
Entrevistamos a Melisa Lobos, vocalista de Cachitas Now!, una banda de cumbia
disidente y transfeminista de La Plata que sigue abriéndose camino desde el impulso de una marea feminista que avanza atravesando todos los espacios que por mucho tiempo fueron vedados para mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries.
¿Qué hacen y qué intentan expresar en el ambiente musical como una
banda disidente?
Hace unos años ya que estamos y ahora nos estamos dando cuenta del espacio que
ocupamos. Nos consideramos ahora una banda de cumbia disidente, en su momento no pensamos así, éramos una banda de cumbia de mujeres y Cachitas fue mutando, fue creciendo. Nuestras letras fueron empezando a tener otro peso, otra importancia, otra necesidad de salir a hablar y a decir cosas que estaban sucediendo y esto nos llevó a grabar nuestro segundo disco que es el que estamos presentando ahora un disco que se llama “Chonga” y pueden escucharlo en las plataformas digitales. Cachitas Now es ahora identidad, es autogestión, es disidencia, es una lucha constante.
¿Y cómo es que lograron construir eso? ¿Cómo es que llegaron ahí?
Lo consideramos un proceso. Cuando nosotras empezamos, como te decía nos
considerábamos una banda de mujeres que queríamos hacer cumbia, tocábamos en
peñas y después en fiestas, siempre desde el lado divertido. A medida que la banda fue creciendo y teniendo otro peso, otra importancia, nos dimos cuenta que ser artista tiene una responsabilidad, no es todo joda. Nos subimos a cantar y somos felices, una parte de eso la música lo tiene, pero también ser artista lleva tener una responsabilidad y un mensaje que defender. Cachitas empezó a tener ese peso, a replantearse cosas que estaban pasando, historias de amor, de alegría de cómo pensamos nuestras relaciones, nuestros vínculos.
También tenemos un sentido del humor muy amplio, entonces nos reímos mucho y
nuestras canciones apelan mucho a la risa, al humor. Nos ayudó a ese crecimiento, todo el movimiento social feminista que nos está atravesando, que estamos viviendo
actualmente ya hace unos años, el cual nos hizo sacarnos la venda patriarcal con la que fuimos criadas todas. Replantearnos, deconstruirnos, ese es el camino que está teniendo Cachitas. No fue fácil, calculá que la banda tiene cinco años. A esas Cachitas no le hacías esta misma entrevista. El mensaje hubiera sido cualquier cosa, estábamos de viaje de egreso cuando nació Cachitas, vivíamos de joda, ahora la banda se posiciona de otra manera.
¿Como ves en este tiempo el acceso de derechos de las personas LGBTIQ? ¿Cuál
es el papel en términos de hacer visible y de buscar estos medios de comunicación
visibilización simbólica de lo que son las identidades diversas?
Nosotras hablamos mucho sobre nuestros cuerpos, visibilizar nuestros cuerpos como son imperfectos no perfectos y en su momento fue hablar de eso que no somos. Nuestro primer disco tenemos un tema que se llama “Soy” que habla de una persona trans, de eso que sos vos en tu cuerpo, “quiero que mi cuerpo sea el reflejo de mí”. Un posicionamiento que tuvimos fue ese replantearnos nuestra identidad, nuestra corporalidad. Esta la Giuli y todo su proceso trans lo vivió adentro de la banda y eso a nosotras nos ayudó muchísimo a crecer. Fue un volver a empezar, replantearnos un montón de cosas, empezar a charlar con esas personas. Tenemos muchas referentes también del espacio disidente como lo es Susy Shock, Quimey Ramos, el también poder relacionarnos con bandas de otros espacios disidente. Somos muy amigos de la gente de Sudor Marika y eso nos ha ayudado también a nutrirnos y a posicionarnos desde otro espacio.
¿Cómo vivieron la sanción de la ley de Cupo Femenino en los escenarios?
