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Dialogamos con la muralista mexicana Monserrat Téllez con quien analizamos las nuevas experiencias del muralismo en Nuestra América y la historia de denuncia y lucha de este movimiento en México.


Para aquelles  que no sabemos mucho sobre esta forma de arte: ¿cuándo nace? y ¿qué es el muralismo?

Bueno, es una corriente artística que nace en México a finales del Siglo XX. Con la necesidad de imprimir en las paredes la Revolución mexicana. En ese momento en México, la mayoría de la población era iletrada, no sabía leer ni escribir, no tenía educación de ninguna parte.

El que era Director de Educación José Vasconcellos encarga al Doctor Atl, a quien conocemos como “el padre del muralismo” en México, el primer mural y este lo trabaja en torno a la Revolución Mexicana. Se quería mostrar qué estaba ocurriendo y cuál era la política del país en ese momento; para que quienes no sabían leer y no podían acceder a la información de los medios de comunicación de la época, pudieran conocer este proceso histórico a través de lo que se imprimía en las paredes.

Se crea, también por ese entonces, un sindicato de obreros del arte, en el que participaban Diego Rivera, Orozco y varios muralistas importantes de la época, que son quienes expanden el muralismo.

Como un gran movimiento de denuncia social a través del arte ¿En ese contexto de Revolución mexicana, las mujeres también formaban parte de los murales? ¿Qué lugar tenían?

En aquel muralismo a la mujer se la representaba al lado del hombre siempre. Sin embargo, tuvo un rol muy importante dentro de la Revolución mexicana como guerrillera: iban al combate armadas con lo que tenían, aportando a la lucha; por lo que claramente formaban parte. En los murales quedó plasmada la participación de la mujer en la lucha.

¿A vos qué te gusta hacer? ¿En qué pansas y cuáles son tus ideales en el arte?

Me gusta mucho el surrealismo, rescatar la visión de los Pueblos Originarios, de los Pueblos indígenas prehispánicos. Junto con el muralismo se busca descentralizar la mirada eurocentrista y dejar de lado todo eso que venía de afuera, es decir, descolonizar y tener una visión más prehispánica que enorgullezca a los mexicanos respecto de la identidad de los Pueblos Originarios. Esa es la parte que me agrada, reivindicar esa historia que fue negada por los españoles.

¿Qué te trajo a Argentina?

Hay un movimiento internacional que inicia acá en Argentina, es el Movimiento de Muralistas Italo Grassi, comenzó por algunos maestros hace muchos años (no tengo el dato exacto), pero cuentan con una amplia trayectoria. Por otro lado hay artistas de todo el mundo que organizan encuentros de muralismo en diferentes partes de Argentina y de otros países donde tienen delegados. Yo los conocí en un encuentro que hubo el año pasado -hace tres años que tengo contacto con este movimiento-  y a partir de la experiencia que transitamos en el Estado de Hidalgo en México (de donde vengo), es que nace la invitación de poder venir a pintar acá a un encuentro que se hizo en la ciudad de Alta Gracia, Córdoba. Estuvimos realizando murales la semana del 17 al 21 de Septiembre con compañeros de diferentes partes de Argentina, y una compañera de Bolivia.

¿En los encuentros tienen una temática en particular por la cual van los artistas?

Sí, la mayoría de los encuentros se propone una temática. En el de Córdoba por ejemplo, fue “Memoria, verdad y justicia” y aprendí mucho con los compañeros argentinos. Retomamos a Santiago Maldonado, una compañera de La Plata lo pintó y causó revuelo  el mural, de hecho hubo una discusión, la gente no estaba contenta con el mural, decían “¡Oye! ¿por qué siguen pintando eso? Supérenlo, no puede ser que sigan enseñándole eso a los niños”, fue fuerte.

¿Haciendo referencia a algo en particular del mural, o a la idea en general?

No a la idea general, yo creo que no estaban contentos de que se tomara la cuestión política en el encuentro.

Como si no fuera político el arte…

Si, como herramienta pedagógica. Hay un capitulo muy interesante del historiador Fernando Mires (también mexicano), en el que hace un recorrido sobre la historia mexicana y la define como un carrusel de rebeliones, también hay un fragmento muy importante en el que habla de la cultura. Lo traigo porque me parece que quizás si se lo considera así y sobre todo si se lo lleva adelante, se sostienen las raíces y se enfrenta el coloniaje, incluso desde grandes bastiones como son estas expresiones culturales.

Creo que parte de lo que ahora es el orgullo por la identidad prehispánica que hay en México, fue por el muralismo. Si se hubiese dejado de lado después de la Revolución, si no se nos hubiese enseñado esa raíz, quizás no lo tendríamos tan arraigado como lo tenemos ahora.

Hace poco se conoció sobre la despenalización del aborto en algunos estados de México, no en todo el país ¿Cómo ves a la Argentina al respecto? ¿Cómo ves la sociedad, el machismo?

En el poco tiempo que hace que estoy acá, y a nivel comparativo, he notado que la sociedad es menos machista que en México. En México sí que estamos mal todavía, incluso muchas de nosotras traemos comportamientos machistas que a  veces no nos damos cuenta, y es muy notorio cuando se está acá.

Por otra parte, sobre el aborto se está consiguiendo la legalidad en algunos Estados, todavía hay otros que se resisten pero se está trabajando, las marchas y todo el movimiento está funcionando.

Para anclar el feminismo al muralismo ¿en alguno de los encuentros de muralistas hubo alguno con temática feminista?   

Sí, hay encuentros con temáticas feministas, no como se ve acá pero se debaten temas en torno a la mujer en diferentes sectores pero no tan político, tan de denuncia.

¿Y fuiste alguna vez a esos encuentros?

Sí, estuve en un Encuentro de Mujeres en el Arte que se hizo en México en 2015, en el Estado de Hidalgo. Eran puras mujeres pintando murales a mí me pareció muy bueno porque el estar todas juntas pintando, genera una energía muy bonita.

¿Notas alguna diferencia? ¿Te gusto más laburar entre mujeres?

No, a mi no me gusta más. Es padre la experiencia y es bonito pero a mí me gusta más que haya un balance una igualdad de compañeros y compañeras pintando. He estado en encuentros y eventos donde hay mucha cantidad de hombres y una o dos mujeres pintando, eso no esta tan padre me gusta cuando hay un justo balance.

¿Eso existe allá, que haya quizá recelo o que se plantee como acá donde está el discurso de que “me ensucian la pared” o cosas similares?

Sí allá también pasa que hay comunidades que son más cerradas y es algo extraño en las ciudades, las personas son más reacias a recibir los murales, no les gustan tanto si es un mural con temática social, siempre ven mal esas características.

En México está muy bien posicionado el Arte Urbano, entonces la gente de la ciudad va a apostar más a algo que “embellezca” antes que a un mural que denuncie algo. El Arte Urbano está logrando eso, están muy bien posicionados, hay muy buenos artistas también.

¿Se pintan mujeres de los pueblos originarios, las grandes guerrilleras y a demás de que se pinte, se habla de eso o tenés que salirte de la academia? ¿Qué cuerpos se representan?

Sí, yo creo que allá si se maneja con eso de la imagen de la mujer indígena predominante, volvemos a lo mismo de identidad de amor por las raíces y si se busca enaltecer la mujer indígena.  

Redes de Monserrat Téllez
www.instagram.com/moon_tez/
www.facebook.com/moonse.tellez/

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