
Revista Trinchera dialogó con la activista en derechos humanos y animales estadounidense, Julie Callahan, quien analizó la forma en que el gobierno de Donald Trump está enfrentando la pandemia del COVID-19.
¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?
La economía de los Estados Unidos está impulsada principalmente por el consumo interno y las políticas económicas neoliberales. Tiene impuestos más bajos y un sector financiero más grande que algunos otros países que mantienen más un estado de bienestar para compensar las conmociones económicas que pueden ocurrir debido a problemas comerciales. Estados Unidos depende de los salarios para impulsar el crecimiento y prácticamente no tiene reservas para compensar los efectos de las crisis económicas. El modelo de crecimiento funciona bien siempre que haya un bajo desempleo, se ganen y gasten los salarios, y los consumidores y las empresas reciclen el crédito para cubrir la diferencia entre salarios y costos.
Dado que el poder adquisitivo de los salarios en los Estados Unidos ha disminuido con el tiempo, las personas se han visto obligadas a gastar más de sus ingresos en pagos de tarjetas de crédito, préstamos estudiantiles y gastos médicos. Cuando hay un shock en la economía y los ingresos de las personas se reducen considerablemente, como durante esta pandemia, no hay fondos de respaldo para compensar sus deudas.
Como parte clave del modelo de crecimiento de EE.UU., se rescatará a los sistemas financieros para mantener el flujo de crédito y que la economía absorba el impacto a través de mecanismos como el desempleo, la reducción de salarios y las políticas de austeridad. Se supone que los precios y los salarios se ajustarán rápidamente, el capital se reasignará y el crecimiento volverá sin la necesidad de intervención estatal. Sin embargo, la pandemia de coronavirus ha creado un shock que no es normal y los mecanismos habituales para el shock económico son de poca utilidad. Rescatar el capital y esperar que la mano de obra se ajuste a través de recortes salariales y desempleo es simplemente imposible dado el alcance del cese de actividades. El modelo de crecimiento de EE.UU. sin gastos de asistencia social está diseñado de tal manera que si se apaga, crea un daño extremo para sí mismo.
Otro factor clave en el estado actual de desorden en los Estados Unidos es el sistema de atención médica existente. Es un sistema predominantemente atado al empleo. Si las personas están desempleadas, es posible que no tengan acceso o no puedan pagar la atención médica debido a la falta de seguro médico. También hace que sea más difícil para las personas cambiar de trabajo por temor a perder sus beneficios de salud. Antes de la pandemia, se estimaba que aproximadamente 28 a 30 millones de personas no tenían seguro y que al menos 40 millones de personas tenían seguro médico insuficiente. Esta situación, por supuesto, afecta principalmente a las personas más pobres, los trabajadores agrícolas y los inmigrantes indocumentados en el país. En Estados Unidos se paga cierta cantidad de dinero por una póliza de seguro médico, que suelen ser muy caras, y cada gasto sanitario (consultas e insumos médicos) se va descontando de ese monto total. Por eso, incluso para aquellas personas que pueden costear un seguro médico, este mecanismo hace que las personas eviten ver a un médico a pesar de que puedan necesitarlo o reducen la cantidad de medicamentos recetados que toman para que a póliza dure más.
La atención médica en los Estados Unidos es un sistema privatizado con fines de lucro que está completamente mal equipado y no está preparado para cualquier tipo de emergencia de salud a nivel nacional, y mucho menos para la pandemia que estamos experimentando actualmente. Sin embargo, deberíamos haber estado preparados para esta crisis porque ha habido advertencias durante años de este mismo escenario. Obama sabía de la posible pandemia cuando era presidente, sin embargo, ni él ni Trump tomaron medidas para prepararse para ella. Durante los últimos tres años, los Estados Unidos se han distraído con las absurdas tonterías de Russiagate, Ukrainegate y la farsa de un juicio político. En lugar de prestar atención a las advertencias de los científicos y profesionales médicos, el gobierno los ignoró, no porque no hubiera evidencia científica de que pudiera ocurrir una pandemia, sino porque ha habido una falta de voluntad por parte de los líderes del país.
