De la carrera espacial a la carrera tecnológica

De la carrera espacial a la carrera tecnológica

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Jonatan “Chino” Pérez*

En rigor, el objetivo del desarrollo político y económico de las grandes potencias se encuentra en el virtualismo de las comunicaciones, la historia se repite pero parece haber cambiado de campo: del universo espacial, al universo tecnológico.


Para realizar una suerte de profundización sobre los acontecimientos contemporáneos que se relacionan con el intercambio y el acceso a la información, utilizaremos como analogía los resultados y el posterior desarrollo tecnológico de quienes supieron ser potencia mundial luego de la Segunda Guerra; Estados Unidos y la Unión Soviética. Uno de los primeros hechos que redireccionaron el objetivo de la competencia a escala global fueron; el lanzamiento del primer satélite artificial Sputnik 1 (URSS), y un año más tarde el Explorer 1 (EEUU). Esa tensión constante entre ambas potencias género la posibilidad (entre otras cosas), de que llegaran astronautas a la Luna, y a su vez de poner fin a la llamada Carrera Espacial.

Estados Unidos y la URSS supieron disputarse en plena Guerra Fría el desarrollo de la Astronáutica, lo que incentivo a la creación de nuevas tecnologías.  Ambos países sabían que este logro no solo iba a profundizar el avance científico, sino que también permitiría el desarrollo del potencial militar, el crecimiento de la economía y la consolidación de un modelo económico, político y socio- cultural. En suma, fue clara la ventaja yanki en cuanto a estrategias de politización global, desde lo netamente publicitario, hasta la presión por medio de acuerdos políticos o la  intervención militar, para avanzar ideológicamente e imponer como modelo económico; el capitalismo.

Previo a la forzada caída de la URSS (Muro de Berlín; 1991), el país del norte ya había logrado avanzar en materia tecnológica. La llegada de la primera versión de la interfaz gráfica Windows presentada por Microsoft (1985), no solo dejó en el pasado al viejo sistema de comandos MS- DOS, sino que ayudó a que las IBM (enormes computadoras que las películas de Hollywood se encargaron de mostrarnos), lograsen mutar de tamaño, funcionalidad y sistemas operativos hasta lograr el desarrollo y la capacidad que hoy vemos comprimido en pequeñas laptops y celulares.

MS-DOS vs Windows

A la par, el desarrollo y la constante evolución de Internet fue otro de los factores importantes. La misma requiere de servidores que funcionen como motor de búsqueda en la web, y el más utilizado a nivel mundial es Google Inc., creado por Larry Page y Sergey Brin, que hoy pertenece, en parte, a la multinacional estadounidense Alphabet Inc. Se trata de uno de los servidores que posee el control de gran parte de las comunicaciones y la información, es decir, que los datos que circulan por la web, huellas que cada usuarie deja, son administrados, procesados, almacenados y utilizados por empresas privadas.

Internet: las políticas de privacidad y el imperialismo virtual

A partir de la creación de cuentas de usuarie en las distintas plataformas y sus derivados (como YouTube o Gmail), volcamos datos personales con el fin de tener un mejor acceso, o eso es lo que nos obligan a aceptar en los términos y condiciones que ofrece el servidor para poder utilizarlo. Esto viola nuestra privacidad, un ejemplo es el hecho de que los aparatos que cuentan con micrófonos adaptados pueden escuchar nuestras conversaciones, las cuales son utilizadas para mostrarnos publicidad específica acorde a nuestros intereses, tanto como para cruzar búsquedas a partir de algoritmos, y de esa manera ocultar determinada información (entre otras cosas). Las múltiples copias de seguridad de distintas aplicaciones en las que se encuentra nuestro minuto a minuto, nuestra ubicación, cuentas bancarias, claves,  etc., son algunas de las cosas que están a un click de distancia, de empresas ligadas a países imperialistas con claras intenciones políticas y económicas.

Lo que Mark Zuckerberg comenzó como un proyecto universitario, es hoy en día una de las compañías más grandes del mundo, multimillonaria y con el mayor flujo de información. Facebook es una red social de acceso a escala global que permite comunicarse entre usuaries desde diferentes puntos del globo. Normalmente es utilizada como una herramienta mas de comunicacion, el problema radica sobre el intercambio de datos.

