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Por Nasim Iusef Venturini*

“…Se montan en sus motos, se suben a sus camionetas, se agrupan en sus fraternidades carnavaleras y universidades privadas y salen a la caza de indios alzados que se atrevieron a quitarles el poder”

Álvaro García Linera
Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia

Que en Bolivia hay un golpe de Estado no hay dudas. El día 21 de noviembre luego de que el día anterior sucediera la Masacre de Senkata, las fuerzas represivas reprimieron la procesión funeraria, una muestra más de la brutalidad de estos gobiernos títeres del imperialismo yankie.

Como sucedió en otros momentos, el control territorial de los recursos naturales por parte del imperio, requirió de aliados locales para imponer modelos económicos que permitan el control y la disposición de los recursos a sus intereses.

Lo que está sucediendo en Bolivia, es muestra fiel de que cuando las riquezas y recursos de un país empiezan a administrarse de manera soberana y con dirección contraria a los intereses de los más poderosos de adentro y de afuera, hay motivos suficientes para voltear al Gobierno y emprender la feroz represión que están ejerciendo contra el pueblo, que ya carga con 32 muertos[1] desde que comenzaron las protestas en repudio al Golpe de Estado consumado por las Fuerzas Armadas y de Seguridad al presidente Evo Morales.

El reciente uso masivo del litio para la industria y las energías renovables, muestra a Bolivia (junto a Chile y Argentina) como la mayor reserva mundial de este mineral estratégico bajo una administración soberana del recurso, y que puede poner en problemas los intereses de los poderosos de siempre que sólo ven en estas materias primas, suculentos negocios bajo la expoliación a los pueblos: la razón de sus fortunas.

Durante la gestión de Evo Morales, la desigualdad y la pobreza en Bolivia bajaron considerablemente. La nacionalización de los hidrocarburos sentó precedente para avanzar en una distribución de la riqueza que logró que el país más pobre de Nuestra América, tenga los mejores indicadores macroeconómicos en los últimos 5 años, sumando un proceso de integración sociocultural y ciudadana, con reconocimiento de derechos y comunidades que dignificó al pueblo boliviano.

Mientras las últimas proyecciones del FMI, proponen una caída de la economía argentina en el orden del 3.1% del PBI, en Bolivia se proyectaba un crecimiento del 3.9%. La desocupación en el año 2005 alcanzaba al 8.1% de la población y en el 2018 llegó a 4.27% siendo la más baja del continente. Otro de los logros de la economía boliviana durante la gestión del MAS, es la reducción de la pobreza.

En 2005, más de la mitad de Bolivia se encontraba por debajo de la línea de la pobreza. En 13 años de gestión del Movimiento Al Socialismo pasó de 59.6% a 34.6% en 2018. Los números son fríos y la pobreza sigue siendo alta, sin embargo, el avance en la integración e infraestructura muestran que cuando se utilizan los recursos del Estado para construir dignidad, la sociedad empieza a ser un poquito más igualitaria y eso provoca urticaria en los privilegiados de siempre.

En términos de Producto Bruto Interno (PBI), Bolivia viene teniendo una performance mejor que la de los países industrializados, el crecimiento del PBI promedio desde 2004 a 2018 fue de 4.78%. Sólo en el 2009 cuando casi todas las economías no crecían, la boliviana creció al 3.36%, y el resto de los años superó el 4%. Esto significa que durante casi 14 años se mantuvo un crecimiento sostenido, con grandes avances en la distribución de los ingresos y sin desatar procesos inflacionarios. Por lo tanto la gestión económica con intervención estatal permite desarrollos virtuosos y distribución de la riqueza, en contraposición a lo que nos venden los espejitos de colores de las teorías neoliberales que generan concentración y desigualdad.

Los sectores reaccionarios de la sociedad cuestionan la continuidad de Evo al frente del gobierno, pero no cuestionan la continuidad de gobernantes en países europeos que también gestionan períodos largos como la Alemania de Merkel: la legitimidad está dada porque son países “serios”.

Tensiones y disputas hay, como en todos los procesos, sin embargo no se puede ser obsecuentes con el golpe que se está llevando a cabo y se debe poner en claro que la ejecución de un plan generalizado a nivel regional para coartar la posibilidad de construcción de políticas soberanas está en marcha, poniendo en jaque los logros alcanzados en materia de distribución de la riqueza e integración, tomando formas particulares en cada país, con el denominador común del odio y el racismo para confrontar con la otredad popular.

De estos hechos tendrán que surgir aprendizajes, para poder evitar que a futuro, las conquistas populares terminen con represiones y quita de derechos para todas y todos.


* Lic en Economía, integrante del colectivo "Economía a pata", Co-conductor de “Promocionando la Salud” (Radio Futura – FM 90.5), responsable de la sección Economía de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Trinchera.

[1] Dato provisto en la página de la Defensoría del Pueblo de Bolivia. 22/11/19

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