La pobreza existente en los Estados Unidos es otro problema crítico que ha sido expuesto por el virus. Muchas personas han estado viviendo de cheque en cheque sin ahorros o red de seguridad para ayudarlos en este momento de crisis. Un informe que fue generado en 2020 por The State of America’s Children afirmó que uno de cada seis niños en el país -casi 11.9 millones de niños-, viven en la pobreza, lo que los convierte en el grupo de edad más pobre de los EE.UU. “Casi el 73 por ciento de esos niños son niños afroamericanos. La tasa de pobreza infantil (16 por ciento) es casi una vez y media más alta que la de los adultos de 18 a 64 años (11 por ciento) y dos veces mayor que la de los adultos de 65 años o más (10 por ciento).” Los niños que viven en la pobreza tienen menos probabilidades de tener un seguro médico y atención médica adecuados.
Además de un modelo de crecimiento desmoronado, un sistema de salud deteriorado y una pobreza cada vez mayor, especialmente para los niños, Estados Unidos tiene una población de aproximadamente 330 millones de personas, donde cerca de 270 millones poseen armas cortas, y existen 80 millones de trabajadores (que cobran por hora y trabajan en la informalidad) que no reciben licencia por enfermedad en este contexto de pandemia. Todo esto se suma a desafíos únicos que muy pocos países enfrentan.
¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?
Inicialmente, el gobierno de Trump se mostró poco serio ante cualquier peligro de la pandemia y tardó en actuar. Trump realmente ridiculizó a China cuando comenzaron sus medidas sistemáticas para abordar la pandemia. En ese momento, Trump declaró que las preocupaciones sobre el virus eran un “engaño”. El gobierno esperó casi dos meses desde la primera notificación sobre los casos de coronavirus en China antes de tomar medidas en los Estados Unidos. El 22 de enero, cuando se le preguntó acerca de un individuo en Seattle que había dado positivo por coronavirus, Trump declaró: “Es una persona que viene de China y lo tenemos bajo control. Va a estar bien”. Al momento de escribir este artículo, hay más de 805,000 casos de COVID-19 en los Estados Unidos y casi 45,000 muertes.
Aunque la administración de Trump había sido notificada sobre la pandemia que tuvo lugar en China a fines de diciembre, no se tomaron medidas clave para preparar a la nación. No habló con los ciudadanos sobre la pandemia hasta el 26 de febrero. Los equipos médicos que salvan vidas, como respiradores, no fueron almacenados. Los datos vitales de salud pública de China no fueron utilizados por el gobierno de los Estados Unidos. Las advertencias urgentes fueron ignoradas por Trump, que tenía la intención de proteger su próspera economía, aquella que considera fundamental para sus posibilidades de reelección en 2020. Él y su administración han estado poniéndose al día desde entonces. El Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del gobierno, recibió una alerta sobre el virus al mismo tiempo que Trump y solo en el plazo de dos semanas comentó que podría provocar una catástrofe global.
El 1 de febrero, la administración Trump prohibió la entrada a los Estados Unidos de ciudadanos extranjeros que habían viajado a China en los últimos 14 días, excluyendo a los familiares inmediatos de ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes. A pesar de la prohibición, casi 40,000 personas han llegado a los Estados Unidos en vuelos directos desde China desde esa fecha, según un análisis realizado por The New York Times. A mediados de marzo, Trump declaró que la distancia social podría ser levantada en Semana Santa, aunque luego se retractó e instó a las personas en los Estados Unidos a quedarse en casa hasta al menos el 30 de abril. Agregó que sería una “buena” noticia si solo 100,000 a 200,000 personas mueren en los Estados Unidos.