Zuckerberg enfrentó en 2018 uno de los juicios más importantes de la última década. Allí admitió que en el año 2014 los datos personales de 87 millones de usuaries de esta red social fueron vendidos, sin su consentimiento, a la empresa británica de consultoría política Cambridge Analytica. Estos datos fueron utilizados por el equipo de Donald Trump para segmentar a los votantes potenciales durante su campaña electoral, y por plataformas a favor del Brexit en Reino Unido.

Esto no le impidió a Zuckerberg poder apropiarse de otras aplicaciones que harían crecer la hegemonía de las plataformas y el capital financiero de la compañía, que al mismo tiempo dejó a Facebook en un segundo plano, estamos hablando de Instagram y Whatsapp. El primero funciona como un gigantesco registro de fotografías, y el segundo, como el canal de comunicación instantánea más utilizado por les usuaries a nivel mundial. Pero para lo que aparentaba ser el poderío absoluto de Estados Unidos, resulta una gran incomodidad el crecimiento de China.

En los últimos años, el país asiático ha logrado marcar la cancha y poner a los norteamericanos contra las cuerdas. Con una ideología social y política totalmente distinta al capitalismo yanki, China impulsó el nacionalismo para que se genere una red de consumo interno que fortalezca la producción nacional y genere un crecimiento a escala mundial.

Tras el acrecentamiento de Huawei, China no solo logró convertirse en la piedra en el zapato de Estados Unidos, sino que parece empezar a sacar ventaja. La tecnología de Huawei sobrepasó a los Iphone (principal marca de tecnología celular yanki), y se hizo de un gran lugar en el mercado mundial, lo cual causó un revuelo e hizo que EEUU, tome medidas drásticas.

A mediados de este año y en un ataque desesperado, el gobierno de Donald Trump agregó a Huawei a una lista de compañías con las que las empresas estadounidenses no podrán negociar. Esto derivó en que la compañía norteamericana Google Inc. rompiera su vínculo con Huawei y deje de brindarle soporte, a poco tiempo de lanzar su nuevo smartphone Huawei P30.

Pero lo que parecía ser un gran golpe terminó siendo un gran impulso para los chinos ya que hace pocos días salió a la luz HarmonyOS, su propio sistema operativo que no depende de ninguna aplicación de Google, una nueva alternativa a Android. El cual no solo se podrá utilizar en smartphones, sino también en altavoces inteligentes y sensores.

Lo que parece ser una guerra comercial entre estos dos países tiene dos cuestiones de fondo, mucho más profundas en el dominio de las nuevas tecnologías a nivel mundial: las IA (inteligencias artificiales) y el 5g (redes móviles de quinta generación).

Si bien Google viene realizando un arduo trabajo y ha avanzado mucho en la creación de las IA (ayudado por el bloqueo a China), Huawei ha logrado abrir un laboratorio de investigaciones en Londres. Este no solo esta ubicado muy cerca de donde se instalará la nueva sede británica de Google, sino que contará con una unidad de desarrollo de IA en la cual se investigará el desarrollo de vehículos no tripulados.

Al mismo tiempo y pese a las presiones del país norteamericano, China logró instalar en Mónaco la primera red de telecomunicaciones de Quinta Generación. Según los dichos del Presidente de Mónaco; Telecom, Etienne Franzi, y el 5g son parte de un plan destinado a expandir el uso de las tecnologías digitales en el país y supone que permitirá utilizar una serie de servicios relacionados con el transporte y la seguridad pública.

Cuando Estados Unidos parecía tener todo bajo absoluto control, China logró a través de Huawei equiparar la balanza en lo que supone una de las nuevas Guerras del Primer Mundo.  Hoy las armas son otras y lo que supo ser una carrera espacial; es una batalla por el control de datos y el universo digital.


