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Luego de cuatro meses de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), Argentina comienza con una apertura gradual encaminada a la nueva normalidad, en la que la responsabilidad ciudadana será el factor más importante.

Nuestro país cuenta con más de 130 mil casos confirmados, de los que alrededor de 60 mil ya están recuperados y cuenta con un poco más de 2300 muertes. Esto no solo marca que el ASPO ha sido efectivo a la hora de amortizar el azote de la pandemia, sino que ha demostrado que cuando las ciencias son tomadas en cuenta, saben responder de la mejor manera.

Al mismo tiempo, estos números han abierto las puertas a las ciencias del mundo. A principios de este mes, el presidente Alberto Fernández dio a conocer que nuestro país había sido seleccionado por los laboratorios internacionales Pfizer (Estados Unidos) y BioNTech SE (Alemania) para probar una vacuna experimental contra el coronavirus.

En palabras del propio Alberto Fernández, “la selección de nuestro país para llevar adelante estos estudios estuvo basada en la experiencia científica local, en las capacidades operativas y en la experiencia previa de Argentina en la realización de estudios clínicos”, lo que marca que realmente el esfuerzo de nuestres cientifiques no ha sido una pérdida de tiempo. Aunque no todas son buenas noticias.

Otra de las cuestiones por las que Argentina ha sido seleccionada como el primer país latinoamericano en probar esta vacuna es el hecho de que, si bien los números son bajos, se necesita una circulación viral del Covid-19, por lo que será fundamental el cuidado, la higiene y el distanciamiento social, y más aún si tenemos en cuenta esta nueva apertura de la cuarentena.

Estas consideraciones fueron confirmadas por el director de Vacunas de Pfizer para América del Norte, el argentino Alejandro Cané, quien destacó que “la experiencia previa de la Argentina en la realización de estudios clínicos, sumado a los altos estándares de calidad en investigación científica demostrados en los muchos estudios realizados en los últimos 20 años en el país, fue determinante en la selección de la Argentina como lugar de testeo de la fase final de la vacuna”.

Cané explicó que  las fases 1 y 2 de la vacuna comenzaron a fines de abril en Alemania y en mayo en los Estados Unidos, por lo que Argentina será parte de la fase 3. Esto da mucha seguridad ya que, si bien la vacuna es experimental, ya fue probada y es bien tolerada en humanos.

Esta vacuna utiliza tecnología experimental conocida como ARN mensajero, un mecanismo genético para inducir al cuerpo humano a producir ciertas proteínas que generan anticuerpos e inmunidad celular contra el nuevo coronavirus

Otro de los resultados positivos es que esta vacuna es inmunogénica, es decir, es capaz de generar anticuerpos. De hecho, este dato fue de vital importancia para pasar a esta nueva fase. Las pruebas clínicas que se realizaron en Estados Unidos se dieron entre 45 personas de 18 a 55 años de edad y demostraron que esta vacuna desarrolló anticuerpos por encima de los generados por otras personas recuperadas con otros tratamientos.

Con estos resultados, se espera que para principios de agosto esté la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para comenzar con la fase 3. Aunque una de las grandes diferencias es que en nuestro país se pasará de 45 personas a 30 mil, apostando a una escala mucho mayor a las ya tratadas.

Sobre esto, Cané explicó que “el estudio global incluiría a unas 30.000 personas para demostrar que la vacuna es eficaz y segura, y la cantidad de personas que involucre en Argentina dependerá de la capacidad de enrolamiento y la evolución que vaya teniendo la investigación”. Además, agregó que “si tiene éxito, estas y otras vacunas comparables serían más fáciles, más seguras y más baratas de fabricar que las vacunas tradicionales basadas en células de virus inactivadas o parciales”.

La vacuna de Pfizer Inc. y BioNTech SE es una de las doce vacunas que están siendo probadas en seres humanos (en fase clínica) alrededor del mundo según registros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero no son las únicas.

Rusia, China e India son tres de las potencias mundiales que van cabeza a cabeza junto con Estados Unidos en la búsqueda por una vacuna que termine con esta pandemia mundial.

Por un lado, Rusia finalizará la segunda fase de ensayos clínicos de la vacuna contra el nuevo coronavirus Covid-19 el próximo 3 de agosto. Esta vacuna impulsada por la Federación de Rusia a través el Instituto de Epidemiología Gamaleya de Moscú en estrecha cooperación con el Ministerio de Defensa, es la iniciativa que ahora mismo tiene mayores posibilidades de lograr un resultado positivo en comparación con las vacunas alternativas trabajadas alrededor del mundo.

