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Dialogamos con el periodista boliviano Rodrigo Ruiz Peña acerca de cómo está afrontando ese pueblo no sólo a la pandemia sino al gobierno de facto que encabeza Añez.


¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?

La situación era crítica debido al golpe de Estado del 10 de noviembre de 2019. La conspiración de 14 años llevada a cabo por EEUU, que para el año 2019 ya tenía infiltradas todas las esferas de poder del gobierno popular del MAS, se consolidó con el amotinamiento de policías y la renuncia obligada del presidente constitucional, Evo Morales Ayma, por presión de las fuerzas armadas.

Los esfuerzos de la Escuela Antiimperialista de las Fuerzas Armadas, a la cabeza de la brillante Helena Argirakis, no fueron suficientes y resultaron demasiado tardíos. Una vez más las tanquetas desfilaban por las ciudades del país luego de la consumación de un golpe. Esta vez, con la aclamación de una gran parte de la población, que festejó la entrada de los militares y “legitimó” las masacres de Sacaba y de Senkata y la brutalidad del Terrorismo de Estado que empezó a perseguir a toda la militancia popular, a los movimientos sociales y a cualquier disidencia. Terrorismo y sedición fueron las excusas para torturar, asesinar y encarcelar. 

Desde la ilegítima asunción de Jeanine Añez, las órdenes las da Erik Foronda, el agente de la CIA que funge como su secretario privado. Foronda es un periodista que fue encargado de prensa en la embajada norteamericana durante 13 años (de 1995 a 2008) hasta que fue expulsado por Evo Morales junto al embajador Phillip Goldberg. Desde entonces trabaja para la mencionada agencia de inteligencia y además de ser miembro activo del partido republicano. Foronda es el verdadero presidente de facto y desde el primer momento del golpe, la prioridad fue la política exterior: Foronda rompió inmediatamente relaciones con Cuba y cambió toda la dirección de la política exterior.

Por otro lado, las elecciones que debían realizarse este 4 de mayo, suspendidas sin nueva fecha a causa de la pandemia, se encaminaban a un verdadero fraude, dado que el órgano electoral está compuesto por personas puestas a dedo por el gobierno de facto. Incluso se especulaba mucho con que no habría elecciones. No por el coronavirus, sino porque el golpe estaba entrando en una fase más dura y circulaba la idea de un posible gobierno militar y el cierre de la asamblea.

Ya era evidente la necesidad de saqueo inmediato y rápido de los recursos estratégicos. Con el virus entrando en el escenario el camino se torna convenientemente expedito para avanzar con la rapiña y suspender las elecciones de manera indefinida.

¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?

Hay que tomar en cuenta que la presidenta de facto, Añez, está en campaña electoral, pues se postula para estas elecciones -sin fecha-, lo que ha sumado al fraccionamiento de la derecha boliviana que le sigue dando dolores de cabeza a la embajada norteamericana por su mezquindad y mediocridad. Con esto quedan disputando el segundo lugar (dado que el primero es del MAS): Jeanine Añez, Luis Fernando Camacho y Carlos Mesa. En este contexto se intenta explotar la imagen de madre y religiosa de Añez. Sin embargo, en el cotidiano, el gobierno de facto demuestra su falta de humanidad, de transparencia y su ineptitud. Clara muestra de esto, son los compatriotas bolivianos varados en territorio chileno en la frontera con Bolivia, totalmente abandonados por el gobierno de facto, o el pedido de Añez de oración y ayuno para superar la pandemia, que no solo viola la Constitución en su Art. 4 (que determina la laicidad del Estado boliviano) sino que se burla de quienes vienen sufriendo un ayuno obligatorio por falta de recursos.

Verdaderos despilfarros de recursos realiza la dictadura en el nombre de Dios, cuando lleva en helicóptero a un pastor evangélico tirando agua bendita a las ciudades como medida contra el coronavirus. Tal es el descaro, que el pastor que bendice en helicóptero es el señor Juan Carlos Añez Chávez, hermano de la presidenta de facto y candidato a diputado por su fuerza política. Esa es la impunidad con la que se burlan de la gente.