* Periodista, columnista en "No Se Mancha" y "Columna Vertebral" (ambos en Radio Estación Sur - FM 91,7), responsable de la sección Ciencia y Tecnología de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
El cautiverio de las mujeres presas: Las violencia en contextos de encierro

El cautiverio de las mujeres presas: Las violencia en contextos de encierro

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Por M. Viviana Yopasa Ramirez*

Revisando distintos informes sobre las condiciones y violencias que viven las mujeres en la cárcel en distintos países latinoamericanos, no se puede negar la discriminación que sufren las mujeres de manera permanente en la prisión y que nos lleva necesariamente a reflexionar sobre los efectos de la violencia patriarcal en la vida de las mujeres en contexto de encierro.

Las dificultades, problemas, vulneraciones de sus derechos pueden entenderse como una consecuencia no sólo de las condiciones carcelarias, sino que su contexto está marcado por relaciones de género desiguales, que se encuentran presentes desde el mismo hecho delictivo y sus causas, incluyendo las condiciones de encierro, así como el significado o el costo que supone para ellas y para sus familias, pero también en las oportunidades de rehabilitación y reinserción social que ofrecen para ellas los centros penitenciarios.

Marcela Lagarde establece que hay un cautiverio que compartimos todas las mujeres por el único hecho de ser mujeres en un mundo patriarcal, pero que:

[…] “existe un grupo estereotipado de presas que son las prisioneras, ellas concretan social e individualmente las prisiones de todas. A pesar de no ser el suyo un reflejo del cautiverio genérico de las mujeres, las prisioneras viven real y simbólicamente, en el extremo de su realización, un cautiverio, de tal manera que el análisis de las presas da luz sobre las prisiones diversas que viven todas las mujeres” […] (Lagarde, 2006: 642)

El sistema penitenciario en latinoamerica refleja un escenario de desigualdad social, de discriminación y de selectividad del sistema de justicia penal, que castiga a los grupos más vulnerables social y económicamente. Las mujeres privadas de libertad se insertan en ese contexto de vulnerabilidad de forma más agravada, tanto en el período anterior correspondiente a la fase procesal como después de tener una sentencia firme. Distintos informes revelan que la mayoría de las mujeres  que están  en la cárcel están en la cárcel tienen condenas por transporte de droga “mulas”, son mujeres que son parejas de narcotraficantes o de delincuentes involucradas con la criminalidad de sus compañeros, así como mujeres víctimas de la violencia doméstica que acaban por transformarse en homicidas de sus parejas (Rodríguez, 2009).

La abierta desigualdad en el tratamiento que las mujeres reciben, en el sentido diferente que el encierro tiene para ellas, en las consecuencias para sus familias, en la forma en que la administración de justicia opera sobre sus conductas “desviadas” a través del componente sexista del derecho penal, la concepción que la sociedad les atribuye y la significación de los mecanismos de control (formales e informales) frente a las mujeres que delinquen, hacen que el paso por la cárcel constituya un estigma mayor para éstas que para los “delincuentes” varones. En este sentido, las mujeres encarceladas viven múltiples opresiones: por su condición genérica dentro de un sistema sexo-género hetero-machista, por su condición de clase en un mundo arraigadamente capitalista y por procedencia étnica en un mundo violentamente etno-céntrico

La situación de las cárceles femeninas es dramática. No sólo porque las mujeres detenidas sufren el estigma de romper con el rol de esposas sumisas y madres presentes que les asigna la sociedad, sino también por la falta de leyes y políticas adecuadas para abordar problemas como el de las madres lactantes o los hijos de las mujeres encarceladas. Esto se suma a otras cuestiones, como la violencia sexual y el hacinamiento producto del aumento de la población penitenciaria femenina, generalmente por delitos relacionados con el microtráfico de drogas” (Almeda, 2007:23)

Ser delincuentes y haber estado en prisión son, estigmas mayores para las mujeres. (Lagarde, 2006: 641) que las sitúa en el marco de la inmoralidad y la desviación y por tanto de la anomia social, lo que impide el proceso de re-construcción de su proyecto de vida una vez están en libertad.

