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Por Nicolás Sampedro*

En artículos anteriores se marcaban algunos de los debates que abrió la pandemia del COVID-19 a escala global. En esas líneas también se manifestaba la necesidad de avanzar en ellos ante la inminente respuesta de las elites globales a la situación actual y si bien sólo han pasado algunos días, la realidad es que ya se comienzan a ver esas respuestas.

Hace unos días el filósofo y comunicador mexicano radicado en Argentina, Fernando Buen Abad escribía al respecto señalando que los sectores de poder global “preparan un arsenal de paliativos, analgésicos y entretenimientos ideados para anestesiar la rebeldía, para diluir el espanto develado por la pandemia y para convencernos de que nada puede ser cambiado, que “la cosa es así” y que debemos resignarnos… que alguna migaja caerá de la mesa del capitalismo ‘renovado’[1].

Semanas atrás también se ha analizado el papel que están jugando las deudas externas para los países periféricos o en vías de desarrollo -como, mediática y académicamente, los países centrales gustan denominar a sus oprimidos-. En tal sentido y haciendo honor a sus costumbres occidentalocéntricas e imperialistas, el Fondo Monetario Internacional otorgó millonarios préstamos a varios países de la región.

Según analiza el periodista económico argentino, analista asociado a al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la), Rodolfo Koé Gutiérrez, “entre el 15 de abril y el 1 de mayo el FMI aprobó préstamos a Bolivia, Costa Rica, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Haití, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Santa Lucía, por un total de 3.483 millones de dólares, pero con la condicionalidad de las temidas recetas de ajuste pospandémico”.

El colega señala que en todos los casos se condicionó a los países nuestroamericanos a que superada la pandemia, comiencen los ajustes fiscales para devolver estos créditos. Todos países ya castigados de antemano y con situaciones de extrema vulnerabilidad y desigualdad hacia lo interno. La complicidad del organismo con las corruptelas locales se hace insalvable y muy por el contrario a lo que algunos vienen diciendo, las políticas de ajuste del Fondo no cambiaron, fueron puestas en cuarentena.

Esta situación se da en un marco de pérdida masiva de trabajo, y de pobreza y pobreza extremas que se incrementarán sustancialmente según lo planteado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Este organismo señaló recientemente la pandemia dejará a más de 214 millones de personas en la pobreza y a más de 83 millones en la pobreza extrema. Como siempre, les más pobres son les que peor la pasan.

El organismo alertó a los gobiernos de la región a implementar políticas para frenar las consecuencias de la pandemia para no revivir la crisis de los 80, e implementar una renta básica universal para el 34,6% de las personas que habitan este continente y están en situación de pobreza.

Y es que en Nuestra América existen grandes porciones de la población que sobreviven de trabajos informales (53,1% según la Organización Internacional del Trabajo). Según detalla Koé Gutierrez, “en 2018 solo el 47,4% de los ocupados aportaba al sistema de pensiones y más de 20% de los ocupados vivía en la pobreza. Las mujeres, las jóvenes, los indígenas, los afrodescendientes y los migrantes están sobrerrepresentados entre los trabajadores informal[2].

Los datos arrojados por el colega son acoplables a los expresados por el investigador del Centro Mundial de Estudios Humanistas y comunicador en agencia internacional de noticias Pressenza, Javier Tolcachier, quien señaló que “una de cada 10 personas está en la indigencia total, mientras 2 de cada diez está bajo la línea de la pobreza. Claro que con diferencias enormes entre lugares. Mientras 43 de cada 100 seres humanos que viven en el África Subsahariana mal subsisten con menos de 2 unidades de moneda estadounidense – lamentable patrón aún en la estadística internacional – en los países de la OCDE esta proporción es de apenas 0.7 por cada cien[3].

El investigador rescata las cifras relevadas por la FAO, que en su informe de 2019 señaló que 820 millones de personas padecían hambre, en tanto cerca de 2 mil millones sufrían de inseguridad alimentaria.

De igual manera Tolcachier analiza los gastos del sector armamentístico que según cifras del SIPRI, en 2019 el despilfarro bélico sumó la vergonzosa cifra de “1.917 millones de millones de dólares, lo cual equivale a 60.800 dólares por segundo[4].

El contraste de estas cifras astronómicas, da cuenta de la podredumbre del capitalismo neoliberal y globalizado que rige hoy sobre este planeta. Pero la gran desvergüenza de la elite dominante y de sus complejos aparatos de propaganda (conocidos como medios de comunicación hegemónica), no hacen más que intentar tapar estas atrocidades.

Volviendo a Buen Abad, éste enfatiza que las elites dominantes “están tratando de maquillar el sistema económico dominante, sus salas de tortura laboral, sus refinamientos de usura bancaria, sus estrategias de despojo y privatización en educación, salud, vivienda, cultura… están tratando de maquillar las monstruosidades de la industria bélica capitalista, sus adláteres financieros y mediáticos… más todas las canalladas ideadas pertinazmente para humillar a la humanidad con hambre y pobreza”.

Dicho todo esto -y coincidiendo con el filósofo y comunicador mexicano- la pregunta que cabe es ¿Cómo será el mundo después de la pandemia?  Nadie tiene la respuesta, pero lo innegable es que si no se actúa pronto y de manera organizada, se estará ante el peligro de que los poderosos del mundo den respuestas a la crisis y “secuestren el futuro nuevamente”. Como  decía el histórico líder Eloy Alfaro: “En la demora está el peligro”.


* De pocas palabras, escucha más de lo que habla. Esquemático y metódico en el trabajo. Ni comunicador, ni  periodista, ni intelectual, es una cosa amorfa en constante transformación que intenta encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Lo irritan las injusticias, perder el tiempo y fallar en algo a alguien.

Fuentes:
[1] https://rebelion.org/el-capitalismo-no-morira-de-coronavirus/
[2] http://estrategia.la/2020/05/13/covid-19-dejara-215-millones-de-nuevos-pobres-en-la-region-segun-cepal/
[3] Informe Programa Naciones Unidas para el Desarrollo “Covid-19 y Desarrollo Humano” https://datastudio.google.com/reporting/abd4128c-7d8d-4411-b49a-ac04ab074e69/page/CJbLB
[4] https://www.alainet.org/es/articulo/206463

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