Por Nasim Iusef Venturini*

“…Es América Latina, la región de las venas abiertas. Desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha transmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano…”
Eduardo Galeano
El momento de gran tensión que estamos atravesando en nuestro continente, nos invita a pensar cuáles son los proyectos de país y región que están en pugna y los discursos detrás del supuesto progreso económico de la mano del mercado, que nos vendían como inexorable.
A la luz de la realidad, ese discurso fracasó y para defenderlo se está derramando sangre americana como el los ´70 cuando a punta de fierros impusieron programas neoliberales en el Cono Sur para legitimar el dominio de los EEUU en la región.
Recetas para las políticas económicas que debe tomar un país hace rato que está demostrado que no sirven para nada, sólo para hacer prevalecer los intereses de las clases dominantes locales e internacionales. Esto trae como consecuencia que no se puedan tejer los lazos de solidaridad y cooperación entre los pueblos que nos permitirían avanzar hacia un desarrollo en armonía con el medio y las comunidades, a partir de desarrollos soberanos.

El capitalismo en su etapa neoliberal, está más rapaz y brutal que nunca. La imposibilidad de seguir sosteniendo la valorización del capital mediante el flujo del trabajo es incompatible con el apetito de ganancia de una economía global cada vez más financiarizada y para eso necesita el control de los recursos estratégicos y el dominio de los territorios a partir de la caotización y fragmentación social a partir del miedo y la represión.
Nuestramérica, amaneció el siglo XXI en medio de enormes crisis económicas y sociales, producto de la implementación de programas neoliberales durante más de 30 años. Luego de esa experiencia, se consolidaron gobiernos post-neoliberales, que con una mayor intervención del Estado en la economía, pudieron repartir ingresos de forma más equitativa, construyendo derechos para las mayorías postergadas.
El imperio arremete fuerte contra la posibilidad que surjan de nuestras tierras experiencias y trayectorias de desarrollo que permitan la consolidación de los derechos humanos fundamentales, en detrimento de los derechos al capital que parecen prevalecer en las agendas de los gobiernos por sobre los derechos de las personas y su dignidad.
El aparato infocomunicacional presiona fuerte para legitimar discursos racistas y xenófobos, funcionales a los poderes fácticos que permiten la reproducción de mensajes de odio por quienes jamás probarán ni una pizca de los supuestos beneficios de las medidas regresivas y supuestamente civilizadas.
Hoy Nuestra América, nuevamente se encuentra siendo atacada por el plan criminal del Imperio Norteamericano y sus aliados. Que busca recuperar los territorios ricos en recursos estratégicos (agua, minerales, biodiversidad, etc), derrocando gobiernos, imponiendo dictaduras y llevando a los pueblos a una situación de conflictividad interna e intolerancia que no es sano para nadie.
Ante este cuadro de situación, con nuestro país encarando una transición de gobierno en el marco de las instituciones del Estado, es importante que busquemos y construyamos los mecanismos de participación para que la salida a la crisis que nos sumergió el macrismo la podamos hacer entre todas y todos, de forma solidaria y recuperando nuestra rica historia en la construcción de derechos y dignidad.
* Lic en Economía, integrante del colectivo "Economía a pata", Co-conductor de “Promocionando la Salud” (Radio Futura – FM 90.5), responsable de la sección Economía de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Trinchera.