La cárcel es el ámbito del odio social a las mujeres transgresoras. La violencia carcelaria es el contenido reglamentado de la institucionalidad coercitiva, y se desarrolla también en la interacción del cuerpo represivo y de custodia. (Lagarde, 2006: 642) Así, la estancia en la cárcel es a la vez explotación y castigo económico, que se complementan con los pagos subterráneos que hacen las presas para tener acceso a bienes y servicios mínimos, y para pagar sobornos y evitar sobrecastigos, para lograr que sus papeles aparezcan o para que el abogado defensor de veras las defienda […] Abandonadas, las presas, la mayoría sin visitas familiares siguen esperando que alguien venga a verlas: «abandonadas debido a su encarcelamiento, y a su transformación pública e inocultable en malas mujeres». (Lagarde, 2006: 643)

Por el papel central que tiene la maternidad en la definición de las mujeres, la suspensión de su capacidad de custodia y tutelaje o, por el contrario, el hecho de que hasta en la cárcel deba cuidar de sus hijos, “hacen la vida en prisión genéricamente opresiva para las mujeres y para su prole” (Lagarde, 2006: 644). En las legislaciones penintenciarias en distintos países de Latinoamérica, el reconocimiento de la condición de maternidad de las mujeres privadas de libertad, y las necesidades específicas que dicha condición se deriven, no cuentan con una plataforma política especial. Lo cierto es que muchos centros penitenciarios no cuentan con instalaciones adecuadas o suficientes para dichas necesidades – atención integral a la salud de las mujeres embarazadas, hogares maternales, programas de atención a hijos/as de las reclusas que viven con sus madres u otros.

Otro de los aspectos de violencia que se presentan están relacionado el sostenimiento de los vínculos familiares y afectivos; ocurre con frecuencia que el ingreso en prisión, o después de un tiempo en reclusión, los maridos o parejas “las abandonan”, así como las visitas familiares empiezan a ser esporádicas entre madres-hermanas, enfrentándose a la soledad y al aislamiento.  

Asimismo, las condiciones de reclusión son pésimas, presentándose altos índices de hacinamiento e infraestructura mal acondicionada para el tratamiento rehabilitador y resocializador de las privadas de libertad: “Las cárceles de mujeres generalmente son pequeños edificios improvisados, equipados con menos instalaciones que las prisiones para varones y poco espacio para actividades educativas, culturales o recreativas o son viejas infraestructuras hacinadas” (Almeda, 2007: 15), presentándose problemas en la calidad de alimentación, falta de suministros de higiene, limpieza y vestimenta.

Respecto a los servicios de atención sanitaria en los centros penitenciarios, no existe una clara política integral de atención en salud, que garantice el derecho al acceso y al adecuado manejo clínico de distintas enfermedades tanto físicas como psicológicas que garanticen la oportunidad en el tratamiento durante la internación penitenciaria de las mujeres, muchos centros cuentan con un puesto de salud provisto de uno o dos médicos o paramédicos que atienden en un horario limitado de mañana o/y de tarde a un número también limitado de reclusas, con salas insuficientemente equipadas en insumos y medicamentos, situaciones que han llevado a la muerte a varias mujeres por no contar con una optima atención integral.

En los programas de rehabilitación dirigidos en los centros penitenciarios, se mantienen los roles y estereotipos en la oferta formativa y laboral muy centrada en la reproducción de la división sexual del trabajo -cursos de belleza, cocina o corte y costura- pero también en estereotipos de género en relación, por ejemplo, a la sexualidad de hombres y mujeres, lo que ha tenido un impacto en las limitadas oportunidades con las que cuentan de recibir una visita conyugal en el centro penitenciario.

Además, se evidencia ciertas prácticas reglamentadas que implican el ejercicio directo de la violencia: las requisas personales y de pabellón, el aislamiento como sanción y los traslados. Por otra parte, en tanto la violencia institucional es uno de los ejes más graves  por medio del cual se expresa la violación sistemática de los derechos humanos en los contextos de encierro, pues se observa maltratos físicos y psicológicos, por agentes del Estado –las guardiacárceles–.  

En relación al acceso a la justicia las mujeres privadas de libertad presentan distintas problemáticas, por un lado, la mora judicial y por otro lado, la gestión de los expedientes de las mujeres condenadas para su tratamiento: clasificaciones de periodo, conmutaciones, permisos, beneficios penitenciarios (Rodríguez, 2009).

