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A lo largo de los años y en muchas reflexiones como esta hemos dejado claro que el imperio no descansa nunca. Todo el tiempo está viendo cómo sostenerse y qué fichas mover para no perder terreno, o para conquistar otros. Porque su lógica es de dominación, la política imperial no es otra cosa que conquistar, masacrar y saquear.

En varias oportunidades se ha planteado la preocupación de ver que en muchos espacios (incluidos muchos medios compañeros) se suele hacerse una lectura liviana o superflua de lo que ocurre en otras partes del mundo. Lo alertamos en su momento y lo volvemos a señalar: es una ingenuidad creer que lo que ocurre o ha ocurrido en otras partes del mundo no pueda suceder en nuestro país.

En reflexiones anteriores se señalaba que el imperio norteamericano estaba intentando avanzar en la palestinización de Nuestra América. Quizás haya sido una lectura errónea, al menos parcialmente. Quizás haya que mirar un poco más arriba en el mapa y ver lo que sucede en las fronteras rusas, particularmente en Ucrania.

Bannon: de Europa a Nuestra América

Esto no es invento alocado, sino que tiene que ver con que el mismo asesor norteamericano que viajó a territorio de europeo para “arreglar” lo que sucedía en Ucrania, es el mismo que por ejemplo asesoró a Bolsonaro en su carrera presidencial. Obviamente se está hablando de Steve Bannon.

Este es socio del buitre Paul Singer, es quien además visitó en reiteradas oportunidades la Argentina y asesora a muchos de los gobierno de derecha. La estrategia imperial parece estar cambiando hacia la radicalización de las derechas continentales para no perder influencia. Algo relacionado con esto analiza el sociólogo argentino (radicado en Venezuela), Marco Teruggi.

Las andanzas de Bannon en el continente, entre otres las ha analizado el médico sanitarista y político argentino, Jorge Rachid. El analista señaló recientemente que Banno fue enviado a Europa a “fortalecer el Brexit”. Esto se dio en un contexto donde EEUU buscaba condicionar a la UE, presionaba a la OTAN, se iba del tratado nuclear con Irán, desconocía el Acuerdo de París, entre otras andanadas.

Según Rachid, “Bannon instaló una escuela de formación de cuadros en Italia que se llama “Movement”. Fue a fortalecer una alianza de los partidos de derecha, desde Le Pen en Francia hasta el premier de Hungría, fortalecer a la derecha nazi en Austria, fortalecer al gobierno de derecha de Rumania y a consolidar la operación en Ucrania[1].

Esto se dio en paralelo a una América Latina donde surgía Grupo de Lima; donde EEUU ya se había reactivado de su 4ta Flota (que depende del Comando Sur); donde la Unasur estaba siendo desmantelada por los gobierno de derecha, al tiempo que le daban la espalda a la CELAC; donde ya habían sucedido Golpes de Estado “blandos”, o la reaparición de golpes a la vieja usanza como en Bolivia. Detrás de estas maniobras -según Rachid- hay dos piezas claves del imperio: Steve Bannon y Eliot Abrams.

Brasil como laboratorio

Estas afirmaciones no distan en mucho de las vertidas por el colega uruguayo Aram Aharonian. Este afirma que Brasil está siendo el laboratorio mundial de la ultraderecha. No sólo por las intenciones de Bolsonaro de “armar al pueblo” para “combatir al comunismo“, sino por la delirante y peligrosa línea que va tomando su gobierno, el aumento del poder dentro del gabinete presidencial y en distintos ministerios de parte de las FFAA[2], o la sumisión brasileña -casi pornográfica- con la política exterior norteamericana.

Para darse una idea, recientemente las FFAA brasileñas presentaron modificaciones al Libro Blanco de la Defensa. Entre sus cambios se encuentra la afirmación de que América del Sur ya no es un territorio donde no puedan existir tensiones y conflictos bélicos. A buen entendedor pocas palabras. De hecho el propio Lula alertó sobre esta situación. El ex mandatario y líder popular sostuvo que “es alarmante darse cuenta de que las viejas teorías sobre las rivalidades con los vecinos están siendo revividas y que nuestras Fuerzas Armadas pueden ser utilizadas para acciones incompatibles con los principios constitucionales de no intervención y autodeterminación de los pueblos“.

En relación a lo anterior si bien el escenario que cualquiera podría aventurar es un enfrentamiento con Venezuela, donde Brasil serviría como soporte de una invasión de EEUU -en complicidad con Colombia y posiblemente algún aliado más-, no se puede descartar un conflicto con la Guyana Francesa (o sea Francia). Este escenario del que pocos hablan puede tener a los galos “jodiéndole la vida” a los norteamericanos en la Amazonía como una especie de pase de facturas.

Como se ha visto, Argentina no está exenta de incremento de los niveles de violencia de parte de una derecha cada vez más desbocada: el documento firmado por los presidentes de los partidos opositores que conforman el Cambiemos, donde se daba a entender que el oficialismo tenía algo que ver en el asesinato de Fabián Gutiérrez; los actos de odio expresados en la manifestación opositora el 9 de julio; las amenazas a la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; o el retwitt del diputado cambiemita Fernándo Iglesias; todas expresiones que fomentan aún más el odio en un sector de la sociedad.

Volviendo a Rachid, Steve Bannon, que es aliado y socio de Paul Singer y que está enemistado con el megaespeculador de George Soros, es quien fomenta estas directrices de odio. De echo afirma que en la marcha cambiemita del 9 de julio “apareció un cartel que decía Soros o Perón”. Según afirma el analista, Bannon y la Embajada le declararon la guerra al gobierno de Alberto Fernández y utilizarán todo lo que esté a su alcance para esmerilar su gobierno.

En medio de estas situaciones, se dieron dos hechos a los que también hay que prestarles atención: la fake news respecto de Venezuela y la postura del gobierno argentino en relación al informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachellet; y la fugaz visita del ex presidente Mauricio Macri a Paraguay, donde visitó a su amigo Horacio Cartes (sindicado como uno de los mayores lavadores de dólares del narcotráfico según la propia DEA norteamericana, y con pedido de captura en Brasil por lavado de activos con el Banco Basa) y al actual Presidente, Abdó Benítez.

¿Se animarán?

¿Se animarán los EEUU a caotizar la región al mejor estilo Ucrania? ¿Bannon logrará articular a la derecha y extrema derecha del continente como parece haber hecho en Europa? ¿Quién ganaría y quién perdería en un escenario de ese calibre? Algunas preguntas que surgen de los hechos antes mencionado, pero que no tienen una única respuesta posible. Pero, vale recordar que un imperio en decadencia, lejos de retirarse de manera ordenada -y sin chistar-, se bestializa y puede ser mucho más peligroso. Precisamente por eso es que hay que tener los ojos bien abiertos.


Referencias:
[1] https://www.youtube.com/watch?time_continue=200&v=EArT1N6AzLY&feature=emb_title
[2] https://www.alainet.org/es/articulo/207502

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

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