Ha habido cantidades insuficientes de equipo de protección personal (EPP) como máscaras y guantes, así como cantidades inadecuadas de kits para testeos, ventiladores e incluso camas de hospital para abordar la pandemia. Debido a las políticas económicas neoliberales, un sistema de atención médica con fines de lucro y hospitales privados, el sistema médico ya estaba funcionando al máximo nivel. La pandemia ha sobrecargado ese sistema y expuesto su incapacidad para atender a las personas aún en las mejores situaciones, pero aún más durante esta crisis.
Inmediatamente después de que Trump prohibió viajar desde Europa a los Estados Unidos el 12 de marzo, el mercado de valores cayó casi un 8 por ciento. Una de las primeras acciones tomadas por el gobierno casi de manera instantánea fue inyectar $ 1,5 billones de dólares en los mercados financieros.
El plan económico más amplio para proporcionar “alivio” al país es a través de la Ley CARES, aprobada recientemente y por unanimidad por los legisladores demócratas y republicanos para compensar los problemas económicos que se han producido debido a COVID-19. The Joint Committee on Taxation (el Comité Conjunto de Impuestos) realizó un análisis en el que se descubrió que el 80% del beneficio del proyecto de ley se destinó a solo 43.000 contribuyentes que ganan más de $ 1 millón de dólares al año cada uno. La exención de impuestos promedio para esas 43.000 personas fue de $ 1,6 millones de dólares, mientras que todos los demás recibieron un pago único de $ 1.200 dólares en el mejor de los casos, sin contar que el proceso para hacerse de este dinero es burocrático e incluso imposible para muchos habitantes.
A medida que aumentan la cantidad de casos confirmados y las muertes resultantes del coronavirus, el gobierno acusa a China de no notificar lo suficientemente pronto sobre el virus. Trump y otros afirman que China le debe dinero a Estados Unidos por los daños causados por el virus.
La administración Trump ha aprovechado la crisis del coronavirus para aumentar la presión contra aquellos países que no obedecen los designios de Washington voluntariamente. Ha aumentado las sanciones contra Venezuela, Cuba e Irán y Trump ha seguido intentando expulsar a Maduro del gobierno. Recientemente, Mike Pompeo, Secretario de Estado de Estados Unidos afirmó que Maduro está involucrado en el tráfico de drogas y el gobierno de los Estados Unidos, de la mano de su Departamento de Justicia, colocó una recompensa de $15 millones de dólares por la cabeza de Maduro.
Aunque no está claro a dónde se ha ido todo, el gobierno federal de EE.UU. ha robado suministros de EPP y equipos médicos que se dirigían a otros países, e incluso robó suministros de sus propios estados sin notificarles.
¿A qué atribuye la actitud adoptada por el gobierno?
Inicialmente, parecía que Trump no creía que el brote de coronavirus en China fuera más grave que la gripe estacional. Él mismo lo declaró públicamente. Una vez que quedó claro que había cada vez más casos en los EE.UU. y que la gente moría por el virus, Trump comenzó a señalar con el dedo. Al principio, acusó a los hospitales en los Estados Unidos de “atesorar” suministros médicos, causando la escasez que muchos profesionales médicos y centros de salud han estado experimentando. Después de eso, Trump comenzó a culpar a varios gobernadores por la escasez: afirmó que algunos gobernadores estaban solicitando equipos médicos que no necesitaban.
Ahora, cada vez hay más culpa dirigida a China no solo por Trump, sino también por Joe Biden, el candidato demócrata a la presidencia. Trump ha estado atacando a China para desviar la culpa por su negligencia al abordar el coronavirus de manera expeditiva y efectiva. Recientemente, afirmó que China pudo haber comenzado el coronavirus deliberadamente. También ha atacado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por favorecer a China y no abordar la pandemia adecuadamente. Para “castigar” a la OMS, Trump ha recortado los fondos estadounidenses a la organización que tiene un presupuesto de $4,8 mil millones de dólares.