A modo descriptivo, estos son algunos  datos que se han considerado relevantes para situar y analizar la situación de violencia y las múltiples discriminaciones que enfrentan las mujeres en el ámbito penitenciario, reconocer las necesidades e intereses específicos de las mujeres en situación de privación de libertad tiene que llevar a la generación de política públicas que pongan énfasis en la necesidad de incorporar una perspectiva de género en las políticas criminal, penitenciaria y carcelaria, con el fin de garantizar de manera efectiva los derechos de  las mujeres privadas de la libertad.

Para esto, sería importante la construcción y adecuación de infraestructura, el alojamiento de mujeres, mujeres embarazadas, mujeres con hijos/as, con VIH o personas del colectivo LGTTBI, implementar un programa que garantice los derechos sexuales y reproductivos de las reclusas y la mejora en la calidad de atención en salud. Igualmente otorgar plenas oportunidades laborales y educacionales y desterrar las prácticas sistemáticas de violencia institucional y prever una  atención jurídica basada en la equidad de género y los derechos humanos de las mujeres.


* Lic. En educación y Ciencias Sociales, Estudiante de Maestría en Sociología de la cultura y análisis cultural en Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES), UNSAM. Columnista del programa La Marea, (Radio Futura – FM 90.5), redactora de Revista Trinchera y colaboradora Agencia Timón.

Bibliografía.

ALMEDA, Elisabet y Encarna BODELÓN (2007), Mujeres y Castigo: un enfoque socio-jurídico y de género. Madrid: Dykinson, Ins!tuto Internacional de Sociología Jurídica.

Lagarde, Marcela. (2006). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas. CEIICH – UNAM. México.

Rodríguez, María Noel (2009) “Mujeres en prisión. Un abordaje desde la perspectiva de género” en Elías Carranza (Coord.) Cárcel y Justicia Penal en América Latina y el Caribe. ILANUD

La crisis manifiesta el saqueo exitoso

La crisis manifiesta el saqueo exitoso

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Nasim Iusef Venturini*

El derrame que no existe y la miseria que rebalsa.

Al hablar de economía en un contexto como el actual no podemos disociar la cuestión económica de la cuestión política. Hoy por hoy asistimos a un nuevo fracaso concreto de las políticas implementadas por la Alianza Cambiemos, respaldadas por el Fondo Monetario Internacional, que condujeron a empeorar la calidad de vida del conjunto de la sociedad argentina. El empobrecimiento está siendo adrede, la destrucción de derechos como excusa para el funcionamiento eficiente del sistema es una farsa.

El modelo cambiemita, se caracterizó por serias inconsistencias. Por ejemplo implementar una “estrategia” y “querer” reducir de la inflación mientras se permitían aumentos desproporcionados de tarifas que llevaron a que las Pymes y las familias trabajadoras se vean directamente empobrecidas por el aumento de los servicios, e indirectamente por el aumento de precios mayor a la suba de los salarios; un claro reflejo de inconsistencia. En cuatro años la inflación aumentó en un contexto recesivo, el salario expresado en dólares se pulverizó y la industria se desplomó.

Otra inconsistencia grosera fue querer “abrirse al mundo” cuando todos los países después de la crisis del 2008 comenzaron a aplicar restricciones y regulaciones a la apertura indiscriminada y al libre movimiento de capitales especulativos, cuyo comportamiento agrega vulnerabilidad a la estabilidad económica y no genera empleo genuino ni capacidad exportable. Los capitales especulativos no hacen inversiones productivas que permitan fortalecer el entramado industrial y de servicios en la economía, sólo aprovecharon las jugosas ganancias que les permiten las políticas de “tasas altas” que una vez realizadas migraron, mientras la capacidad crediticia para el sector industrial en el país se hacía pedazos por los intereses.

La liberalización indiscriminada del mercado de cambios, abrió la puerta a un esquema de valorización financiera (bicicleta), donde la timba con las Letras del Banco Central y el Tesoro (LEBAC, LETES, LECAP, LELIQ, etc.) permitió jugosas ganancias en un sector que NO GENERA EMPLEO y encima demanda dólares sin producir ni uno sólo.