Una alegría para nosotras, una chochura tenemos. Porque a esas cosas si las hemos
vivido. Participamos de un concurso nefasto de cumbia, de esos que organizan en La
Plata. Había unos jurados machirulos, muy reconocidos del ambiente, nosotras no
pasamos en esa primer instancia, pero cuando nos fueron a dar la devolución nos dijeron que les sorprendía que línea de percusión sonara tan bien siendo que somos mujeres. En un momento era demostrar que podemos. Es un bajón estar poniéndose en el lugar de demostrar que podemos, que somos más o demostrar que somos iguales.
Desde el año pasado después de lo que fue el pañuelo empezamos a relacionarnos con otras organizaciones y en uno de los espacios que empezamos a participar fue en “Músicas Argentinas” en Capital que es a nivel nacional y estamos en constante
comunicación con ellas. También hemos participado de “MUPLAR” el movimiento de mujeres que hay acá en La Plata de músicas organizadas, que está muy buena, al que pueden buscarlo en Instagram, a todas las músicas que estén escuchando. Busquen MUPLAR y pueden asistir a las reuniones son unas asambleas muy lindas que se hacen todos los domingos.
Considerar que es un espacio que se ganó una ley de cupo, es un avance gigante. Falta, porque estaría buenísimo incluir a las disidencias. Esto es como cuando tenemos la discusión del “Plurinacional”.
Eso te quería preguntar también ¿Si se pensaban reconocidas dentro de ese
proyecto las disidencias?
En principio son las mujeres, pero creo que la idea es seguir, considero que se tiene que seguir luchando. Para mí, ya ese es un gran paso para la humanidad, pero creo que también de la mano del cupo laboral, desde lo artístico hay que pensar en el cupo laboral de las personas trans. Creo que cuando esa ley realmente salga adelante, todo el resto va a seguir su curso. Me parece que es prioritario la ley de emergencia del cupo laboral trans, es necesario, imperioso para que se las reconozca, para que se las visibilice.
El otro día me acordé de una historia que vi, la de Quimey Ramos, que tiene una
compañera que todavía no tiene DNI y si no tenes DNI no te podes asociar a algunas
cuestiones, estas invisibilizada, no podes hacer cosas legales y cuando te lo vas a hacer, necesitas un domicilio oficial y si no lo tenes ¿qué haces? Bueno para mi es por eso que es prioridad, tendría que ser una ley de emergencia la del cupo laboral trans, de identidad. Y pienso que una vez que saliendo esto, las otras van a seguir su curso. Y bueno eso lo festejamos con alegría, hoy es algo que pedimos.
De hecho es lo que más vemos, cualquier festival argentino, en diciembre o en enero que son siempre los festivales de verano que hay son siempre de varones, son organizaciones de hombres, no hay ni una banda o hay una banda que casi siempre es la más militante y es lo que aparenta estar bien.
Lo último que quiero preguntarte tiene que ver con lo local, acá en la ciudad de La
Plata cuando piensan hacer esto que hablabas de lo autogestivo, piensan en llevar
adelante un festival. ¿Se les presenta algún tipo de restricción a la hora de buscar
un centro cultural o lugar y que la Municipalidad les acepte el show que van a
hacer?
Cachitas tiene su ciclo de cumbia se llama “La Festichonga Mimosa”. Hicimos la primer edición en el “Galpón B” en Capital, ahora vamos por la tercer edición que va a ser el 8 de Junio con los amigos de Sudor Marika, con La Piba Berreta, con Lia Gara. Pero más allá de eso, nosotras pudimos hacer nuestra Festichonga acá y la hicimos de la mano del Olga Vázquez y en el espacio del Olga que fue totalmente el broche poder realizarlo en ese espacio, un espacio donde las disidencias son visibilizadas.
Lo que si es cierto, no es tanto el que nos pongan “peros” para hacer un festival. El
problema principal que estamos teniendo en La Plata es que no hay espacios para hacer movidas musicales, en general, no es porque somos disidencias, no hay espacios. Los que hay son uno o dos, uno va siempre por ejemplo Guajira o es el Olga.
Pero nosotras organizamos una fecha hermosa en abril con las Sex, en el Club Cultura y vino la policía y nos cerró el lugar, o sea lo clausuraron. Dejamos a un montón de gente afuera y un montón de cuestiones que conlleva eso de la autogestión.