Claramente, todo este señalar con el dedo y castigar es un intento de culpar a cualquiera más que a sí mismo por los Estados Unidos sufriendo el peor brote de COVID-19 del mundo hasta la fecha. Sin embargo, los propios fracasos de Trump en la pandemia están bien documentados. Su desdén, su desprecio por las opiniones de expertos y su obsesión por evitar que las malas noticias afecten al mercado de valores, empeoraron la crisis. Trump y su gabinete también afirmaron desde el principio que los demócratas y los medios estaban exagerando intencionalmente el virus para dañar la economía e impactar negativamente en sus posibilidades de reelección.

¿Qué efectividad considerás que tienen las medidas adoptadas?
Creo que las medidas adoptadas en los Estados Unidos son mixtas en cuanto a efectividad. Los estados individuales en el país han adoptado sus propias medidas diferentes. Por ejemplo, algunos han cerrado restaurantes y otros no. Algunas iglesias continúan celebrando servicios presenciales y otras no. En la parte de California, donde vivo, el gobierno local fue uno de los primeros en tomar acción, implementando medidas de resguardo de la población como cerrar escuelas y otros lugares públicos y limitar la cantidad de personas que podían congregarse en un mismo lugar. Sin embargo, otros estados fueron más lentos para actuar y en diferentes grados. Al momento de escribir este artículo, Trump está presionando para abrir negocios y ciertos estados, como Texas, están planeando relajar las medidas que tienen actualmente vigentes, a pesar de que el virus continúa escalando en el país.
Aunque el Congreso finalmente aprobó un paquete de estabilización económica de 2 billones de dólares, su negativa a cuidar a las personas por encima de las corporaciones y los mercados financieros demuestra las tensiones en el modelo de crecimiento de Estados Unidos. Como se mencionó anteriormente, Estados Unidos generalmente opta por proteger el capital y simplemente dejar que la mano de obra se ajuste a través del desempleo. Pero este instinto, para proteger a los más ricos del país y dejar que los trabajadores se vean afectados, demuestra el fracaso del modelo neoliberal.
Como oportunistas que son, Wall Street, Big Banks y las corporaciones más ricas del país utilizaron esta crisis para empujar a que el Congreso promulgue proyectos de ley que les brinden un “rescate”,y permitan que las empresas más pequeñas y los más pobres y vulnerables del país, sean los que paguen el golpe financiero. Por supuesto, estas corporaciones más ricas se aprovecharán de aquellas empresas más pequeñas que no pueden resistir financieramente el bloqueo y usarán sus fondos de rescate para engullir sus negocios en bancarrota a precios de ganga.
Claramente, el gobierno no quería establecer un bloqueo porque sabían que sería catastrófico para la economía, y esa es su principal preocupación. Finalmente alentaron las medidas de cuarentena únicamente por desesperación porque no estaban preparados para tomar ninguna otra medida. China demostró excelentes resultados al contener el virus y recuperar la economía. Sin embargo, más allá de limitar a las personas a sus hogares y el distanciamiento social, los servicios de salud chinos desplegaron máscaras, pruebas, localización de contactos y tratamientos que los EE.UU. no tenían disponibles. China también construyó dos nuevos hospitales dedicados al coronavirus. Estados Unidos aún tiene que implementar estas estrategias adicionales.
¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?
Hasta hace poco, la mayor oposición en el país ha sido de los dueños de negocios. Ha habido cierta resistencia por parte de las personas que no quieren seguir las medidas de resguardo y distanciamiento social. Sin embargo, en general, la gente ha cumplido. Sin embargo, eso puede estar cambiando: la semana pasada hubo algunas protestas contra las medidas de refugio en el lugar. Trump ha estado alimentando las protestas con tuits incendiarios como “Libérate Michigan” o “Libérate Minnesota”. No está claro cuántas personas participan realmente en las protestas odónde se originaron, sin embargo, Trump está explotando la frustración de las personas que están cansadas de las medidas de cuarentena y distanciamiento social, para alentarlas a protestar contra sus gobiernos locales.