Las consecuencias de este saqueo, barnizado con una aparente legalidad, es el empeoramiento concreto de la calidad de vida de millones de habitantes en suelo argentino, que cada vez más les cuesta llegar a fin de mes y acceder a derechos básicos como la salud, la educación y el trabajo.

Cuando se priorizan políticas que destruyen la capacidad de la economía de generar trabajo, no hay posibilidad de nada. Las falsas promesas del derrame de las ganancias financieras que cantan a coro los voceros de los mentimedios no existen más que en hipótesis que jamás se han corroborado o sucedido. Las políticas neoliberales conducen a la concentración de la riqueza, la proliferación de las desigualdades y una exacerbación del individualismo que no hace más que conducir a nuestra propia destrucción.

Semana a semana las publicaciones del INDEC muestran cómo la crisis que afecta a la sociedad argentina, es reflejo de un saqueo exitoso. Cuesta entender cómo todavía hay gente que cree que este tipo de políticas puedan llegar a funcionar, cuando no sólo provocaron miseria y hambre, sino que en ningún otro lugar del mundo funcionaron las recetas del FMI.

El lunes 30 de septiembre se publicaron los datos de pobreza e indigencia en el país del primer semestre del año. La pobreza alcanzó al 35,4% de la población, es decir que ese porcentaje de la población percibe ingresos por debajo de la Canasta Básica Total ($26,282.37 CBT agosto 2019), mientras que la indigencia ascendió a 7,7% de las personas (que cobran menos de $10,555.17). El mayor impacto de la pobreza es sobre lxs niñxs y jóvenes de 0 a 14 años, donde el 52,3% vive por debajo de la línea de pobreza con vulneraciones de derechos que ponen en jaque el futuro de nuestra sociedad. Lo alarmante es que cuando finalice el año y se perciba en las estadísticas oficiales el descalabro que siguió a las PASO, la pobreza será aún mayor.

Cuando hablamos de que el modelo neoliberal de apertura indiscriminada no funciona, hablamos de esto. Cuando todos los esfuerzos por erradicar la intervención social del Estado se hacen para que éste siga existiendo para pagar endeudamiento, lo que se hace es condicionar la posibilidad de construcción soberana de desarrollo que como sociedad nos permitan ampliar la base de derechos para que los niños y niñas del país no sigan sumergidos en la pobreza y la desesperanza que proliferan cuando se le paga al FMI al tiempo que se recortan las partidas de educación y salud.

El apoyo que recibió la gestión de Cambiemos por parte del FMI fue en clave geopolítica. Tratar de implementar un programa neoliberal en un país estratégico a nivel continental como lo es Argentina consistió en endeudarnos hasta la médula para que la deuda y la necesidad de pago a los acreedores sea la carta de condicionamiento a la posibilidad de llevar a cabo una agenda económica con autodeterminación y soberanía.

No es la primera vez que se aplica un modelo de este tipo, aunque las consecuencias ya son conocidas. Posibilidades de salir de este círculo tortuoso existen y en la medida en que las políticas económicas, educativas, sanitarias e industriales abonen a la construcción de derechos y dignidad, se podrá nuevamente demostrar que los manuales foráneos nos empobrecen. Las respuestas a los problemas de nuestra sociedad las tendremos que encontrar a partir de nuestra historia y experiencia, para no repetir los mismos errores y que jamás volvamos a tener que priorizar el pago de deuda que permitió un enriquecimiento vil mientras millones de compatriotas pasan hambre producto de un modelo que sabemos que no funciona.


* Lic en Economía, integrante del colectivo "Economía a pata", Co-conductor de “Promocionando la Salud” (Radio Futura – FM 90.5), responsable de la sección Economía de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Trinchera.
¡Quiero suscribirme!
1
Más rápido y fácil
Difusiones Trinchera
Hola
Si querés que te incluyamos en nuestras listas de difusión de publicaciones y promoción de entrevistas en vivo, envianos un mensaje para suscribirte y te llegará toda nuestra información.
¡Sumate a la Comunidad Trinchera!