso sí, no soy de los que piensan que haya que volver a la vieja normalidad, ya que lo que desnudó esta crisis global es que si no modificamos los modos de vivir, consumir, producir y relacionarnos con el medio, si no revertimos las desigualdades y violencias que genera el sistema de distribución actual, volverán a aparecer nuevas pestes para matar a la pandemia más destructiva que le tocó albergar a nuestra madre tierra, el ser humano.

Aparición con vida de Facundo Astudillo Castro.


Los números vertidos en esta nota, son cálculos propios en base a información oficial de la PBA, Ministerio de Salud y de Economía.

Nasim Iusef Venturini
Nasim Iusef Venturini

Habitando la tarea de generar ciencia, con los pies en el barro y a partir de la acción, para construir justicia social. Me formo permanentemente en los campos de la economía y la salud, y considero que lo más importante es cuidarnos y cuidar nuestra tierra.

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