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Dialogamos con Valentina Pereyra, actual Secretaria Adjunta de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina) en la Ciudad de La Plata y Vocal Titular a nivel nacional. El sindicato que cumple 25 años, se ha conformado para alcanzar derechos en pos de las trabajadoras sexuales a nivel local, provincial y nacional.


A partir del crimen de odio ocurrido en la ciudad de La Plata el domingo 27 de octubre -asesinato de La Chicho- ¿Qué análisis han podido realizar de cara a esta problemática social?

El día de hoy hicimos una actividad a modo de visibilización por el hecho ocurrido la semana pasada porque también entendemos y tenemos una lectura que no se trata de un hecho aislado. Hace un par de años para acá se vino implementando esta ola de violencia sistemática para con la comunidad LGBTI en la ciudad de La Plata y de las disidencias en general. No es un hecho aislado, como lo decimos. Entendemos que hay gobiernos que legitiman conductas sociales a través de sus políticas neoliberales, este caso no es casualidad. En la ciudad de La Plata, particularmente tenemos hace cuatro años y vamos a tener cuatro años más, lamentablemente, un gobierno que legitima estas conductas

Hablamos del intendente reelecto Julio Garro que en 2015 hizo unas declaraciones desafortunadas, pero es lo que él piensa: que las personas trans travestis no deberían estar a la vista de la sociedad en general. Como si fuese que no somos parte de esta sociedad, ¿no? 

No quiero decir que nacieron de 4 años para acá, siempre existió. Pero en estos 4 años nosotras sentimos que se van incrementando muchísimo y lo hacen impunemente, tanto las violencias por parte del lado del Estado como así también del gobierno actual y de la sociedad en general.


Ante el recrudecimiento de la violencia a la que están expuestas, ¿Cómo es que se manifiesta? ¿Hay códigos contravencionales? ¿Cómo es el accionar policial?

Bueno,en principio yo estoy en el Sindicato de Trabajadoras Sexuales, también estoy en otras organizaciones sociales y organizaciones políticas desde las cuales luchamos por los derechos de la comunidad LGBTI.

Particularmente las trans y travestis entendemos que hay ciertas normativas que criminalizan tanto el trabajo sexual como las identidades disidentes: los códigos de convivencia, códigos de contravención y códigos de falta. Existen a lo largo y a lo ancho de Argentina y que diferentes organizaciones sociales y políticas también levantan esas banderas para derogar esos códigos. 

Teniendo en cuenta que el año pasado (2018) recién en la provincia de Buenos Aires, logramos derogar el artículo N°63 que criminalizaba la oferta de sexo en la vía pública para todas las personas que se travistan o de acuerdo al sexo opuesto como si fuese algo aberrante digamos, no contemplando también la identidad de género de las personas. Cuando vamos más al norte del país, más machista, patriarcal y conservadora es la sociedad.

Hay un montón de códigos que todavía a nosotras se nos pasa, pero obviamente que los gobiernos y las gestiones locales saben de esas cuestiones. Y muchas veces las fuerzas policiales, que para nosotras son fuerzas represivas, se agarran de eso.

Hoy es primero de noviembre, exactamente hace un año se presentaba en el consejo deliberante de La Plata una reforma del código de convivencia urbana. En uno de sus artículos criminalizaba la vestimenta escandalosa.

¿Que es la vestimenta escandalosa? Hemos adelantado tanto en materia de Derechos Humanos de 40 años para acá, que nos hablen de vestimenta escandalosa, violando y violentando nuestras identidades autopercibidas para nosotras es un retroceso totalmente grande en materia de derechos. Del mismo modo en que se criminaliza el uso del espacio público no solamente para las trabajadoras sexuales, sino que todos los trabajadores y trabajadoras de la economía popular están contemplados en esas figuras. Los compañeros senegaleses, los manteros, los cuida coches. No solamente pasa por el trabajo sexual, sino va más allá.

Claramente hay un mensaje de desaparecer los, excluirnos, de expulsarnos lo que es el Casco Urbano más que nada. Porque si esto pasaría fuera del Casco, por ahí sería un poco más relevante o por menos importante. Hoy por hoy, esta gestión ha avanzado tanto en quita de derechos, hay un montón de compañeros y compañeras que han perdido su fuente laboral formal y no ven otra alternativa que ocupar el espacio público para ganarse el mango o para llevar un plato de comida a su casa. Pero bueno, eso es lo que molesta: que las personas que menos recursos tienen o que más necesidades tenemos, estemos ocupando el espacio público en pleno centro.

Y bueno acá en la ciudad de La Plata lo vamos a tener que soportar 4 años más.


Despenalización del trabajo sexual o abolicionismo. ¿De que va ese debate? 

Dentro de los feminismos hay varias posturas, una de las más fuertes son el abolicionismo, el prohibicionismo, la reglamentación y la regulación. Nosotras dentro del Sindicato hemos atravesado varios debates internos para dentro de la organización teniendo en cuenta que vamos a cumplir 25 años en Argentina.

Hemos debatido para ver qué modelo queremos nosotras como trabajadoras sexuales, y hemos llegado a una conclusión que ninguno de esos cuatro modelos a nosotras nos representa, en principio. Pero también entendemos que una normativa, una herramienta legislativa hace a una transformación cultural de a poco, obviamente.

No queremos ser irónicas o fantasear que la sociedad va a cambiar de un día al otro, por un decreto o una ley. Nos pasa con la ley de Identidad de Género, nos pasa con la ley de Cupo Laboral Trans, por eso la reglamentación no sería la salida en este momento.

Lo que si sería un modelo de despenalización para que se prohíba o de descriminalización si se quiere decir: que se prohíba todos los actos de discriminación para con las trabajadoras sexuales, ya sea de manera administrativa, legislativa, en todos los ámbitos.

Siempre y cuando una persona elija visibilizarse como trabajadora sexual que sea suficiente y que eso no sea motivo de discriminación en los diferentes ámbitos de la sociedad. Por eso apostamos a eso primero, a romper a esas barreras de discriminación, de estigma social y vulneración de todos los sistemas sociales que existen para después, probablemente, poder apuntar a tener derechos laborales.

También tenemos en cuenta de que tampoco podemos hablar de trabajo sexual autónomo, cuando hay otras normativas a nivel provincial, local y hasta nacional que nos condena por “facilitar” el trabajo sexual, que es una palabra muy amplia facilitar.

¿Qué se entiende por facilitar el trabajo sexual? El otro día lo hablábamos en una de las charlas, nosotras siempre hacemos hincapié en que apuntamos a ciertos puntos o ciertos artículos de la Ley de Trata (de la modificación del 2012) que a nosotras como trabajadoras sexuales autónomas nos perjudica un montón. Eso no quiere decir que estamos a favor de luchar en contra de la trata de personas. Pero una cosa es la trata de personas y otra cosa es el trabajo sexual autónomo, son cosas totalmente diferentes. 

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