El gobierno ruso espera que una vez concluida esta segunda fase se pase a una tercera de ensayos clínicos internacionales, por lo que ya se están llevando adelante negociaciones con Arabia Saudita.

En lo que respecta a esta vacuna, el Jefe del Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF), Kirill Dmitriev espera que la solución rusa sea “posiblemente la primera aprobada a nivel mundial, ya que después de 28 días de estudio, ningún voluntario de vacunas había experimentado efectos secundarios adversos graves, problemas de salud, complicaciones o reacciones adversas”.

Dmitriev se muestra optimista con los resultados de esta segunda fase y espera que Rusia comience a producir una primera tanda de 30 millones de dosis de la vacuna, con un potencial de 170 millones de dosis adicionales de producción en el extranjero. Para esto, el Ministerio de Industria y Comercio ya ha puesto en marcha los protocolos de cooperación y convenios industriales para producir en masa la vacuna cuando las pruebas hayan terminado.

Un dato no menor para todas estas cuestiones es que el gobierno ruso invirtió más de 116 mil millones de rublos para combatir la pandemia, lo que equivale a cerca de 1,67 mil millones de dólares. De este dinero, 76 mil millones de rublos se destinaron para equipar camas para los pacientes con Covid-19 en todo el país, 40 mil millones de rublos se utilizaron para entregas gratuitas de sistemas de prueba al gobierno, instituciones médicas municipales y tratamiento de personas infectadas con coronavirus. Aunque estas cifras no incluyen los fondos transferidos para apoyar el desarrollo de pruebas, vacunas y pagos adicionales al personal médico. A la par de estas inversiones, la Federación de Rusia ha destinado importantes recursos para agilizar el impulso de la vacuna.

Por su parte, la República Popular China hay diversas vacunas en fase de pruebas que cuentan con resultados prometedores. Tal es así que, en la búsqueda de una vacuna que funcione a nivel global y garantice el acceso a los países más afectados por la pandemia, la compañía Sinovac Life Science Co., con sede en Beijing, ha firmado un acuerdo de cooperación con el Instituto Butantan para llevar a cabo las pruebas cruciales de la fase 3 de la vacuna contra el Covid-19 en Brasil.

Hay que tener en cuenta que hace poco menos de un mes el gobierno chino aprobó una vacuna de uso exclusivo de sus tropas. A esto se le suma la instalación de un mega complejo en Wuhan y otro en Beijing para producir más de 200 millones de dosis de la vacuna en el momento que sea necesario.

Pero Rusia y China no son las únicas con novedades positivas. Desde India afirman que el mes de julio será clave para los ensayos clínicos de “Covaxin”, la vacuna desarrollada entre el Instituto Nacional de Virología de la India, el Consejo Indio de Investigación Médica y la compañía Bharat Biotech. El país conocido por ser la potencia mundial en producción de medicamentos se encuentra a la expectativa ya que en las primeras pruebas se ha desarrollado una respuesta positiva del sistema inmunológico.

Estas alternativas presentadas no le escapan a las diversas realidades geopolíticas. Si analizamos la forma de confrontar la pandemia, veremos que no está alejada de la realidad de cada uno de estos países. No suena para nada extraño que mientras Estados Unidos busca realizar las pruebas en nuestro país, uno de los que mejor ha afrontado la pandemia dentro de latinoamérica y el mundo; China intenta buscar una alternativa más global trabajando en conjunto con Brasil, uno de los países que más está sufriendo la pandemia. Por su parte los rusos, siguen siendo los tapados en esta lucha, pero los que más cerca están de descubrir una vacuna realmente efectiva.

China y Rusia avanzan en la búsqueda de una alternativa mucho más accesible, mientras que ni siquiera la pandemia puede parar el interés r

Mientras China y Rusia buscan una alternativa mucho más accesible y global, ni la pandemia puede parar la codicia de los Estados Unidos, que siguen buscando la manera de hacer de esto algo rentable. Esperemos que en la nueva normalidad que se avecina, busquemos entre todes soluciones más equitativas y solidarias para acabar de una vez por todas con la otra pandemia que arrasa con todo a su paso: el capitalismo.


Fuentes:
https://medium.com/@misionverdad2012/c%C3%B3mo-va-la-carrera-internacional-por-la-vacuna-contra-el-covid-19-19ef2cfba43c
https://www.telam.com.ar/notas/202007/487836-vacuna-contra-coronavirus-argentina-prueba-pfizer-biontech.html
https://www.aa.com.tr/en/latest-on-coronavirus-outbreak/russia-to-hold-phase-3-of-covid-19-vaccine-trial-abroad/1912694#

Jonatan Pérez
Jonatan Pérez

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