POR NASIM IUSEF VENTURINI*

“La inflación demuestra la incapacidad de un gobernante”, Macri dixit.
IPC septimbre 5.9%, IPC interanual 53.5%
La inflación de septiembre alcanzó el 5,9% y trepó al 53,5% interanual (sept 2018- sept 2019). En un contexto de tasas de interés positivas y salarios perdiendo poder adquisitivo sistemáticamente se ve quiénes son los ganadores de esta miseria planificada que instauró el macrismo.
El 16 de octubre se dió a conocer el dato de la inflación del mes de septiembre y, como todos los pronósticos lo anticiparon, superó el umbral del 5% mensual.
Sucede que la devaluación post PASO fue de tal magnitud (más del 20%) que el traslado a precios fue gradual y el mayor impacto se dió durante el mes de septiembre.

La impericia del gobierno en el control de la inflación se evidencia en la dificultad de muchas y muchos de llegar a fin de mes, en la cotidianeidad de los y las comerciantes e industriales que no saben a qué precios vender, ya que, no saben cuánto les costarán los insumos y productos que procesan y venden.
El fuerte aumento de la canasta alimentaria mostrará en la próxima medición de pobreza del INDEC una realidad que no están pudiendo tapar: las políticas de liberalización de la economía no fueron lo virtuosas que se pensaba y sumergieron al país en la pobreza.
El estímulo de la bicicleta financiera aportó a la destrucción del entramado industrial, con un impacto aún mayor sobre las pequeñas y medianas empresas, que son las que más empleo generan en nuestra economía. Los niveles de desocupación por encima del 10% no se deben a que a los “mercados” no les gustaría la vuelta del “populismo”, sino que, son producto de las políticas económicas del macrismo.

Con un programa que fue inconsistente desde el principio, el plan económico consistió en cumplir a rajatabla todas las exigencias de los grupos económicos que llevaron a la Alianza Cambiemos a la Casa Rosada, sin evaluar o dimensionar que el desfinanciamiento del Estado vía la quita de retenciones y la liberalización de la tarifas de los servicios públicos iban a ser las causales de los problemas de competitividad y falta de dinamismo de la economía que atravesamos.
El asunto aquí es que la coordinación de la política económica brilló por su ausencia.
Los que se decían serios, chocaron la calesita hundiendo a la economía en una brutal recesión y condenando al hambre a muchas y muchos habitantes del suelo argentino.
El afluente de dólares producto del endeudamiento no generó empleo ni permitió enriquecer la cadena productiva para poder exportar productos de mayor valor agregado, al contrario, la economía se reprimarizó y el hecho de que hoy la balanza comercial sea positiva se explica por la brutal caída de las importaciones del sector industrial.
Es necesario aprender que están siendo las políticas económicas las que empobrecen a la población y que permiten el resurgimiento de discursos violentos y xenófobos tan presentes en la cotidianeidad que asustan.
La inflación no es una cuestión que se resuelve fácilmente, ni tampoco hay recetas como quiso proponer la Alianza Cambiemos. En nuestro país es un problema estructural que se relaciona con las particularidades de la estructura productiva, por lo tanto como todo problema complejo, requiere trabajo y compromiso por parte de los sectores formadores de precios para que de una vez por todas, en un país que produce alimentos, el acceso a la canasta básica no sea un lujo para algunos sectores y que podamos garantizar una alimentación digna para todas y todos.
* Lic. en Economía, integrante del colectivo "Economía a pata", Co-conductor de “Promocionando la Salud” (Radio Futura – FM 90.5), responsable de la sección Economía de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.