Por Juan Simón*

Todavía no terminó la noche macrista, falta poco más de un mes y es suficiente para continuar saqueando la Argentina. No es claro que país hay que reconstruir a partir del 10 de diciembre, los números apenas ilustran el desastre pero no es suficiente para entender qué etapa se viene.

Siempre se dijo que en este país a las estadísticas les va bien y a las personas les va mal, pero el macrismo logró el milagro que también le vaya mal a los números. Un balance económico debe recordar que la inflación 2019 rondará el 55% y en los cuatro años de mandato acumulará más de un 290%; que el aumento acumulado en las tarifas de electricidad rondará el 3.240,1% y 4.096,3% en el gas; el dólar pasó de 9,84 a 65 y continua la incertidumbre por el aumento hasta fin de año.

Si a la economía abstracta le fue mal, la población le fue peor. Desde en el periodo de diciembre de 2015 a junio de 2019 cerraron 23.051 Pymes de menos de 100 empleados y se perdieron 146.855 empleos industriales; la pobreza llegó al 35% afectando a 1 de cada 2 menores de 14 años.


No todos los números son malos para el macrismo a pesar de la recesión económica, su discurso de redención del país y castigo de los enemigos (cual discurso religioso) le permite retener intendencias como la de Mar del Plata, Bahía Blanca, La Plata; la jefatura de Gobierno de CABA; y mantener todos sus votantes en la Provincia de Buenos Aires (En el 2015 Vidal ganó con 3.609.312 votos y este año perdió con 3.687.615).
En la construcción de una hegemonía de derecha hay que mirar el logro del macrismo, el 19 de octubre se realizó en la 9 de Julio la marcha del “Si se puede” y junto alrededor de trescientas mil personas, aunque no le dio para obtener la reelección, fue suficiente para reconvertirse en el primer líder de oposición con el 40% de los votos a nivel nacional.

Retomando a Cristina Fernández, el trabajo de la militancia y de la política es “cerrar un ciclo histórico en el país. Nunca más neoliberalismo en Argentina, nunca más” y no se puede descuidar la batalla cultural, no se puede descansar porque la derecha puede resurgir de las cenizas y venir a quemarnos en vida a todos.
Es en esta clave contrahegemónica en la que se entrevé la etapa que se viene, porque si dormimos corremos con el riesgo de despertar con el dinosaurio en frente, como ocurrió en el 2015.
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* Comunicador social, fotoperiodista y responsable del área fotográfica de Revista Trinchera. Especialista en el conflicto colombiano.