¿Cómo repercutió este nuevo escenario en la economía nacional?
Como se mencionó anteriormente, esto ha sido un gran éxito para la economía y particularmente para las pequeñas empresas y para las personas más vulnerables del país. Una solución alternativa, presentada por el presidente estadounidense Donald Trump y con defensores en muchos estados, es simplemente “reiniciar la economía.” El costo directo de hacerlo, según un estudio realizado por el Imperial College de Londres, podría provocar la muerte de hasta 2,2 millones de personas. El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, es uno de los defensores de este plan en un estado que pronto facilitará las medidas de bloqueo sugeridas en una entrevista reciente que las personas mayores necesitan morir para salvar la economía.
Si se levantan las medidas de cuarentena y distanciamiento social y se reinicia la economía como sugieren Trump y algunos de los gobernadores en los EE.UU., el riesgo de mayores tasas de infección o una segunda ola de infección podría cerrar efectivamente los mercados laborales. Esto no ayudará a impulsar la economía y, de hecho, podría retrasar la capacidad de recuperación de la economía. Poner la economía en espera durante seis meses podría destruir el modelo de crecimiento y lo que queda de la cohesión social del país. Sin embargo, ignorar las advertencias de los expertos médicos y reiniciar la economía antes de contener el virus podría causar muchas más muertes y daños mucho más graves y duraderos en la economía.
¿Cómo repercutió la pandemia en el día a día del pueblo?
La mayoría de las personas en el país han tenido que refugiarse en sus casas. Algunas personas han podido trabajar desde sus hogares y continúan ganando sus salarios regulares, sin embargo, muchas otras personas no pueden trabajar y han perdido sus trabajos, ya sea temporal o permanentemente. Hasta el 16 de abril, el Departamento de Trabajo informó que las solicitudes semanales de desempleo totalizaron 5.245 millones. El gobierno aprobó un cheque único de $ 1,200 para aquellas personas que ganan menos de $75,000 dólares anuales, sin embargo, al momento de escribir este artículo, muchas personas no han recibido esos cheques y en ciertas áreas, $1.200 dólares ni siquiera pagarán la mitad del alquiler de un mes, y mucho menos servicios públicos, alimentos y otras necesidades.
Varias industrias y negocios continúan operando al ser consideradas esenciales, como la atención médica, la policía, los carteros, los trabajadores del transporte público, los conductores de Uber y Lyft, los trabajadores agrícolas y otros. Amazon es una de esas compañías. Sin embargo, sus trabajadores han estado en huelga sienten que están trabajando en condiciones inseguras, que no están siendo abordadas por la gerencia y no se les está pagando ningún ingreso adicional por poner en riesgo su salud y posiblemente sus vidas para trabajar en una empresa que es propiedad del hombre más rico del mundo.
Las personas sin techo sufren cargas adicionales durante este tiempo porque los pocos servicios que tenían disponibles antes de la pandemia, ya no están. Están solos sin ningún lugar donde refugiarse. Los inmigrantes indocumentados también se encuentran en una situación desesperada porque no tienen seguro y no quieren pedir ayuda por temor a ser deportados.
En general, la pandemia de coronavirus ha cambiado las reglas de la sociedad, aisló a las personas en sus hogares, cerró las escuelas, devastó la economía y dejó a millones sin trabajo.
¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?
Al momento de escribir este artículo, las Fuerzas Armadas han actuado poco en los Estados Unidos, sin embargo, algunos gobernadores han mencionado la posibilidad de usar la ley marcial “si fuera necesario”. Con las recientes protestas a las que asistieron personas armadas y alimentadas por Trump, ese escenario parece más posible.
¿Cuál es la actitud de los empresarios?
Como se mencionó anteriormente, algunos de los dueños de negocios están hablando en contra de las medidas de bloqueo y la interrupción del trabajo. Están ansiosos por que las empresas retomen sus actividades por razones obvias. No creo que entiendan los riesgos potenciales de levantar las restricciones en este momento y que a largo plazo, regresar a “negocios como de costumbre” antes de que el virus esté completamente contenido puede ser mucho más perjudicial para sus negocios que esperar.