Si bien la medida de cuarentena se muestra como lo más acertado a nivel mundial, no hay una estrategia del gobierno dictatorial que se pueda vislumbrar para hacer frente a lo que se viene. En Bolivia la cuarentena total inició el 23 de marzo y por el momento será hasta el 10 de mayo, aunque se presume que se ampliará. A la par de ello, el gobierno de facto ha recurrido a la creación de bonos:el bono familia de 500 pesos, el bono universal de 500 pesos, un plan de apoyo al pago del salario y un plan de empleo consistente en préstamos a 5 años plazo. Por supuesto esto no es suficiente, pero son políticas posible gracias a la gestión económica del anterior gobierno. Es más, hay fondos para redistribuir y apoyar al pueblo en este momento tan difícil, pero está claro que ese no es el plan.

Es preocupante la política de endeudamiento externo e interno que está llevando adelante la dictadura: en pocos meses, la deuda externa ha subido en más de USD 2.000 millones y la interna en más de USD 1.500 millones. Con la excusa del coronavirus, el gobierno de facto le suplica fondos al FMI destrozando una política de 14 años.

Por otro lado el nuevo ministro de salud, Marcelo Navajas, médico oficial de la embajada norteamericana, ha ordenado que solo se realicen tests de coronavirus a quienes ya hubiesen contraído el virus. Un despropósito que raya en la imbecilidad o la perversidad. La falta de pericia de quienes hoy están manejando el gobierno, solo avizora hambre e injusticia sobre el pueblo boliviano.

¿Qué efectividad considerás que tienen las medidas adoptadas?

Los bonos no son suficientes y deben ser prorrogados. Si bien es mejor que nada, debe haber una política muy fuerte de redistribución de la riqueza e impuestos a las grandes fortunas. Por supuesto eso no ocurrirá. Por lo demás, el pueblo boliviano vive en una vulneración constante de sus derechos humanos y las medidas que se adoptaron son de persecución y silenciamiento a quienes denuncian al gobierno de facto. En vez de elaborar estrategias para salir de la pandemia están haciendo ciberpatrullaje en redes sociales y encarcelando a supuestos “guerreros digitales del MAS” por “desinformar”. La cuarentena o pseudo Estado de Sitio le ha venido como anillo al dedo al régimen para moverse con total impunidad y dejó a todas las organizaciones sin capacidad de reacción.

¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?

En el caso boliviano la oposición está fuertemente perseguida. Sin embargo han sido distintos funcionarios y candidatos del MAS los que han estado organizando las ollas populares para hacer frente al hambre. El mayor referente y quien lidera la oposición es sin dudas, Andrónico Rodriguez, del trópico del Chaparé.

Recientemente Evo Morales ha denunciado un plan de la DEA y de la NAS de intervenir este fin de semana el trópico cochabambino para detener a Leonardo Loza y Andrónico Rodríguez, ambos destacados dirigentes del MAS. La persecución va en escalada y este tiempo de “excepción” es idóneo para hacerlo con total impunidad.

¿Cómo repercutió este nuevo escenario en la economía nacional?

Con una profunda crisis de la cual no conocemos su magnitud total pero que ya se está traduciendo en hambre y desesperación. La economía boliviana gozaba de buena salud y del mayor crecimiento regional a pesar de la crisis financiera global, pero quienes el gobierno de facto, está haciendo méritos para destruir todo lo construido y entregar el país de nuevo a manos del FMI. La economía no solo sufrirá el embate del coronavirus, sino el saqueo planificado de quienes usurparon el control del Estado. 

¿Cómo repercutió la pandemia en el día a día del pueblo?

A cada quien según su clase social. El pueblo de a pie siempre es el que más sufre. Quienes viven del día -y son muchos-, no tienen que llevar a sus casas para comer. El hacinamiento y la violencia de género construyen un panorama desgarrador. El gobierno persigue a los más vulnerables y hace la vista gorda con los demás.

¿Cuál es la percepción en las calles tanto de las medidas como de la situación cotidiana?