Del mismo modo, ¿cómo están actuando los medios de comunicación?
Como es típico, los medios alternativos son la mejor fuente de noticias precisas y éticas. Los medios corporativos, como siempre, representan al gobierno, ya sea a la “izquierda” o la derecha. Los principales medios de comunicación rara vez informan sobre las crecientes sanciones contra Venezuela, Irán y Cuba o la recompensa que Trump recientemente puso por la cabeza de Maduro. Si discuten estos temas, siempre es desde el punto de vista de que este es un curso de acción necesario. Los medios corporativos tampoco han estado informando sobre los continuos bombardeos que la administración Trump ha estado llevando a cabo durante la crisis pandémica. El enfoque de los medios corporativos, en ambos extremos del espectro político, ahora se ha convertido en demonizar y culpar a China por la pandemia y el daño que ha causado a los Estados Unidos.
¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?
Lo primero que se necesita es una inversión decisiva en salud pública para enfrentar el desafío de combatir el virus. Actualmente en los Estados Unidos estamos experimentando el dolor del aislamiento y el cierre de actividades sin una ruta para contener con éxito el virus. Sin embargo, China pudo reducir significativamente la tasa de transmisión mediante una combinación de distanciamiento social, pruebas, seguimiento de personas en contacto con el virus, aislamiento y tratamiento. Una vez que esas medidas se pusieron en práctica y se aplicaron estrictamente, se ganó la batalla contra la pandemia.
Corea del Sur, Singapur, Taiwán y Hong Kong también obtuvieron el control del virus al implementar y hacer cumplir estas cinco medidas. En los Estados Unidos, el gobernador de Massachusetts ha implementado recientemente un plan que incorpora pruebas estatales y rastreo personas en contacto con el virus. Esto estará relacionado con lo que se espera sea un sistema efectivo de cuarentena y tratamiento.
Aunque es un proceso tardío, otros países que han logrado suprimir COVID-19 han demostrado que el rastreo de de personas que han entrado en contacto con el virus es efectivo incluso en el pico de una epidemia. El seguimiento requiere testeos y aunque eso es difícil debido a la falta de kits de testeo o de instalaciones para procesar grandes cantidades de testeos, Massachusetts lidera el camino en la creación de métodos alternativos para pruebas y procesamiento.
Además de este procedimiento de 5 pasos, debe implementarse un sistema de soporte. Las personas necesitan apoyo para obtener alimentos, tener un teléfono disponible, transporte si es necesario, asistencia para sus familias, alguien para vigilar a las personas mayores que están enfermas. El gobierno tiene que proporcionar fondos suficientes para que las personas necesitadas puedan acceder a este sistema de apoyo lo más rápido posible.
La financiación de este procedimiento de 5 pasos y un mayor sistema de apoyo requerirá otra gran inyección de efectivo del gobierno, sin embargo, la eficacia potencial ha sido demostrada por otros países. Si continuamos el bloqueo como lo estamos haciendo sin implementar las otras medidas necesarias que han demostrado ayudar a detener con éxito la pandemia, el costo a largo plazo debido a una economía en quiebra por un período de tiempo imprevisto podría ser mucho peor.
El gobierno dejó caer 1,5 billones de dólares en un abrir y cerrar de ojos para impulsar los mercados financieros. Puede encontrar fácilmente el dinero para ayudar a cada estado individual a abordar el virus con el mismo tipo de plan que se ha utilizado con éxito en otros países. El gobierno debería usar algunos de los fondos del Pentágono destinados a la “guerra” para combatir el coronavirus aquí mismo en los Estados Unidos. Podríamos ayudar a librar la guerra en casa y, simultáneamente, poner fin al imperialismo estadounidense y las guerras de cambio de régimen en todo el mundo.