En las calles, en general, se ve muy poca gente. Cada persona tiene solo un día a la semana para salir a abastecerse, de acuerdo al número de terminación del carnet de identidad. Mayoritariamente son las personas que viven en situación de calle y quienes tienen que salir aunque sea para pedir una limosna para dar comida a sus hijos. Es desolador. También se ven bastantes venezolanos que han quedado varados. Familias enteras. En los barrios se arman ollas populares, pero eso no alcanza.

La percepción respecto a las medidas del gobierno no es homogénea. Para los sectores más humildes los bonos son una ayuda, pero se sabe que no es suficiente y se padece la mala organización, improvisación y falta de medidas de bioseguridad para su implementación. Las “clases medias”, sin hambre, refuerzan el discurso anti bonos y critican el despilfarro, considerando que estas medidas “populistas” hacen daño. 

¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?

Del 7 al 14 de abril se militarizó por completo el territorio nacional debido al incumplimiento generalizado de la cuarentena. Los militares se desplegaron en cada esquina de todas las ciudades del país. Por el momento están realizando una labor de control a través del miedo. Pero hacia su interior también se están dando muchas pugnas que aún no están resueltas. La opción del gobierno militar aún está vigente, sobre todo en este nuevo contexto donde Añez prefirió ser candidata y dejó la presidencia a la deriva y sin capacidad real para hacerle frente al COVID-19.

Más allá de las medidas oficiales ¿Cómo está haciendo el pueblo en general para sobrellevar esta situación?

La gente más humilde siempre es solidaria y se organiza para hacer frente, sobre todo, al hambre. Pero las en esferas más “clasemedieras”, hay un individualismo mucho más marcado y en muchos casos directamente un sálvese quien pueda.

¿Cuál es la actitud de los empresarios?

Los empresarios están en situación de emergencia y vienen presionando al gobierno -que ayudaron a formar-, para que tome medidas a su favor. Puntualmente que les inyecte recursos.

Del mismo modo, ¿cómo están actuando los medios de comunicación?

Los medios de comunicación hegemónicos, en su mayoría cómplices del golpe de Estado, manejan una misma línea y agenda. El foco está en el alarmismo pero poca profundidad de investigación. Nada contra el gobierno de facto y nada sobre lo que ocurre a espaldas de la gente. La agroindustria, por ejemplo, no ha parado. Es más, avanza sin frenos. Los incendios en la Amazonía son más extensos que el año pasado en la misma fecha, y  ya van en 3.368 incendios, pero de eso no se dice nada. Por otro lado se avanza en la restauración neoliberal y el FMI aprueba 327 millones de dólares para que Bolivia enfrente la pandemia. De esto tampoco se dice nada.

Y así en general, ya que mientras la población cumple con la cuarentena, el gobierno de facto se mueve a sus anchas. Todo con la complicidad de los grandes medios.  Sin dudas esta es una página oscura para el periodismo boliviano.

Por su lado los medios críticos han sido callados y sus integrantes son perseguidos por sedición. Incluso ciudadanos que no forman parte de ningún medio alternativo, pero publican y denuncian, son amedrentados y detenidos. Acaba de salir un pronunciamiento de alrededor de 50 periodistas que denuncian la reciente detención ilegal del ciudadano Mauricio Jara sindicado de ser un “guerrero digital” por su participación en distintos grupos de whatsapp del MAS y sus posteos en redes digitales.

El mundo debe saber que en Bolivia no existe ni libertad de expresión ni respeto por los derechos humanos.

¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?

Necesitamos la ayuda de la comunidad internacional y apartar a los improvisados que hoy tienen en sus manos las vidas de las y los bolivianos. Es urgente recibir la ayuda de China y de Cuba,sin embargo el gobierno de facto expulsó como a perros a los médicos cubanos.

Es urgente la implementación de políticas sociales de redistribución de la riqueza y utilizar lo ganado en 14 años de crecimiento durante el gobierno del MAS, para afrontar esta crisis de carácter económico y humanitario.

Sin embargo, las medidas más urgentes para proteger al pueblo boliviano, no las va a adoptar el gobierno de facto. Si hay algo que el régimen de Añez demuestra día tras día, es que la vida de las y los bolivianos es lo último que le interesa. El pueblo boliviano sufre la pandemia y la dictadura.

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